Lección para el 13 de junio

Moisés y Aarón responden

Versículo Clave: “Y habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo”
– Exodo 4:30.

Escritura Seleccionada:
Exodo 4:10-16, 27-31.

CUANDO EL PADRE CELESTIAL llamó a Moisés, él estaba lleno de dudas con respecto a sus habilidades para realizar esta obra tan importante. Tuvo que recordar las circunstancias por las que había huido de su propio pueblo durante tantos años. Moisés era tan manso que no podía darse cuenta que con la ayuda Divina tendría éxito. “Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua” – Exodo 4:10.

Dios aseguró a Moisés que al estar con él, le enseñaría lo que tenía que decir. Al dudar de su capacidad para llevar a cabo esa tarea tan importante, fue amonestado por Dios. Aarón sería elegido para ser su portavoz. “Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer” – Exodo 4:15.

Había llegado el momento de Moisés para regresar a Egipto y cumplir con todo lo que Jehová había planeado para la liberación de su pueblo. Él se aseguró en primer lugar que todas las personas que habían querido matarlo hace más de cuarenta años hubieran muerto. Antes de abandonar la tierra de Madián, Moisés, siendo un buen hombre, se reunió con su suegro Jetro, “ Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz” (Éxodo 4:18). Esto es realmente una lección para nosotros, ser considerado con quienes han sido una parte importante en nuestras vidas.

Moisés centra ahora su atención en su regreso a Egipto; Dios le dio instrucciones en todo lo que iba a decir y hacer. “Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo” (Éxodo 4:21). Aarón recibió instrucciones de ir al desierto y encontrarse con Moisés. Voluntariamente obedeció, “Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó” (Exodo 4:27). Moisés contó todo lo que Dios le había dicho y de las señales que Dios le había mandado realizar.

Luego Moisés y Aarón reunieron a todos los ancianos de Israel y les hablaron de los acontecimientos que pronto ocurrirían, incluidas las señales para su liberación. La primera señal o testimonio para Israel fue cuando la vara de Moisés al ser dejada en el suelo se convirtió en una serpiente y luego volvió a su estado inicial como una vara en las manos de Aarón.

La gente vería ese milagro y conocería que Dios estaba usando su Gran Poder en su nombre. Una vara simboliza la autoridad. La vara de Moisés se utiliza con frecuencia en relación con los signos, como de la autoridad Divina. Una serpiente es un símbolo del mal, del pecado y todas sus consecuencias. La lección para nosotros es que el mal en el mundo es el resultado de no usar el ejercicio de la vara o autoridad de Dios, pero permitiendo a Satanás, “la serpiente antigua”, el trabajo de sus malos caminos (Apocalipsis 12:9). Deberíamos comprender que es la intención de Dios, que se manifestaran las condiciones malas en el presente. Luego restablecería su autoridad con su propia mano.