ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 20 de enero

Ganando en Cristo Jesús

Versículo Clave: “Que aquellas cosas que eran ganancia, las he estimado como pérdida por Cristo”
—Filipenses 3:7

Escritura Seleccionada:
Filipenses 3:7-11

ESTA SINCERA expresión hecha por el apóstol Pablo en nuestro versículo clave adquiere mayor sentido cuando investiguemos sus antecedentes. Se ha registrado que los padres de Pablo fueron probablemente ricos, que eran judíos, y que lo más probable es lo llamaron Saúl después del primer rey de Israel. Su familia era muy religiosa, siendo devotos de la Ley de Moisés, como lo muestra las propias palabras de Pablo: “Varones hermanos, yo soy un Fariseo, hijo de Fariseo.” (Hch 23:6) Joven, fue enviado a Jerusalén para asistir a la escuela de Gamaliel, un gran doctor de la ley. Además, a través de su asociación con los griegos instruidos, él ganó la importante capacidad de debatir con otros y de usar técnicas persuasivas en su discurso. Lo que más tarde le ayuda cuando se dirigió a la gente en todos los ámbitos de la vida. El alto nivel de educación de Pablo se nos revela en sus palabras: “Yo soy un hombre de cierto os digo que soy judío, nacido en Tarso, ciudad de Cilicia, pero criado en esta ciudad, a los pies de Gamaliel, instruido según la forma perfecta de la ley de los padres.” –Hechos 22:3

Se ha conjeturado que la conversión de Pablo para ser un seguidor de Cristo tal vez lo aisló de su casa y familia, y que también le privó de los beneficios que anteriormente había disfrutado. (Rom. 9:1-8) Él estuvo, sin embargo, muy dispuesto a renunciar a todas las cosas por causa de Cristo. Recordamos que él, quizás en algún punto de su vida, aprendió un oficio, el de hacer tiendas. Este no era algo fuera de lo común para la época. Incluso entre los ricos, era costumbre que sus hijos aprendieran oficios. Es interesante observar que Pablo tuvo que recurrir a veces al comercio de las tiendas, lo que parece dar a entender que el apoyo financiero de su familia se había detenido. Vemos en sus experiencias con Aquila y Priscila cuando los visitó en Corinto que esto era cierto. “Porque él era del mismo oficio, estuvo con ellos, y forjado: por su ocupación que era hacer tiendas.” (Hch 18:1-3) Sin embargo, a pesar del trabajo físico que tenía que hacer a veces con el fin de proveer sus necesidades temporales, él nunca olvidó que su principal misión en la vida fue predicar el Evangelio.

Pablo fue fiel en el cumplimiento de las palabras que el Señor Jesús habló a sus discípulos, cuando él dijo, “Buscar, y hallaréis.” (Lucas 11:9) Él fue dirigido por su fe en Dios, y sabía que eso sería la clave para ganar el premio tanto deseaba. “Sin fe es imposible agradar a Dios.” (Heb. 11:6) Él También sabía que era necesario aplicar estas palabras en su vida, “Buscad primero el reino de Dios y su justicia.” (Mat. 6:33) Al dar esta advertencia, Jesús estaba contrastando nuestro propio interés como Nuevas Criaturas en las cosas celestiales eternas con los intereses de la mayoría del mundo, cuyo objetivo principal es en las cosas temporales de la vida terrenal.

Como nosotros nos esforzamos para hacer firme nuestra vocación y elección, tengamos la misma firmeza de Pablo, expresado en sus palabras, “Hermanos, yo mismo no pretendo no haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” –Fil. 3:13,14



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