ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 12 de junio

Dios Tiene Expectativas

Versículo Clave: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.”
– Josué 1:7

Escritura Seleccionada:
Joshua 1:7-16

AL CONTEMPLAR ESTAS escrituras, debemos notar primero que Dios está informando a Josué que él desea que tenga plena confianza no en sí mismo, sino en el Dios verdadero y vivo. Él anima a Josué a esforzarse y demostrar una medida de coraje que no nace de independencia o de imprudencia, sino que viene del reconocimiento de su propia insuficiencia. Jehová pronunció palabras de seguridad muy semejantes a Moisés: “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. (Deut. 31:6) Se debe llamar la atención al hecho de que la palabra hebrea aquí vertida “esforzaos” es una que implica la fuerza de los brazos y de los hombros. Esto sugiere el pensamiento de estar listo para la guerra agresiva. La palabra vertida “ánimo” se asocia con los miembros inferiores e implica el poder defensivo, o la firmeza. Este tipo de ánimo busca ayuda de parte de Jehová. La importancia de esto se puede encontrar en la realidad de que Dios no había prometido dar riquezas a su pueblo, sino que debía luchar y vencer a sus enemigos.

Josué, como sucesor de Moisés, necesitaba este tipo de estímulo cuando los israelitas entraron en la tierra de promesa. Aunque habían pasado cuarenta años en prepararse para este acontecimiento, tenían que darse cuenta de que aún les afrontaban grandes dificultades. Dios les explicó que este galardón no fue debido a su mérito, sino debido al favor para con ellos en la búsqueda de sus propios grandes proyectos que había revelado a Abrahán. “Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.” (Gen: 26:3; Ex. 12:25) Además, les explicó que el pueblo de Canaán no era la gente que deseaba tener en la tierra. Josué e Israel tendrían que tomar posesión de la tierra por fuerza. Al realizar estos acontecimientos con respecto a los hijos de Israel, Dios les prometió su propia tierra y que les ayudaría a poseerla.

En el caso de los seguidores asidos de Jesús, ellos reciben la prometida ayuda encontrada en las palabras de nuestro Señor, “No te desampararé, ni te dejaré.” (Heb. 13:5) La verdadera razón por la alegría es una comprensión del cuidado del Señor y de que su sabiduría y gracia están siendo ejercidas para con nosotros, y de que las cosas que él nos da son las mejores para nosotros. Él está siempre presente para consolar, bendecir, y hacer que todas las cosas les ayudan a bien a los que le aman, a los que conforme a su propósito son llamados. (Rom. 8:28) Como resultado del ejemplo del trato de Jehová con Josué, nuestra fuerza y confianza deberían estar en aquel que declaró. “No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.” —Gen 15:1



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