ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA |
Lección para 6 de enero
Anunciar a Cristo
Versículo Clave: “Entonces, ¿qué? No obstante, cada forma, ya sea en apariencia, o en la verdad, Cristo es predicado; y me regocijo en él, y aun se alegrará.” Escritura Seleccionada: |
ESTAS PALABRAS fueron escritas por San Pablo, mientras estaba prisionero en Roma, y estas palabras reflejan la especial dedicación que dio a la predicación de la Palabra de Dios. Él fue capaz de alegrarnos en la predicación de Cristo, por esto él recordó las palabras de Jesús, cuando dijo: “Brille así vuestra luz.” (Mat. 5:16) Pablo sabía que esta era la comisión dada a todos los discípulos del Señor.
Jesús se había declarado a sí mismo, “Yo soy la luz del mundo.” (Juan 8:12) Él sabía, sin embargo, que él mismo no permanecería en el mundo, y que el trabajo de Dios que le ha sido confiado sería seguido por sus representantes embajadores. En el libro de Apocalipsis 20:4, estos se conocen como aquellos que son “decapitados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios.” Este leguaje describe el renunciar, o sacrificio, de las cosas terrenas de esta vida en el servicio de Jesús y el mensaje de la verdad que Él proclamó, que vino de Dios. Durante la Era del Evangelio, de la fidelidad como testigos de Jesús conduce a muerte sacrificial, y somos alentados por la promesa, “Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.”— Rev. 2:10
En el comienzo de la Era del Evangelio, milagros eran empleados para demostrar la gloria de Dios. Jesús curó a los enfermos y resucitó a los muertos. Los apóstoles hicieron lo mismo, pero ellos mismos murieron. Después de que los apóstoles se quedaron dormidos en la muerte, el pueblo de Jehová a través del tiempo ha sido llamado a caminar enteramente por la fe, sin la necesidad de la realización de grandes milagros para demostrar su “testimonio de Jesús.” Han sido testigos de él a través de su fidelidad en vida y por proclamar del “evangelio de Cristo” bajo condiciones adversas, que, como afirma san Pablo, es “el poder de Dios para salvación.” –Rom. 1:16
La comisión dada a los discípulos por Jesús es que ellos deberían ser sus testigos en todo el mundo proclamando Evangelio. (Mat. 24:14; 28:19; Hechos 1:8) incluso en la actualidad, en la cosecha de la era del Evangelio, quienes dan testimonio de Jesús, lo hacen proclamando el maravilloso plan de salvación para el hombre por el cual Jesús fue enviado al mundo para ejecutar. Con la proclamación de este mensaje, se indica no sólo del milagro de la resurrección de Jesús por la poderosa fuerza de Dios, sino también de la resurrección del cuerpo de Cristo, quién va a vivir y reinar con él en la gloria celestial. (Ef. 1:18-23) Proclaman también esa característica bendita del mensaje del Evangelio que promete una resurrección de todos los muertos y la restauración de la perfección dispuesta y obediente de la vida como seres humanos en la tierra.
Como “testigos de Jesús, y por la palabra de Dios”, sigamos adelante con un canto de alabanza a nuestros labios- alabemos a Dios por su amor al enviar a Jesús para ser el Redentor y Salvador del mundo. Alabemos y honremos a Dios por su sabiduría divina que ha diseñado un amoroso plan de salvación (Juan 5:23), y por su justicia divina que establece la posibilidad de quitar el pecado Adámico por la sangre del Redentor. Por último, alegrémonos de que el Espíritu de Dios nos ha encomendado a ser testigos de Jesús, al igual que Pablo fue, y para anunciar las gloriosas esperanzas, celestiales y terrenales, prometidas en su Palabra. –Col. 1:25, 27; Hechos 3:19-21