ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 16 de octubre

Sabiduría para el Envejecimiento

Versículo Clave: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.”
– Ecl. 12:13

Escritura Seleccionada:
Ecl. 11:7 – 12:14

SE LE CONCEDIÓ AL REY joven Salomón mucha sabiduría de parte de Dios cuando comenzó su reinado sobre Israel. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, él se apartó de la mayoría de la sabiduría que había recibido. Ahora, en el contexto de nuestra lección, Salomón está aproximándose al fin de su vida y nos imparte las lecciones que había aprendido. Había aprendido algunas por medio de la sabiduría que Dios le había dado. Había aprendido otras bajo mucha dificultad cuando se apartó de la justicia.

Una de las lecciones que Salomón nos pasa es que debemos apreciar la vida y regocijarnos en los años que tenemos. (Ecl. 11:8) La vida es un don precioso de Dios, nuestro Creador. Es así especialmente en el contexto de su plan de rescatar a la humanidad de la muerte y darle la vida y bendecir a todas las familias de la tierra en el reino venidero de Cristo. Salomón nos recuerda también en este versículo que en la vida presente hay muchos “días de las tinieblas.” Éstos son los días de prueba y sufrimiento que experimenta toda la humanidad de un mayor o menor grado debido a su condición caída heredada. Esto también será tratado en el reino de Cristo, pues la pena impuesta sobre el Padre Adán y su maldición resultante sobre la tierra y sus habitantes serán levantadas. Esto permitirá que la humanidad aprenda la justicia de una manera que nunca le estaba disponible antes. Entonces el hombre será liberado de las tendencias pecaminosas, las tendencias caídas transmitidas de generación en generación como es el caso ahora.

Otra lección que Salomón nos proporciona es la importancia de seguir los caminos de Jehová desde nuestra juventud. “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal… Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud.” (Ecl. 11:9-10; 12:1) Hasta cierto punto, Salomón indudablemente hacía una referencia respecto a su propia vida. Se supone que tenía sólo 20 años cuando comenzó su reinado sobre Israel. Es evidente que al principio su corazón confiaba mucho en el Señor y como resultado se le concedió gran sabiduría. Sin embargo, aun cuando todavía era un hombre relativamente joven, él pronto comenzó a apartarse de los caminos de Dios. Él no “se acordó” totalmente de su Creador en los días de su juventud. Que prestemos atención a esta lección aun si Salomón no lo hizo.

Salomón también trae a nuestra atención un principio doctrinal muy importante en la lección para hoy acerca de la condición de la muerte. Usando la lengua metafórica él habla de la muerte de esta manera, “Antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo.” (Ecl. 12:6) Todos estos ejemplos naturales son ilustrativos de la muerte. Entonces, Salomón declara una verdad importante acerca de la muerte, “Entonces [cuando una persona muere] el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.” —Ecl. 12:7

Las palabras de Salomón confirman el relato de Génesis en cuanto a la creación del hombre (véase Gen 2:7). Dios formó el cuerpo del hombre de los elementos de la tierra, del “polvo”. Aquel polvo estaba sin vida hasta que Dios usara su poder, el poder del Espíritu Santo, para soplar el aliento de la vida en los elementos de los cuales había formado el cuerpo del hombre. Entonces, y sólo entonces, el hombre “fue un alma viva.” Del mismo modo, como dice Salomón, cuando una persona muere, su cuerpo vuelve a los elementos, y el aliento, el espíritu, vuelve a Dios. Esto muere y espera en el sueño pacífico de la muerte hasta el día de la resurrección en el reino venidero de Cristo.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba