ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 2 de septiembre

La Fe Requiere Perseverancia

Versículo Clave: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.”
—Heb. 10:23

Escritura Seleccionada:
Heb. 10:19-31

A MEDIDA QUE progresamos en la escuela de Cristo y meditamos sobre las experiencias de la vida, tanto las alegrías como los dolores, deberíamos hacernos más fuertes en el Señor y en el poder de su fuerza, deseando cada vez más servirle en espíritu y en verdad. (Juan 4:23) En nuestra lección, es evidente que Pablo fue motivado por el mensaje de la Palabra de Dios, que le dio la paz interior, y que era la base de su relación con el Padre Celestial por Cristo. Tenemos los mismos favores de Dios, las mismas promesas de Dios, las mismas esperanzas inspiradoras que tenían Jesús y los apóstoles. El hombre interior de Pablo tenía la seguridad del Señor de que las glorias del futuro serían proporcionadas a las pruebas del presente, fielmente aguantadas. También deberíamos cifrar nuestra confianza en el Señor firme hasta el fin. “Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.” —Heb. 3:14

Nuestro deseo debería ser que sigamos sirviendo a Dios con todo nuestro corazón. “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” (1 Ped. 5:7-10) Todos los que están en la escuela de Cristo deben llegar a apreciar que las pruebas del presente, y aquellas aún por sobrevenir, son manifestaciones del favor divino. Por esta razón, la atracción de este mundo no es para aquellos que se esfuerzan por andar en los pasos del Señor, y se debe resistir sus tentaciones. (1 Cor. 1:27,28; Lucas 16:13) Debemos dar gracias a Dios nuestro Padre que nos ha llamado “de las tinieblas a su luz admirable.” (1 Ped. 2:9) También debemos estar agradecidos de que nos ha preservado cada día, nos ha prevenido caerse y nos ha protegido del mal. —Juan 17:15

Tendremos muchas pruebas para demostrar el grado de nuestra lealtad hacia Dios. Éstas vendrán continuamente a lo largo de nuestro camino cristiano. Por lo tanto, debemos retener la verdad gloriosa no sólo de la letra—en palabras y acciones—sino también en espíritu—en carácter y disposición. En esto será manifestado el nivel de nuestro amor por la verdad. Una parte importante de nuestra perseverancia es la de desplegar la actitud humilde registrada en las palabras de Pablo acerca de sí mismo: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Fil. 3:13,14) Debemos enfocar nuestra energía en las cosas que nos llevarán más cerca a Dios. Esto incluye esfuerzos por mantener nuestros corazones y mentes llenos de las gemas preciosas encontradas en la Santa Palabra de Dios. “Todo lo que es verdadero,… honesto,… justo,… puro,… amable,… de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” —Fil. 4:8

Una consideración de la importancia de perseverancia no es completa sin mencionar el papel del gran privilegio de la oración. “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” (Ef. 6:18) Un hijo de Dios debe tener una vida de oración activa que incluye oraciones por ayuda y guía, y velando con una determinación de ser fiel a Dios en todas las cosas.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba