ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 24 de junio

El Corazón de la Ley

Versículo Clave: “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?”
—Deut. 10:12,13

Escritura Seleccionada:
Deut. 10:1-22; 16:18-20

DESPUÉS DE DAR EL PACTO de la Ley a Israel, el Padre Celestial pidió a su pueblo escogido ser leales a él, amarle, y andar en sus caminos. Para hacer esto, hay exigencias que son necesarias para el pueblo de Dios, tanto antes como ahora, de mantener cerca de sus corazones. Primero, si deseamos “andar en sus caminos,” debemos mostrar una apreciación por su grandeza, entendiendo nuestra propia insignificancia e insuficiencia sin su guía. Debemos mostrar nuestro amor y acción de gracias por su gracia. Entonces debemos apartar la mirada de nuestros propios pensamientos y proyectos y permitir que nuestras mentes contemplen extensamente la grandeza del carácter de Dios y la sabiduría de sus caminos. Esto nos conducirá a tener un respeto apropiado por Jehová y por sus arreglos divinos.

“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.” (Prov. 9:10) Un entendimiento apropiado de la palabra “temor” en este versículo revela que debemos venerar a nuestro Padre Celestial a fin de ganar la sabiduría verdadera. Estas palabras también implican que nuestra reverencia por Jehová aumentará a medida que llegamos a conocer cada vez más su carácter. Este asunto es muy importante en nuestros tratos con el Padre Celestial, como señalado a nosotros en Deuteronomio 10:20: “A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás.” Esto también se demuestra en las palabras, “Teme [reverencie] a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.” (Eccl. 12:13) Estas palabras, dichas por Salomón, muestran la seriedad de llevar una vida que complace al Padre. Estas escrituras, y muchas otras, nos señalan además que debemos mantener nuestros corazones y motivos tan puros como posible. “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón. Porque de él mana la vida.” —Prov. 4:23

Traemos a la memoria estas palabras del Maestro: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” (Mat. 22:37-40) Nuestro pacto con Jehová es que le amamos con todo nuestro corazón, mente, y fuerza. Debemos cumplir con este estándar en el espíritu de nuestras mentes al mayor grado posible, y somos capaces de hacerlo sólo por la ayuda divina. Debemos desear llevar una vida que es verdadera y leal al mérito de la sangre preciosa que nos compró, y que cubre nuestras deficiencias inevitables. “Me rodeó de manto de justicia.” —Is. 61:10

A medida que nos esforzamos por amar al Padre Celestial con todo nuestro ser, también deberíamos entregar nuestras vidas a favor de los hermanos. Esta actitud complace a nuestro Señor, como vemos de sus palabras: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.” (Juan 15:13,14) Siguiendo a Jesús de esta manera significa que procuraremos andar en sus caminos, y nos esforzaremos, como lo hizo él, por tomar nuestras instrucciones de Dios. En resumen, traemos a la memoria estas palabras: “El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos.” —Sal. 19:9



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba