ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 14 de agosto

Seleccionando una Comunidad

Versículo Clave: “Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.”
– Rut 1:6

Escritura Seleccionada:
Rut 1:8-18

DURANTE EL PERÍODO de los Jueces, Elimelec, Noemí y sus hijos, Mahlón y Quelión dejaron Belén de Judá y viajaron a Moab para buscar alimento debido al hambre que existía donde vivían. —Rut 1:1, 2

Esta fue una decisión imprudente y en vez de morar posiblemente con sus hermanos judíos en otra sección de Israel donde quizás las fortunas temporales de la familia pudieran haberse mejorado, Elimelec por sus acciones violó las instrucciones anteriores de Dios. “No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre. No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.” —Deut. 23:3, 6

Mientras la familia moraba en Moab, Elimelec murió, sus hijos se casaron con mujeres moabitas y después de diez años Mahlón y Quelión también murieron, dejando desamparada a su madre, Noemí, con dos nueras, Orfa y Rut. —Rut 1:3-5

Nuestro Versículo Clave revela la misericordia de Dios ya que por último se quitó el hambre de Judá y Noemí decidió volver sola a su tierra.

Las nueras de Noemí rehusaron abandonarla. En el caso de Orfa, esto era aparentemente un gesto cortés; pero la expresión de Rut era genuina. Noemí otra vez les exhortó marcharse, notando que Rut y Orfa deberían procurar volver a casarse y dar a luz hijos, puesto que ella era demasiado vieja para casarse y dar a luz hijos con los cuales las nueras podían casarse. Entonces, Orfa aceptó el consejo de Noemí y volvió a su familia y sus dioses, pero Rut prometió, usando una de las expresiones más hermosas del amor registrada en cualquier literatura, que de ninguna manera se apartara de su suegra. “No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.” —vss. 10-17

Cuando Noemí volvió a Belén con Rut, los habitantes de la ciudad eran felices verla otra vez y la saludaron cordialmente por nombre. Ella respondió diciendo no llamarla Noemí, que significaba “agradable”, sino que en cambio llamarla Mara, que significaba “amargura”, ya que ella había sido castigada por vivir en Moab. Ella explicó que se había marchado hace muchos años con su marido y sus dos hijos, y ahora había vuelto vacía, como una viuda sin hijos. —vss. 19-21

Una lección muy importante que se puede sacar de una consideración de esta narrativa es el valor de estar firme respecto a tomar una decisión. Rut determinó que haría un compromiso de ir a Judea con su suegra y convertirse al judaísmo. Claramente el testimonio que ella había recibido acerca del poder, de la sabiduría, de la justicia y del amor del Creador era tan poderoso que quiso abandonar todo lo relacionado con su antigua vida en Moab para abrazar las promesas que habían sido dadas a Israel, el cual era el pueblo elegido de Dios. —Amos 3:2

Durante su ministerio terrenal Cristo destacó los requisitos de abnegación y de llevar la cruz para todos los que desean ser sus discípulos. (Lucas 9:23, 24) Que cada uno de nosotros manifieste la misma determinación de seguir a nuestro Maestro como manifestó Rut en dejar Moab y acompañar a Noemí de regreso a Judea por causa del amor y el deseo de servir al Dios de Israel.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba