Lección para el 10 de octubre

Un Pueblo Escogido

Versículo Clave: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”
– 1 Pedro 2:9.

Escritura Seleccionada:
1 Pedro 2:1-17.

UN ALTO NIVEL MORAL de conducta debe manifestarse en la vida de los creyentes cristianos.

“Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor” – 1 Pedro 2:1-3.

Los pecados enumerados en el versículo uno están por encima de las evidentes deficiencias de amor y pureza de corazón en sus poseedores. Con el fin de avanzar en la gracia cristiana, los creyentes deben aplicar los principios bíblicos en sus vidas a medida que viajan por el camino estrecho.

En un principio, como niños, seguidores recién consagrados a Cristo podemos requerir la instrucción en las verdades básicas que se encuentran en la Biblia, pero con el tiempo a medida que maduran, seremos capaces de asimilar las verdades más avanzadas y nuestras vidas se transformarán de conformidad a la imagen de Jesucristo.

En lenguaje figurado, Cristo es representado como la piedra viviente principal del edificio más preciado de Dios, pero aunque parezca increíble, fue rechazado por los hombres. Sin embargo, fue elegido por Dios como indispensable para su Plan, los creyentes en unión con Cristo por el Espíritu Santo forman parte de la casa espiritual, o sacerdocio santo, que ofrecen sacrificios aceptables a Dios (1 Pedro 2:4,5; Lucas 22:17; Isaías 53:3).

En el momento del Primer Advenimiento de Cristo, el pueblo, los gobernantes, no lo recibieron y fue crucificado. Durante la presente Edad del Evangelio, existen muchos individuos que se niegan a aceptar a Jesús como su Mesías y como resultado tropiezan a causa de su incredulidad y desobediencia.

Nuestro Versículo clave describe la iglesia cristiana como un sacerdocio real y una nación santa, cuya responsabilidad es proclamar la gloria de Dios que nos ha sacado de las tinieblas, para proclamar la luz de la verdad como se establece en la Palabra de Dios.

Gran parte del resto de este capítulo se refiere a la conducta que los creyentes nunca deben tener durante su caminar cristiano. El apóstol indica que somos extranjeros y peregrinos, por eso debemos abstenernos de los deseos terrenales. Esto no se refiere simplemente a evitar una conducta pecaminosa o inmoral, lo cual no define un sacrificio, mas bien, no incluir el intento de reunir la prosperidad material y la búsqueda de placeres mundanos que impiden nuestro crecimiento espiritual y la comunión con Dios (1 Pedro 2:11).

Como prueba de que la mente de Cristo está creciendo dentro de nosotros, buscaremos oportunidades para poner nuestras vidas al servicio de los hermanos y de cualquier manera posible promover sus intereses espirituales. Habrá una recompensa gloriosa para todos los creyentes que viven su vida cristiana de esta manera.

“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” – 1 Corintios 2:9,10.