ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 24 de abril

Cristo Ha Resucitado

Versículo Clave: “He aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.”
– Mat. 28:9

Escritura Seleccionada:
Mat. 28:1-17

TODOS LOS CUATRO evangelios presentan distintos, pero no contradictorios, detalles en cuanto al relato histórico de la resurrección de Jesús y sus apariencias subsecuentes durante los cuarenta días antes de su ascensión al cielo. En la lección de hoy examinaremos la perspectiva del evangelio de Mateo. Es evidente del relato de Mateo (y de los demás) que algunas seguidoras de Jesús fueron las primeras en entender y creer que él había sido resucitado de entre los muertos. Mateo expresamente identifica a María Magdalena “y a la otra María” como las que fueron al sepulcro temprano el primer día de la semana. (Mat. 28:1) María Magdalena fue aquella de la cual Jesús había expulsado a siete demonios (véase Lucas 8:2), y ella posteriormente se hizo una seguidora asida de él. La María que se menciona aquí fue María, la madre de Jacobo y de José, y supuestamente fue una tía de Jesús (compárese Mat. 27:56,61 y Juan 19:25).

Cuán humillados deben haberse sentido más tarde los once discípulos por el hecho de que estas mujeres, junto con las otras mujeres mencionadas en los relatos de Marcos, Lucas, y Juan, fueron las primeras a las cuales se les dio el privilegio de testificar de la resurrección de Jesús de entre los muertos. Su fe simple pero fuerte en el Maestro fue recompensada de esta manera. Cuando llegaron al sepulcro temprano por la mañana, la piedra que cubría la entrada había sido removida y, de hecho, un ángel de Dios estaba sentado sobre ella. (Mat. 28:2) El relato dice que el aspecto del ángel asustó terriblemente a los guardas del sepulcro, pero no hay ningún registro de que las mujeres tuvieron miedo. El ángel les dijo, “No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.” —Mat. 28:5-6

El ángel entonces les ordenó a las mujeres de ir e informar a los once discípulos de que Jesús había resucitado y que pronto él iría delante de ellos a Galilea, donde le verían. Las mujeres, otra vez demostrando su fe, hicieron exactamente lo que el ángel les había mandado y corrieron para dar las nuevas a los discípulos de lo que habían atestiguado. (Mat. 28:7-8) Nuestro Versículo Clave indica que cuando las mujeres fueron para informar a los discípulos de estas cosas, Jesús mismo les apareció. De inmediato ellas se postraron a sus pies y le adoraron. Adorarle literalmente a sus pies era una señal de humildad, lealtad profunda, y servidumbre, y de seguro agradó a Dios. Confirmando las palabras del ángel en el sepulcro, Jesús ordenó a las mujeres, “Id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.” —Mat. 28:10

El evangelio de Mateo pasa a decir que los once discípulos siguieron las instrucciones que les relataron las mujeres y viajaron a Galilea donde de veras vieron al Jesús resucitado. El relato dice, “Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban.” (Mat. 28:17) Los versículos finales del evangelio de Mateo registran el reconocimiento de Jesús de su posición alta, relatan su comisión a los discípulos, y proporcionan su aseguramiento de que estaría con ellos siempre. “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” —Mat. 28:18-20



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba