ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para el 27 de junio

Dios libera su pueblo de Egipto

Versículo Clave: “Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar”
– Exodo 14:30.

Escritura Seleccionada:
Exodo 13:17 – 14:30.

EXODO ES UN LIBRO de la redención y nos enseña que es totalmente de Dios. (Juan 3:16). Nos enseña que la redención se realiza a través de una persona o siervo. (Exodo 2:2). Nos muestra que un requisito para la redención es por la sangre (1 Pedro 1:18). También revela el aspecto más importante, que la redención es una evidencia del Poder de Dios (Romanos 8:2). Un gran ejemplo de todos estos aspectos maravillosos de la redención se muestra en los acontecimientos que tuvieron lugar en relación con la liberación de la nación de Israel de la esclavitud egipcia. El propósito de Dios era llevarlos a la tierra de Canaán, la tierra prometida.

Como resultado del desafío de Faraón y su amargura de corazón, su pueblo tendría que soportar muchas penalidades. Dios expresó su disgusto sobre ellos en forma de plagas. Las primeras tres de las diez plagas eran comunes para todos en Egipto. Se trataba de herir los ríos y las aguas de las lagunas para que se conviertan en sangre, ranas saliendo del agua que se expandían sobre la tierra, piojos que salían del polvo y propagándose por todo Egipto (Exodo 7:15-25; 8:1-19). Las Escrituras nos revelan todo esto como una garantía de que Dios tenía el control de los acontecimientos, las plagas afectaron únicamente a los egipcios. Los enjambres de moscas, la muerte de todo el ganado, úlceras sobre hombres y bestias, granizo y fuego del cielo, nubes de langostas que todo lo devoraba y la oscuridad sobre la tierra (Exodo 8:16-32; 9,10). Las plagas fueron, sin duda, una expresión total de la justicia sobre los egipcios. Una vez más, fue la bondad de Dios que endureció a Faraón. Cuando el Señor había aliviado la tierra y el pueblo de una plaga, el Faraón parecía llegar a la conclusión de que esto era pasado y que quizá no más volvería a ocurrir. En realidad, paso a paso, la misericordia de Dios le llevó a Faraón a continuar más y más con su hostilidad en contra de los israelitas y su Dios.

Después de que estos juicios severos habían pasado en la tierra, su pueblo e incluso la propia casa del Faraón continuaron desafiando a Dios. Esto se muestra con sus palabras dirigidas a Moisés: “Y le dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás” (Exodo 10:28). Fue en este tiempo que Jehová traería una última plaga sobre Faraón. “Y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias” – Exodo 11:5.

Los hijos de Israel serían salvados o ‘pasarían por alto’ esta última plaga siguiendo las instrucciones de Dios en cuanto a comer el cordero y la impresión de su sangre en los dos postes y dintel de las puertas (Exodo 12:1-30). Después de esto, Faraón dejó salir al pueblo tomando botín de la tierra de los egipcios. Sin embargo, el faraón pronto salió en su búsqueda hasta llegar al Mar Rojo, pareciendo que todo estaba perdido para los israelitas. Pero, a través del Poder de Dios, el pueblo se salvó y todos los ejércitos del faraón fueron destruidos.

A veces, cuando llegamos al final de todas las posibilidades humanas, nuestra confianza en Dios nos hace escuchar su voz para continuar hacia adelante – Salmo 116.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba