Lección para 11 de marzo

El Verbo Fue Hecho Carne

Versículo Clave: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
—Juan 1:14

Escritura Seleccionada:
Juan 1:1-14

POR MEDIO DE SU maravillosa sabiduría el Padre Celestial creó a su hijo, “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios.” (Juan 1:1) Esta escritura indica la existencia prehumana de Jesús, y nos revela que Jesús era el primero, y el único ser directamente creado por Dios. En el principio de la creación de Dios, Jesús estaba allí en el cielo con él, antes de que algo fuera creado, y cuando nada existía excepto Dios. En este tiempo el “Logos,” o el Verbo existía con Dios, él fue el primero creado y el primero o el más alto en rango. “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.” (Apoc. 22:13) La palabra griega “Logos” sería traducida correctamente por las palabras, intención, plan, objetivo, o expresión. También significa vocero o mensajero especial. Como el vocero de su padre, el hijo amado llegaría a ejemplificar todos los atributos que pertenecían al “unigénito del Padre”—Juan 1:14

Dios siguió creando por medio de su hijo como co-creador, pero Jesús era “el primogénito de toda creación.” (Col. 1:15-18), y “el principio de la creación de Dios.” (Apoc. 3:14) A medida que seguimos leyendo en el primer capítulo de Juan, encontramos las palabras, “Todas las cosas por él (Logos) fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Juan 1:3) El poder era del Padre, pero fue ejercido por el hijo.

Estos versículos están en plena armonía con la declaración hecha por el Apóstol Pablo: “Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” (1 Cor. 8:6) El Padre es el dador de vida, y existía primero, y Jesús se refiere a esto cuando dice: “El Padre mayor es que yo,” (Juan 14:28) “No puedo yo hacer nada por mí mismo.” (Juan 5:30) “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” (Juan 20:17) “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3) Jesús mismo declaró: “Antes que Abraham fuese, yo soy.” (Juan 8:58) Esta declaración sirve para identificar al hombre Jesús en su condición anterior antes de que él “fuera hecho carne y habitó entre nosotros.”

Cuando recordamos del relato bíblico que Jesús nacería de María y fue engendrado por el Espíritu Santo, por lo tanto, el principio de vida por el cual Jesús fue concebido vino directamente del Padre Celestial. (Heb. 1:5) Fue debido a esto que él era capaz de nacer como un hombre perfecto. “Y aquel Verbo fue hecho carne.” (Juan 1:14) La Biblia de las Américas lo vierte, “Y el Verbo se hizo carne.” Él nació perfecto y por lo tanto era libre de la maldición adámica de pecado y muerte. No conoció el pecado, aunque todos los otros hombres son pecadores por naturaleza. (2 Cor. 5:21) Nuestro Versículo Clave nos dice que estaba “lleno de gracia y de verdad.” En él habitó toda la plenitud del Padre, de modo que fuera diseñado en todas las cosas para tener la preeminencia sobre todos los demás. Pues, “En él estaba la vida.” —Juan 1:4