ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para el 17 de octubre

Un Pueblo Sufrido

Versículo Clave: “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien”
– 1 Pedro 4:19.

Escritura Seleccionada:
1 Pedro 4:1-19.

ASI COMO CRISTO SUFRIO injustamente mientras estaba en la carne, sus seguidores también deben estar preparados para soportar la persecución por causa del Maestro. Después de la conversión, saliendo del pecado a la justicia, las palabras de los creyentes, hechos, afectos y juicios cambian. No sólo ser cuidadosos para evitar actos de maldad, sino también las cosas que pueden llevar a pecado sin la apariencia de ello. Con la transformación del carácter parecerán a sus antiguos conocidos como extraños, entonces dejarán de lado su deseo de tener compañerismo con los mundanos (1 Pedro 4:1-4).

Pedro exhorta a los creyentes a apreciar la voluntad de Dios de acuerdo a su vida espiritual, en contraposición a la humanidad que emite juicio acerca de la iglesia de acuerdo a lo exterior y las apariencias carnales, porque son incapaces de distinguir las nuevas criaturas de los otros individuos en el mundo. Los consagrados son amonestados a la sobriedad y la vigilancia con respecto a su conducta, ya que los actuales procedimientos bajo el dominio de Satanás pronto darán paso al establecimiento de un Reino de Justicia.

Pedro también hace hincapié a los creyentes en la necesidad de mostrar rasgos del carácter en el amor, perdón, hospitalidad y servicio hacia los demás. Los deberes de la ciudadanía cristiana deberían centrarse en glorificar a Nuestro Padre Celestial a través de la obediencia a los principios enunciados en las Escrituras (1 Pedro 4:6-11).

Una importante comprensión para los fieles es tener conciencia que el sufrimiento del sacrificio de Cristo debe ser considerado como una experiencia normal y no debemos esperar el tener un mejor trato comparado con lo que el Maestro recibió durante su ministerio en la tierra (1 Pedro 4:12).

Debe ser bien entendido el sufrimiento por la justicia, que esto sea un motivo de gozo para los seguidores de Cristo, que sea tomado como evidencia de nuestra obediencia y fidelidad a su causa. Los cristianos nunca deben sentirse culpables de lo que acontezca al ser perseguidos por causa del evangelio. “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” – 1 Pedro 4:15.

El estar sufriendo por causa de Cristo, no nos debería dar vergüenza, este es un requisito para todos los que componen el cuerpo de Cristo. “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” – 1 Pedro 2:21.

Cuando consideramos el ejemplo que Cristo nos dejó, como seguidores de sus pasos debemos emular su fidelidad frente a toda oposición, no esperemos entrar en el Reino de Gloria en camas de flores. “Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello” – 1 Pedro 4:16.

Nuestro Versículo clave nos asegura que el sufrimiento padecido, según la voluntad de Dios es el camino para la gloria eterna del creyente. “Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” – 2 Timoteo 2:10-12.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba