Lección para el 18 de julio

Dios llama al Pueblo a Servicio Especial

Versículo Clave: “Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo”
– Levítico 8:12.

Escritura Seleccionada:
Levítico 8:1-13

AARON Y SUS HIJOS, de la tribu de Leví, fueron escogidos especialmente por Dios para dirigir en el culto religioso a la nación de Israel. Para confirmar esta elección, Dios instruyó a Moisés para realizar una ceremonia de unción y que todos supieran el importante cargo para el que habían sido nombrados. “Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura; y reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. Hizo, pues, Moisés como Jehová le mandó, y se reunió la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer” – Levítico 8:2-5.

La primera cosa en la que Moisés recibió instrucciones fue hacer que se lavaran Aarón y sus hijos (Levítico 8:6). Esto se hizo para dar significado a su preparación para una obra santa siendo limpiados del pecado. A continuación, Moisés puso sobre Aarón las vestiduras especiales (Levítico 8:7-9), que mostraron la gloria de la función sacerdotal en la que había sido nombrado. Cuando la gente viera a Aarón vestido de estas prendas, sabría que estaba actuando en su condición sacerdotal, para el beneficio espiritual del pueblo, para mantenerlos en una relación de Pacto cerca a Dios. Estas prendas que cubrían cada parte de Aarón, también mostraban su servicio como sacerdote incluyendo todos los aspectos de su vida; su cabeza, los pensamientos de la mente; los brazos y las piernas, significa las acciones y su corazón, la sede de todos sus afectos y motivos.

Otra parte muy importante de esta ceremonia fue la unción de Aarón y sus hijos con el aceite de la unción. Nuestro Versículo Clave habla de la unción de Aarón, mientras que más adelante se menciona la unción de sus hijos. “Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él” – Levítico 8:30. Este aceite de la unción fue un retrato del Espíritu Santo de Dios, el poder y la influencia que había de guiar y dirigir esta clase sacerdotal en sus actividades en favor de Israel.

Esta consagración de Aarón y sus hijos al oficio sacerdotal, aunque importante para Israel, tiene un significado aún más profundo. Sirve como una representación del sacerdocio Mayor de Cristo y su iglesia, en la conducción de la humanidad en su adoración a Dios en el Reino venidero. Este sacerdocio se desarrolló, primero con Jesús, quien a la edad de treinta años fue bendecido con el Espíritu Santo de Dios y ungido para ser Sumo Sacerdote. Por medio de su fidelidad, incluso hasta la muerte en la cruz, se ganó el derecho a ser Sumo Sacerdote. Del mismo modo la iglesia, también recibió la unción del Espíritu Santo, como se mostró en el Día de Pentecostés (Hechos 2), y se ha desarrollado durante esta Edad del Evangelio con el propósito de unirse a la cabeza, Cristo Jesús, como Sumo Sacerdote del mundo. Así como los típicos sacerdotes se lavaron y llevaron ropas especiales, la iglesia también en la actualidad se lava con el agua de la verdad y lleva las vestiduras de salvación (Efesios 5:26; Isaías 61:10).