ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 15 de enero

Dios Preserva un Remanente

Versículo Clave: “Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.”
—Gen. 45:8

Escritura Seleccionada:
Gen. 42:1-38; 45:1-28

EL HAMBRE QUE SIGUIÓ los siete años de abundancia ahora estaba en la tierra, de acuerdo con la interpretación de José de los dos sueños de Faraón dos años antes. No sólo estaba en Egipto, sino que también estaba en la tierra de Canaán, donde vivían Jacob y sus once hijos restantes. En los versículos que abren nuestra lección se nos dice que Jacob había oído que había trigo en la tierra de Egipto. Él envió a todos sus hijos, los hermanos de José, con la excepción del más joven, Benjamin, a la tierra de Egipto para comprar el trigo. (Gen 42:1-4) Jacob no envió a Benjamin porque temía que el mal le sucediera exactamente como pensaba que había acontecido con José años antes, el cual creía que estaba muerto.

Génesis 42:7-25 es el relato del encuentro inicial de José con sus diez hermanos. Él sabía quienes eran, pero ellos no lo reconocieron. Para probarlos, José aseveró que eran espías, lo que negaban fervorosamente. A medida que José seguía acusándoles del espionaje, les dijo que sólo les daría el trigo y los dejaría ir si prometieran regresar con su hermano menor, por quien él tendría a Simeón como rehén. José llenó los sacos de ellos con trigo y, sin saberlo ellos, también pusieron en los sacos el dinero con el cual habían pagado el trigo.

Cuando los nueve hermanos de José volvieron a Jacob descubrieron que el dinero había sido puesto en sus sacos, lo que les causó gran temor. Cuando relataron esto a su padre Jacob, junto con la petición que Benjamin debiera ser llevado a Egipto, y que Simeón ya era rehén allí, estaba afligido. Jacob dijo, “Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas.” (Gen 42:36) Después de mucha protesta, Jacob finalmente permitió que Benjamin regresara a Egipto con sus hermanos. —Gen 43:11-15

El capítulo 44 de Génesis relata otras severas pruebas que José había puesto sobre sus hermanos. Finalmente, después de ver su condición arrepentida de corazón genuina, y el gran amor que tenían por su padre Jacob y su hermano menor Benjamin, José ya no podía contenerse. Él despidió a cada uno excepto a sus hermanos. Llorando mientras hablaba, José dijo, “Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José… Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.” (Gen. 45:3-4) Entonces, les explicó cómo todas estas experiencias habían sido predestinadas por Dios para su bien supremo. (Versículos 5-8) En nuestro Versículo Clave, José llegó inclusive a decir que era Dios, no ellos, que le había enviado a Egipto. ¡Qué reconocimiento de las providencias de Dios era esto!

Fue a consecuencia de estos muchos acontecimientos que Jacob fue llevado finalmente a Egipto y reunido con todos sus doce hijos. Ellos prosperaron en la tierra de Gosén y se convirtieron en lo que se haría finalmente la nación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Vemos cómo las muchas experiencias de José y de sus hermanos simbolizan las varias lecciones que la humanidad está aprendiendo durante la noche actual de pecado y dificultades. Al igual que los hermanos de José fueron probados con severidad y desarrollaron finalmente un corazón realmente arrepentido y amoroso, así también la humanidad tendrá finalmente la ley de Dios en sus corazones en el reino venidero de Cristo. “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” —Jer. 31:33



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba