ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 9 de octubre

La Superioridad de la Sabiduría

Versículo Clave: “Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.”
– Ecl. 9:16

Escritura Seleccionada:
Ecl. 9:13 – 10:20

EL VERSÍCULO CLAVE DE la lección para hoy es parte de varios versículos en los cuales el sabio Salomón relata la historia de una pequeña ciudad y la relaciona con la lección de la sabiduría. (vss. 14-18) Parafraseando los versículos 14-15, un gobernante poderoso rodeó y atacó una pequeña ciudad donde vivían sólo unas cuantas personas. El ejército del enemigo se preparaba para abrir una brecha en las murallas. Por suerte, la ciudad se salvó debido a la sabiduría de una persona pobre que moraba allí, pero, ya que era pobre, él y su sabiduría pronto se olvidaron.

El relato no nos dice lo que hizo el hombre pobre en su sabiduría para salvar la pequeña ciudad. Sin embargo, como señala el Versículo Clave, esta sabiduría fue claramente mucho más poderosa que la fuerza del gobernante que hizo el ataque. Lamentablemente, esta sabiduría fue despreciada puesto que se originó de parte de un mero hombre pobre y rápidamente se despareció de la memoria. Sí, el hombre caído tiene poca inclinación de recordar las palabras sabias de una persona pobre e insignificante, aun cuando es a su ventaja. No obstante, tal no debe ser el caso con el pueblo de Dios. Siempre se debe prestar atención y recordar la sabiduría espiritual verdadera, basada en la palabra de Dios, sin tener en cuenta el instrumento usado para dispensarla. Como declara el relato, “Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios. Mejor es la sabiduría que las armas de guerra.” —Ecl. 9:17-18

Siguiendo nuestra lección en el capítulo 10 de Eclesiastés, encontramos varias otras referencias a la superioridad de la sabiduría verdadera. “El corazón del sabio está a su mano derecha, mas el corazón del necio a su mano izquierda. Y aun mientras va el necio por el camino, le falta cordura, y va diciendo a todos que es necio.” (Ecl. 10:2-3) En lenguaje un poco disimulado, Salomón declara aquí que aquellos que tienen la sabiduría verdadera serán conducidos para hacer lo correcto. Aquellos careciendo de la sabiduría tenderán hacia el pecado y su carencia de sabiduría será evidente a los demás por causa de la manera en la cual ellos viven.

El Apóstol Santiago nos dice, “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” (Santiago 3:17) Si esta sea la sabiduría que persigamos, esto conducirá necesariamente hacia la santidad y un desarrollo apropiado de los frutos y las gracias del Espíritu Santo.

En otra referencia a la sabiduría, este versículo de nuestra lección declara, “Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que añadir entonces más fuerza; pero la sabiduría es provechosa para dirigir.” (Ecl. 10:10) Interpretando las palabras de Salomón, él dice que si uno tiene un hacha (un instrumento terrenal) que no es aguda, se requerirá mucho más esfuerzo para hacer que corte algo. Sin embargo, la sabiduría de Dios, figuradamente hablando, siempre será aguda y nunca perderá su filo.

Sabemos que nuestra fuente principal para saber y entender la sabiduría de Dios es su palabra, la Biblia. El Apóstol Pablo habla de esto en plena armonía con las palabras de Salomón, aun usando la metáfora de la agudeza. Él dice en dos ocasiones separadas, “Y tomad… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos.” —Ef. 6:17; Heb. 4:12



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba