ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 11 de diciembre

Una Promesa Hecha a Abrahán

Versículo Clave: “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.”
– Gen. 15:6

Escritura Seleccionada:
Gen. 15:1-21

NUESTRA LECCIÓN anterior incluyó un registro de los acontecimientos que condujeron al llamado de Abrahán y su viaje subsecuente a la tierra de promesa bajo la dirección del Padre Celestial. Un aspecto muy importante del trato de Dios con Abrahán envolvió la fe. La frase, “y creyó,” significa más que la mera creencia, parece comunicar el pensamiento de un descanso de fe. Esto es apoyado por el hecho de que Abrahán está mencionado como un héroe de fe en la epístola a los Hebreos. “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida.” (Heb. 11: 8, 9) Él respondió a la dirección de Dios y viajó a Canaán. La primera prueba que sobrevino a Abrahán después de que fuera llamado consistía en que dejó su país natal para vagar por todos lados de Palestina como un pastor. Puesto que él ha sido un gran ejemplo de fe para nosotros, Dios comenzó una familia de fe por medio de él y se le dieron muchas grandes promesas. “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina.” —2 Ped. 1:4

El llamamiento de Abrahán fue el resultado de la fe que tenía en Dios y la nuestra debe ser la misma también. Él confió en el amor de Dios y creyó que la sabiduría del Padre fue superior a la suya. Por lo tanto, aceptó la autoridad de Dios encima de todas las demás. Él también vivió en el momento oportuno cuando los propósitos divinos comenzaron a realizarse. Abrahán no tenía este alto nivel de fe cuando entró por primera vez en la tierra de Canaán. Llegaría a aprender a confiar en Dios en todas las cosas y por lo tanto su fe se haría fuerte por la dirección del Padre Celestial. Debemos recordar que la fe puede confiar firmemente en Él venga lo que venga. En estos aspectos sus experiencias tipifican a la Iglesia verdadera en salir del mundo. Al mismo tiempo tenemos el aseguramiento de que “por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino.” (Sal. 37:23) Vemos en estas palabras cuanto cuidado Dios tiene por sus hijos, por aquellos que desean ser fieles en su servicio y caminar en las sendas dirigidas por su mano amorosa.

El relato confirma que Abrahán creyó en Jehová y su fe en Dios triunfó bien sobre cada obstáculo. La fe de Abrahán es el tipo de fe y el punto de carácter que están puestos en las Escrituras para nuestro estímulo. Abrahán no fue perfecto, así como no somos perfectos, “No hay justo, ni aun uno.” (Rom. 3:10) Pero se nos dice en nuestro versículo temático que Dios tanto estimó la fe de Abrahán que la contó como compensación por sus imperfecciones naturales. “Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.” (Rom. 4:3) Él tenía fe en lo que Dios le había dicho, y como señala Santiago, él mostró su fe por su conducta. (Snt. 2:22) Tenemos el aseguramiento adicional de esto en las palabras: “Porque Jehová conoce el camino de los justos.” (Sal. 1:6) Pues realmente, “Conoce el Señor a los que son suyos.” —2 Tim. 2:19



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