ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 31 de julio

Regreso a la Obediencia

Versículo Clave: “Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel.”
– Jueces 10:16

Escritura Seleccionada:
Jueces 10:6 – 11:33; 21:25

LA SERIE DE LECCIONES para este mes ha concentrado en algunas de las muchas veces que Dios libró a la nación de Israel de sus enemigos aunque, vez tras vez, ella volvió a la desobediencia y a la adoración de los dioses paganos que la rodeaban. En la lección de hoy este ciclo llega a un punto culminante. La idolatría de Israel había progresado al punto donde no sólo estaba adorando a uno o dos dioses paganos, sino a muchos. Servía “a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos; y dej[ó] a Jehová, y no le sirvi[ó].” —Jueces 10:6

No es de sorprender que el relato dice: “Se encendió la ira de Jehová contra Israel,” (Jueces 10:7,8) y él los entregó en mano de los filisteos y de los amonitas durante dieciocho años. Esto fue opresivo en particular debido al hecho de que los filisteos, que residieron en el Oeste, y los amonitas, que residieron en el este, podrían controlar con eficacia a toda la nación de Israel, su tierra y al pueblo, sin cualquier vía de escape. Como resultado, “fue afligido Israel en gran manera.” —Jueces 10:9

Este punto culminante de aflicción que había caído sobre la nación de Israel los causó, como lo había hecho en el pasado, a clamar a Jehová. Esta vez, sin embargo, y por primera vez durante el período de los jueces, su clamor estaba acompañado por estas palabras: “Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.” (Jueces 10:10) Dios, no obstante, no se limitó a tomar estas palabras al pie de la letra. Más prueba de la sinceridad de ellos fue necesaria. Él les recordó de cómo los había liberado de los egipcios, y de las muchas otras naciones subsecuentes hasta aquel tiempo, cómo les había ayudado cada vez que le clamaron. Él les recordó que, a pesar de todo esto, ellos siguieron abandonándole y volviendo a adorar a otros dioses. Por lo tanto, Dios dijo, “por tanto, yo no os libraré más. Andad y clamad a los dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra aflicción.” —Jueces 10:11-14

Por medio de estas palabras Dios lanzó un desafío de examen de conciencia a los israelitas. Si en efecto estos otros dioses pudieran liberarlos de su aflicción, entonces ellos ya no tendrían cualquier necesidad de servirle o pedirle la liberación. Si los otros dioses no pudieran liberarlos, entonces esto plantearía una pregunta seria en cuanto a su legitimidad. Está claro de la declaración de Dios que él quiso que Israel diera seria consideración a su modo de comportarse—sirviendo a otros dioses, siendo castigados posteriormente por servir a otras naciones, clamando al Dios de Israel para la liberación, ganando aquella liberación, luego volviendo a la adoración de los dioses falsos. Tal manera de comportarse necesitaba cambiarse.

En este caso por lo menos, los israelitas tomaron a pecho la declaración de examen de conciencia de Dios. Ellos respondieron otra vez, “Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día.” (Jueces 10:15) Ellos reconocieron no sólo que habían pecado, sino también que cualquier castigo que Dios decidió infligir en ellos sería justificado. Pero ellos todavía expresaban el deseo de ser liberados. Nuestro Versículo Clave destaca la última acción que Dios buscaba—quitar de entre sí a los dioses ajenos, y servir sólo al Dios de sus padres, Abrahán, Isaac, y Jacob.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba