ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 8 de abril

La Palabra Viva

Versículo Clave: “Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.”
—Juan 20:20

Escritura Seleccionada:
Juan 20:1-23

LA LECCIÓN DE HOY detalla el relato de Juan acerca de la resurrección de Jesús de entre los muertos. María Magdalena había venido a la tumba con la esperanza de untar el cuerpo del Maestro con especias. Al llegar, ella encontró el sepulcro abierto y el cuerpo del Señor no estaba. Ella frenéticamente se fue y encontró a Pedro y a otro discípulo, asumimos que era Juan, y clamó, “Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.” (Juan 20:2) Pedro y Juan corrieron al sepulcro para verlo por sí mismos. Lo que vieron era alarmante—“los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.” (vss. 5, 7) Aunque creían lo que veían con sus propios ojos, no lo entendían, y volvieron a sus casas. Registrando estos acontecimientos muchos años más tarde, Juan comenta, “Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.” —vs. 9

María, que lloraba por su Maestro amado, se quedó en el sepulcro. Ella pronto percibió a dos individuos, dándose cuenta más tarde de que eran ángeles, quienes le preguntaron por qué lloraba. María contestó que era porque “se han llevado a mi Señor.” (vs. 13) Ella entonces se volvió y vio a una persona que parecía ser el hortelano de la zona de las tumbas. Ella le preguntó si quizás hubiera movido el cuerpo. Si fuera así, le gustaría llevarlo a otro lugar de entierro. Lo que siguió es una de los relatos más conmovedores de todas las escrituras. El hortelano le dijo “¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).” (vs. 16) Este “hortelano” era de hecho el Jesús resucitado y María lo reconoció por causa de la manera en la cual él la llamó por nombre. Ella había oído su llamada muchas veces antes durante su ministerio y ahora la había reconocido otra vez. Su experiencia le recordó de las palabras de Jesús acerca de sí mismo como el buen pastor, “a sus ovejas llama por nombre, y las saca.” —Juan 10:3

Jesús dijo a María, “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” (Juan 20:17) Hubiera sido la inclinación natural de María de colgarse del Maestro y quedarse con él, ahora que sabía que ya no estaba muerto. Sin embargo, ella también no reconoció la importancia de estos acontecimientos. Jesús le explicó que su aparición otra vez en la carne era sólo temporal y pronto subiría a su Padre. Por esta razón ella no debería colgarse de él según la carne, porque ella sentiría la desilusión de nuevo una vez que subiera. En cambio, Jesús instruyó a María de ir a los otros discípulos y decirles que había resucitado. Obedeciendo al Maestro, ella lo hizo, diciéndoles que había “visto al Señor.” —vs. 18

Más tarde el mismo día por la noche, Jesús milagrosamente apareció a los discípulos y les dijo, “Paz a vosotros.” (vs. 19) Las palabras de nuestro Versículo Clave muestran el gozo y la alegría de todos los discípulos, sabiendo que su Señor y Maestro había sido resucitado de entre los muertos. Cuánto estas palabras nos resuenan hoy, “¡Ha resucitado!” —Mat. 28:6



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba