ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para el 8 de agosto

El Pueblo se Rebela

Versículo Clave: “¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?”
– Números 14:3.

Escritura Seleccionada:
Números 14:1-25

DESPUES DEL INFORME DADO por los diez espías que observaron las condiciones en Canaán al decir que serían incapaces de conquistar esa tierra, el pueblo murmuró una vez más y expresó su deseo de haber muerto ya sea en Egipto o en el desierto (Números 14:1,2).

El Versículo Clave resalta su actitud rebelde y de blasfemia hacia Dios como si él hubiera deseado que los hombres y sus familias murieran, en contraposición a conducirlos a la tierra de la promesa. Así también, propusieron la organización de sus esfuerzos por regresar a Egipto, para gran dolor de Moisés, Aarón, Josué y Caleb (Números 14:4-6). Violentamente los de la congregación desecharon el consejo de Josué y Caleb, de confiar en Dios y amenazaron con piedras a estos dos fieles servidores (Números 14:10).

“Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos” – Números 14:11,12.

Al oír estas palabras Moisés, pensando en la honra de Jehová más que en la suya, intercedió a favor del pueblo. Apeló a que muchas personas tenían conocimiento que fueron sacados de Egipto, entonces los enemigos de Israel declararían que Dios no pudo llevar a su pueblo a la tierra prometida y por eso los mató en el desierto (Números 14:13-16).

Moisés hizo esta petición en armonía con la Ley Divina, no pidiendo a Dios que borrara la persistente voluntad de los pecadores, sino que de acuerdo con su Justicia y Santidad, perdonara su maldad como lo había hecho en el pasado. En lugar de consumirlos en su ira, extendiera su perdón misericordioso hacia Israel como lo había venido haciendo desde que los había sacado de Egipto (Números 14:17-20).

Dios escuchó a Moisés y le otorgó el perdón al pueblo como una manifestación de su gracia (Números 14:21). Sin embargo, una sentencia fue impuesta a los adultos que constantemente había murmurado contra Dios y murieron en el desierto. “En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis” – Números 14:29-31.

El ejemplo de Moisés pidiendo a Dios en nombre de Israel contiene una lección importante para el pueblo del Señor ahora. Tenemos el deber y el privilegio de orar por nuestros hermanos, incluso cuando son sorprendidos en alguna falta (Gálatas 6:1). También debemos tener cuidado de cualquier tendencia a la deslealtad para con Dios, el rebelarse contra él y expresar el deseo de regresar al mundo después de haberse comprometido a realizar su voluntad.

El carácter típico de las experiencias de Israel se registró para la edificación de la iglesia en la Edad del Evangelio. “Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” – 1 Corintios 10:10-12.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba