ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para el 1 de agosto

El Pueblo se queja

Versículo Clave: “Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos”
– Números 11:4-6.

Escritura Seleccionada:
Números 11

LOS ISRAELITAS HABÍAN expresado su descontento en Mara, porque el agua era demasiado amarga para beber (Éxodo 15:22-24). Después de salir del monte Sinaí, el pueblo se quejó otra vez y Dios manifestó su descontento enviando fuego y consumiendo uno de los extremos del campamento (Números 11:1-3).

En Nuestro Versículo Clave, es evidente la advertencia sobre el espíritu de descontento que sostenían los israelitas. El suministro de maná que fue provisto para el pueblo y que ellos habían agradecido, ahora era una fuente de disgusto.

Como creyentes consagrados debemos tener cuidado para no dejarnos seducir por lo que el mundo ofrece. Dios nos provee el maná espiritual como alimento a través del estudio de su Palabra, asimismo la participación en reuniones y convenciones con otras personas que viven nuestra misma preciosa fe.

A pesar de la continua disposición de Dios para suplir las necesidades temporales del pueblo de Israel por medio del maná, Moisés se sintió agobiado por sus continuos reclamos (Números 11:7-9). “Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés. Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?” – Números 11:10,11.

Dios entonces dirigió la constitución de setenta ancianos para escuchar y aconsejar al pueblo sobre diversas cuestiones. Mientras Moisés seguiría siendo como la cabeza de la nación, los ancianos compartirían la responsabilidad de guiar al pueblo. Moisés reunió a los líderes en la puerta del Tabernáculo donde se les dio una medida del Espíritu de Dios y la capacidad para profetizar. “Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu (Espíritu Santo) que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo” – Números 11:16,17.

Por las murmuraciones de los israelitas, Dios les envió codornices durante un mes para que el pueblo recogiera y comiera hasta saciarse. Sin embargo, el resultado final fue que al participar de esta carne en forma codiciosa, una peste estalló entre ellos (Números 11:18-20,33).

El pecado de Israel con referencia a la murmuración tiene profundas implicaciones para los verdaderos cristianos, que pueden beneficiarse mediante el examen de las experiencias de la nación. En la medida que nuestra atención se centra en las metas espirituales en vez de anhelar las cosas terrenales es que tenemos una perspectiva de gran futuro. “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” – Colosenses 3:1-4.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba