ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 5 de junio

Las Promesas de Dios Realizadas

Versículo Clave: “De la manera que Jehová lo había mandado a Moisés su siervo, así Moisés lo mandó a Josué; y así Josué lo hizo, sin quitar palabra de todo lo que Jehová había mandado a Moisés.”
– Josué 11:15

Escritura Seleccionada:
Josué 1:1-6; 11:16-23

AL COMENZAR NUESTRO estudio se nos dice que Moisés ya había muerto y que Josué, cuyo nombre significa libertador, o salvador, se hizo el gobernante de Israel por un mandato directo de Dios. (Jos. 1:1,2) Leemos: “Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” (Nu. 27:18-20) Bajo él, el pueblo de Israel gozaría grandes victorias y por fin entraría en la tierra, prometida en el pacto. Josué era de la tribu de Efraín, una de las familias principales. (Nu. 1:10) Su linaje incluía Elisama que había sido el capitán de un ejército grande que se formó de su propia tribu poco después del éxodo de la esclavitud egipcia. (Nu. 2:18) Dios prometió ayudar a Josué a llevar a los hijos de Israel “a la tierra que yo les doy.” (Josué 1:2) Además, el Padre Celestial prometió tratar a Josué y a su pueblo de la misma manera que les había tratado por medio de Moisés. (Ex. 3:1-10) Él demostraría que las promesas del Padre Celestial eran verdaderas al servir fielmente a Jehová durante más de 25 años.

Josué había comenzado a demostrar su fidelidad a Dios durante sus años de servicio al lado de Moisés. Por esta razón era el mejor hombre calificado para cumplir la tarea importante de conducir al pueblo elegido de Dios a su tierra de promesa. Entonces, Jehová esbozó la tierra de promesa y prácticamente dio los mismos límites que marcarían posteriormente la posesión de Israel al final del reinado de David y a lo largo de aquel de Salomón. “Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.” —Jos. 1:4

Al hablar estas palabras a Josué, Dios estaba reafirmando de alguna manera el deseo de que su pueblo entrara en la tierra que les daría. Al mismo tiempo no debemos perder de vista el hecho de que Dios había adoptado a la nación de Israel como la suya, y había concluido un pacto especial con ella. Por esta razón él era su verdadero capitán y líder, Moisés, Josué y otros siendo simplemente sus representantes y voceros. Dios esperaba mucho de ella porque era su pueblo elegido por el cual todo el mundo de la humanidad finalmente tendría la oportunidad de entrar en su propia tierra prometida. “Todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.” —Gen 28:14, 15



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba