ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 5 de agosto

Alabanza para la Justicia de Dios

Versículo Clave: “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios. Que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos.”
—Salmos 146:5,7

Escritura Seleccionada:
Salmos 146

EN NUESTRA LECCIÓN, el salmista expresa desde las profundidades de su corazón la gratitud debido al Creador que es muy digno de ser alabado. “Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras viva.” —Sal. 146:1,2

David no quería que alguien cifrara su confianza en él o en cualquier agencia humana, aun en los príncipes. Sin importar cuán fuertes, sabios, o prudentes que fueran, no se podía depender en que siempre fueran confiables y fieles a su palabra. (vs. 3) Al contrario, la plena confianza puede cifrarse en Dios, cuyas promesas siempre son fieles. —Santiago 1:17

En el relato de Génesis, la pena por la desobediencia de Adán en comer de la fruta prohibida se declaró claramente como la muerte. Aunque hay una creencia extensamente sostenida que el alma realmente no puede morir, la Biblia contradice tal pensamiento. (Mat. 10:28) Sin la futura esperanza de una resurrección de los muertos, hecha posible por medio del sacrificio fiel de Cristo Jesús en entregar su vida perfecta como rescate a favor de Adán y toda su posteridad, aquellos que entran en la tumba permanecerían para siempre en un estado de inconsciencia e inexistencia. “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.” —Sal. 146:4

Nuestros Versículos Claves indican que era el cuidado especial de Dios por su pueblo antiguo Israel que fue reflejado en su liberación de la esclavitud egipcia. Su cuidado también se demostró cuando les proporcionó el maná durante todo su viaje por el desierto. Es el mismo Dios que proporcionará la justicia y las bendiciones para toda la familia humana resucitada cuando entren en armonía con su propósito y planes.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.” (vss. 8,9) El medio de Dios para llevar a cabo todo esto es Cristo Jesús, que dio su vida en rescate por todos para comprar a la humanidad. —1 Tim. 2:5,6

Jesús se ofreció para la erradicación del pecado y, por lo tanto, tuvo que ser perfecto de toda manera a fin de redimir a Adán y a su raza. Nuestro Señor era varón de dolores no porque había alguna deficiencia en su ser. A causa de su perfección él sintió profundamente las aflicciones de la humanidad caída que observó a su alrededor. Sus sensibilidades perfectas le permitieron compadecer los dolores del pobre, gemido, y moribundo mundo de la humanidad. En muchas ocasiones durante su ministerio él dio de su propia vitalidad para curar a los que sufrían, así refrescando y restaurándolos a costa de su propia fuerza personal. —Isa. 53:4; Lucas 6:17,19

Cuando se establezca el reino de Dios, su amor y justicia serán vistos y apreciados por todos. En aquel entonces los sentimientos expresados en nuestro versículo final se harán una realidad. “Reinará Jehová para siempre; tu Dios, oh Sion, de generación en generación. Aleluya.” —Sal. 146:10



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