Lección para 2 de enero

Soy Su Redentor

Versículo Clave: “Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.”
– Isaías 44:22

Escritura Seleccionada:
Isaías 44

EN LA LECCIÓN DE HOY el Profeta Isaías ordena a Israel—el pueblo elegido de Dios—de recordar el hecho de que su posición ante Dios era sólo por causa de su cuidado divino y providencia. Como declara Isaías era Dios que “te [había formado] desde el vientre.” (Isa. 44:2) Dios también era el que los bendijo y suministró sus necesidades, “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.” —vs. 3

En este capítulo de Isaías es digno de notar que el profeta habla cuatro veces de Dios como el Redentor de Israel. La primera de estas referencias está en el versículo 6, “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.” La palabra “redimir” significa “comprar de vuelta”, así pagando la deuda de alguien que no puede pagarla por sí mismo. En este versículo el profeta recuerda a Israel que su primera responsabilidad en el reconocimiento de Dios como su Redentor es apreciar que no hay ningún otro Dios sino él. Como aquel que los había comprado al establecer su pacto con ellos, él solo debía ser su rey, y ellos no debían servir a ningún otro.

Dios, por medio del profeta, sigue hablando de la vanidad e inutilidad de tener otros dioses, y hacer imágenes de talla. “No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno. Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden. ¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho? He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una.” (vss. 8-11) Además, Isaías dice que aquellos que desobedecen respecto a esto “No saben ni entienden;… y su corazón para no entender.” —vss. 18,19

Dios esperaba más de su pueblo Israel y, en el versículo 21, les recuerda que son sus siervos, que fueron formados por él, y no los olvidaría. En nuestro Versículo Clave, encontramos la segunda referencia a Dios como el Redentor de Israel. Aquí él declara que su poder redentor era tal que sus pecados habían sido borrados típicamente hablando; y los animó a regresar a él. Los versículos 23 y 24 contienen otras dos referencias a Dios, el Redentor de Israel. “Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo: … Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado. Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo.”

Aunque el reino típico de Israel fue cortado debido a su infidelidad continua, Dios prometió otra vez por medio del profeta, que él levantaría a un “pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.” (vs. 28) Aunque este versículo identifica a Ciro como este ‘pastor,’ él era simplemente un símbolo de un pastor mayor — el hijo de Dios, Jesús — quien él envió para realizar la gran obra redentora a favor de Israel, tanto como a favor del mundo entero de la humanidad. Como resultado, no sólo Israel, sino “todas las naciones de la tierra [serán benditas].” —Gen. 22:18