ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 4 de marzo

El Papel de la Sabiduría en la Creación

Versículo Clave: “Atended el consejo, y sed sabios, y no lo menospreciéis.”
—Prov. 8:33

Escritura Seleccionada:
Proverbios Capítulo 8

A MEDIDA QUE consideramos el tema de la creación como se enseña en Génesis, debemos ver inmediatamente pruebas de un Creador inteligente. (Gen 1:1-31) Sólo hay que examinar el cielo en la noche con un telescopio o hasta con el ojo solo para ver la inmensidad de la creación. Cuando notamos su orden, belleza, armonía, simetría, y diversidad, no hay duda de que el Creador de todo esto es enormemente superior tanto en sabiduría como en poder. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” (Sal. 19:1) Cada planta y flor habla volúmenes de testimonio al respecto. La vida en los niveles vegetales, animales, y humanos revela la construcción intrincada y la belleza exquisita en forma y textura, y cada uno habla de una sabiduría y habilidad encima de cualquier cosa que puede ser explicada por el mero azar. Debemos procurar por instinto adorar a Aquel cuya sabiduría lo planeó y cuyo poder supera tan enormemente lo nuestro. “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.” —Prov. 9:10

La existencia de un Creador inteligente es una verdad claramente demostrada, la prueba de la cual está alrededor de nosotros y dentro de nosotros. Sabemos realmente que Dios estaba complacido con su creación como se manifiesta en las palabras: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.” (Gen 1:31) Adán fue creado físicamente, mentalmente y moralmente perfecto. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó.” (Gen 1:27) El hombre es su obra y cada potencia de la mente y del cuerpo refleja una habilidad maravillosa más allá de nuestra comprensión.

Dios es el diseñador y creador de lo que llamamos la naturaleza. Ordenó y estableció las leyes de la naturaleza, la belleza y la armonía de cuya operación la humanidad no puede reproducir o crear. “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Rom. 11:33) La conclusión del Apóstol Pablo es que tales profundidades de sabiduría y conocimiento y gracia demuestran que el plan de Dios es sobrehumano. También debemos recordar que el Padre Celestial posee los atributos de justicia, misericordia, y amor, además de su poder y sabiduría. Sin embargo, se nos dice en Proverbios 4:7: “Sabiduría ante todo.” Otro refrán importante se registra para nosotros en las palabras, “Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.” —Prov. 8:11

Un reconocimiento adicional de la sabiduría de Dios se nos proporciona en la escritura: “La sabiduría que es de lo alto es primeramente pura.” (Stg. 3:17) Aquella sabiduría es más que sólo una creencia en un atributo de Dios, o en la voluntad de Dios. Es una aceptación y creencia completa: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.” (Lucas 4:4) Esto implica una aceptación de su voluntad en cada asunto de la vida.

¿Qué podría ser más razonable que en la creación del hombre, Dios le dotó con razón y juicio, y la capacidad de apreciar las obras de su Creador, y su sabiduría, justicia, amor, y poder? Él es sabio, justo, amoroso, y poderoso, y el alcance de sus atributos es magnífico. Verdaderamente, “Bienaventurado el hombre que me escucha.” —Prov. 8:34



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