ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 18 de febrero

La Boda en Caná

Versículo Clave: “Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.”
—Juan 2:11

Escritura Seleccionada:
Juan 2:1-12

COMO LA CITA BÍBLICA nos indica, estos versículos destacan el primero de muchos milagros que fueron realizados por nuestro Señor Jesús. Las circunstancias que rodeaban la ocasión festiva de una boda en la cual nuestro Señor convirtió el agua en vino, llegaría a señalar las bendiciones aun más grandes que él traerá algún día a todos los pueblos de la tierra.

Mateo 26:29, nos indica que nuestro Señor no bebería más del fruto de la vid con sus discípulos hasta que lo bebiera de nuevo con ellos en el reino. Beber de la copa del Señor en el presente significa participar en sus sufrimientos, humillación y muerte. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? (Marcos 10:38) Esta copa significa experiencias, como se demuestra cuando nuestro Señor dijo: “La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?” (Juan 18:11) Beber de la copa en la edad venidera significará participar en su gloria y alegría. Será el nuevo vino del reino. También tenemos la profecía: “Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados.” (Isa. 25:6) En estas palabras debemos reconocer el vino como un símbolo apropiado de gozo y alegría.

Este primer milagro fue dado para simbolizar el objeto final de la obra en la cual nuestro Señor estaba embarcándose en aquel momento. Su objetivo consistía en glorificar su iglesia y luego extender un banquete de manjares suculentos (de bendiciones ricas) y de vino (de gozo) ante todos los pueblos. (Jer. 31:12,13) Cuán apropiado es que este primer milagro que nuestro Señor realizó serviría como un presagio de la futura gloria.

Al observar los rasgos de este milagro notamos que siguió la ceremonia matrimonial. Así que la alegría y la bendición del reino de Cristo, tanto para la iglesia, su desposada, como también para el mundo, seguirán la boda del Cordero. (Apoc. 19:7) Después debemos notar que la boda ocurrió al “tercer día.” (Juan 2:1) Esto nos dirige a las palabras de nuestro Señor: “Hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra.” (Lucas 13:32) y “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.” (Juan 2:19,21) El milagro consistía en convertir el agua que estaba en las tinajas para el rito de la purificación en una bebida deseable, el “vino bueno.” (Juan 2:6-8) El agua es un símbolo de la verdad (Ef. 5:26), el uso del cual es para refrescar y limpiar al pueblo del Señor. Por medio de este mismo conducto limpiador la iglesia será glorificada y el mundo será bendecido. La verdad divina que fluye de Dios se realizará entonces en la bendición y las alegrías del reino. La respuesta del Señor a su madre, que le informó de la carencia de vino, es también significativa. “¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.” (Juan 2:4) La hora para su exaltación y gloria aún no había llegado. —Sal. 30:5; Apoc. 2:10; Mat. 25:23



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