| ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA |
Lección para 27 de enero
Mantenerse Firme
|
Versículo Clave: “Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa” Escritura Seleccionada: |
EL APÓSTOL SAN PABLO en esta lección insta a todos los seguidores de Cristo por la unidad de fe y propósito. Desde que somos guiados por el mismo Espíritu Santo bajo la dirección del Capitán de nuestra salvación, todos los realmente santificados en Cristo estamos estrechamente unidos por nuestra fe mutua, esperanza y amor. (I Cor. 13:13) De hecho, se nos han enseñado en las Escrituras que la marca de desarrollo del carácter que debemos buscar es el amor perfecto, es decir, amor en el sentido más completo y desinteresado. En este sentido, recordamos las palabras de nuestra lección: “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” –Phil. 3:14
La novia de Cristo está llamada a un alto puesto. Sin embargo, como posibles miembros de esta clase, primero debemos sufrir con él, de modo que podamos a su debido tiempo reinar con él. Tenemos la certeza de que en cada prueba, y en toda experiencia, tanto si es alegre o triste, y así parezca ligero o pesado, la mano de nuestro Padre Celestial está allí para orientar y dirigir. Nosotros sabemos también que Él no permitirá ser probados sobre lo que podemos soportar. Esto nos permite decir, incluso como dijo David, “tengo que decir del Señor, él es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios; en Él confío.” –Sal. 91:2
Tenemos que luchar para resistir las cosas que pueden perjudicar nuestro crecimiento espiritual, y para “mantener el principio de nuestra confianza firme hasta el fin.” (Heb. 3:14) Las herramientas del adversario son muchas y poderosas. A veces llega como un león rugiente. Este tipo de ataque puede ser más fácil de detectar y frustrar de antemano. Sin embargo, muchas veces, él es más sutil, astuto y engañoso en su ataque. A menudo, él utiliza las debilidades de nuestra carne caída como la principal arma de ataque- tendencias como la envidia, las guerras, el odio, el orgullo, la duda, e incluso el desánimo. Debemos disipar esto con amor, humildad, justicia y la fe.
Como seguidores de Cristo, debemos tener un gran deseo, como el de Pablo, a fin de alcanzar y permanecer lo más cerca posible en la marca de amor perfecto. “Y habiendo hecho todo, estar en pie”, dice Pablo. (Ef. 6:13) No podemos “estar en pie” si estamos caminando en la carne, pero sólo puede hacerse caminando en el Espíritu, y teniendo la ley pura de amor operando plenamente en nosotros. “La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos [deseos], debemos vivir sobria, justa y piadosamente, de este mundo; buscando … el gran Dios en Nuestro Salvador Jesucristo.” –Tito 2:11-13
Hemos de tener presente que tenemos a un abogado, Jesucristo, a través del cual podemos acercarnos al Padre celestial en oración, pidiendo su gracia y ayuda en momentos de necesidad. Estos y muchos otros favores especiales diseñados para ayudarnos a “estar firmes” vienen de Dios, a través de “Jesucristo el justo.” (I Juan 2:1) Nuestro futuro esposo quiere hacernos seguir sus huellas, y mantenernos separados del mundo. Él le dijo a sus discípulos: “no sois del mundo, sino que yo los he escogido del mundo.” (Juan 15:19) por lo tanto, debemos tratar de estar delante del Señor con sinceridad, la honestidad y humildad de carácter, y ahora que nos encontramos, para mostrar completamente los frutos del Espíritu de “amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” –Gal. 5:22