EVENTOS SOBRESALIENTES DEL ALBA

Horror en Haití:
Devastación sin precedentes

“Por Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor”
– Isaías 29:6.

EN EL CAPITULO VEINTINUEVE de la profecía de Isaías, se anuncia la condena de Dios contra el pueblo de Ariel, así también sus juicios justos venideros, los cuales serían impuestos por el poderoso imperio babilónico. La palabra Ariel fue usado algunas veces como un antiguo nombre simbólico de Jerusalén. También fue usado en relación con el León de Dios. El profeta usó símbolos poderosos y destructivos en relación con los juicios de Dios. Estos fueron truenos, terremoto, ruido, tormenta, tempestad y fuego.

El templo de Dios y el altar del sacrificio se encontraban en Jerusalén, lugar donde residía David. En términos simbólicos, Isaías describió la devastación anunciada. “¡Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, las fiestas sigan su curso. Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel” – Isaías 29:1,2.

GRAN AGITACION

Cuando el ministerio terrenal de Jesús finalizaba, sus discípulos le preguntaron por la señal que marcaría su futura segunda venida y el final de la Edad del Evangelio. En su respuesta, utilizó diversos símbolos que incluyeron terremotos. “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” – Mateo 24:7,8.

Jesús usó la palabra “terremoto” para ilustrar la gran agitación que habría cuando regrese en forma invisible a la tierra. Explicó que este terremoto simbólico en última instancia, eliminaría los reinos actuales y las instituciones de esta tierra para así dar paso al reino de Cristo largamente prometido.

TERREMOTOS

El profeta Isaías y nuestro Señor Jesucristo, usaron juntamente el lenguaje simbólico para ilustrar la destrucción y la palabra ‘terremoto’ fue uno de los más devastadores. En su forma natural, un terremoto es un fenómeno muy destructivo. Ocurre como resultado de una súbita liberación de energía, generalmente causada por una ruptura a lo largo de una falla geológica ubicada en la corteza de la tierra. Los temblores a continuación crean las ondas sísmicas que se manifiestan por agitación y/o desplazamiento en la superficie de la tierra. Cuanto más se acercan a la superficie es más destructivo el movimiento que se produce. Si el epicentro se encuentra bajo el mar, la ruptura de los fondos marinos puede causar grandes olas conocidas como tsunamis.

Placas tectónicas gigantes cubren toda la tierra como un rompecabezas. Dos de ellas se encuentran en el Mar Caribe, el cual es parte de placas separadas más pequeñas en América del Norte. Estas dos placas se trasladan alrededor de 2,032 centímetros por año, con la placa del Caribe moviéndose hacia el este en relación con la de América del Norte. También hay una losa en la región de América del Sur que se mueve hacia el oeste.

Los estudios realizados por el Servicio Geológico y Ciencias Planetarias (GPS) de los EE. UU. indican que el último terremoto importante que se produjo a lo largo del Mar Caribe ocurrió en 1751. Ellos calculan la tensión acumulada durante este período de tiempo en 1,7 metros como una prueba del movimiento tectónico en la región.

LA ESPAÑOLA

La nación de Haití se encuentra en la gran isla de La Española en el Mar Caribe, que comparte con la República Dominicana. Son las tierras en las Antillas descubiertas por Cristóbal Colón en diciembre de 1492. Colón reclamó la isla para la Corona Española y la llamó Isla Española, que significa “Isla de los españoles”. Desde entonces se ha castellanizado como Española.

El 12 de enero del 2010, la isla sufrió un golpe catastrófico por un poderoso terremoto de 7 grados causando una enorme devastación. El sismo ocurrió cerca de 16 kilómetros al suroeste de la capital del país y la principal ciudad de Puerto Príncipe, con una población de más de dos millones de personas. Después de esta catástrofe, se produjeron más de cincuenta réplicas, algunas de las cuales fueron lo suficientemente potentes como para causar graves daños.

MISERIA INIMAGINABLE

Para añadir a la angustia extrema y las privaciones, Haití es uno de los países más pobres y menos desarrollados del mundo. Su gobierno no estaba en condiciones para hacer frente a esta gran circunstancia inevitable y su pueblo tuvo que sufrir las consecuencias del desastre hasta que la ayuda pudiera llegar. La llamada de auxilio se escuchó en todo el mundo y muchas naciones se apresuraron a ofrecerle al pueblo haitiano toda la ayuda posible.

El área que rodea la capital tiene muchas colinas empinadas de tierra suelta que se han formado. En un terremoto, este detalle del suelo rápidamente socava sus cimientos. El masivo terremoto de 7 grados niveló muchos sectores de la ciudad y destruyó los edificios del gobierno, oficinas extranjeras de ayuda y también barrios marginales.

Después de la evaluación de la devastación, el primer ministro Preval declaró: “El Parlamento se ha derrumbado, la Agencia Tributaria y las escuelas han colapsado, los hospitales se han caído y es difícil determinar el número de muertos”. Pronto se descubrió que la sede de la misión de las Naciones Unidas también fue destruida. Dieciséis miembros de la fuerza de paz en Haití fueron encontrados muertos y cientos más estaban desaparecidos.

INFORME DE NOTICIAS

Los reporteros de los Angeles Times, Cara Mia Di Massa y Závis Alexandra enviaron un artículo dos días después del desastre en Haití(14 de enero de 2010), bajo el título “Conspirando para producir la catástrofe”, de este artículo que citamos en parte dice: “El desastre en Haití fue el resultado de la fuerza tectónica, densa población y malas condiciones de los edificios. El terremoto catastrófico que azotó a Haití implicó una colisión letal de circunstancias: una enorme erupción poca profunda debajo de una ciudad densamente poblada, con poco o ningún nivel técnico de construcción”.

Kate Hutton, una sismóloga de Caltech, dijo que el sismo fue similar a los observados a lo largo de la falla de San Andrés (USA); fue poco profundo, un hecho que aumenta la intensidad y lo hace más localizado a través de la región derecha a lo largo de la falla. Alrededor del año 1950, un terremoto de la misma intensidad habría hecho la misma cantidad de daño en el mundo desarrollado y subdesarrollado. En la actualidad la pérdida de vidas suele ser 10 veces mayor en los países en desarrollo y puede llegar a ser tanto como 100 veces más catastrófico.

Un portavoz de la United States Geological Survey (USGS) dijo que parte del problema es que los científicos han pasado gran parte de su tiempo tratando de entender el riesgo de terremotos en California, Japón y otras partes pudientes del mundo con alto peligro sísmico, sin tener en cuenta los más pobres y densamente pobladas ciudades del mundo.

Las Naciones Unidas para el Desarrollo y otros organismos internacionales han estado ayudando a los países vulnerables, incluyendo a Jordania, Bhután, China, Fiji, Filipinas, India e Irán, con la finalidad de mejorar la previsión ante los terremotos. Las Naciones Unidas asesoran a los gobiernos para mejorar las escuelas, hospitales y otros edificios públicos de modo que puedan resistir mejor los terremotos, sugiriendo se impongan estrictos reglamentos de construcción y se elaboren planes de evacuación, rescate y contingencia. Jordan Ryan, director de la oficina de esta institución, dijo que su agencia estima que 60 millones de personas han sido afectadas por terremotos en los últimos diez años. Agregó, ¿Quién se preocupa por la prevención? No hay suficiente dinero, son países pobres.

UN ESTADO QUEBRADO

En un editorial publicado por el diario Los Angeles Times (14 de Enero del 2010) con la leyenda, “Ayudar a Haití es ayudarse a sí mismo” aparecieron estas declaraciones, “Los haitianos han sido víctimas de huracanes y golpes de estado, su nación devastada por la erosión y la corrupción, deslizamientos de tierra, pobreza y violencia. Los pocos logros económicos y políticos realizados durante cinco años de estabilidad relativa han sido enterrados junto a miles de cadáveres en los escombros dejados por el terremoto de 7 grados de magnitud. El palacio presidencial, el parlamento, los ministerios gubernamentales y hospitales, de hecho la mayoría de la capital Puerto Príncipe está en ruinas. Un estado disfuncional carece incluso de los edificios de gobierno. Se han ido algunos de los que apoyaban este país, el arzobispo y su catedral, el jefe de la misión de las Naciones Unidas y algunos de sus principales colaboradores quienes murieron cuando su sede se derrumbó”.

Ningún país completamente desarrollado podría soportar un sismo de gran alcance y tan cerca a la superficie de la Tierra. Sin embargo, la magnitud de la devastación de Haití es el resultado de un estado quebrado, donde el 80% vive por debajo del nivel de pobreza. Puerto Príncipe se ha cuadruplicado, llegando a casi 3 millones de personas en los últimos veinticinco años, los haitianos frente a un territorio desierto buscan alimento y trabajo. Han construido chozas precarias en las laderas. No han tenido agua y electricidad, han sido abandonados por no haber sido instruidos con respecto a la seguridad.

La comunidad internacional ha hecho algunos avances en la formación de una fuerza de policía civil para garantizar la seguridad, pero no tanto para reforzar un gobierno civil que ayude a las personas. Una escuela para formar magistrados fue reabierta, las elecciones parlamentarias se celebrarían en marzo quedaron suspendidas por la desgracia. Las inversiones han comenzado a llegar con el turismo y la industria, todo esto llegó más rápido de lo estimado.

Por supuesto que los Estados Unidos y la comunidad internacional han respondido a esta terrible emergencia. Atender a los heridos, dar cobijo a decenas de miles de personas sin hogar y enterrar a los muertos. También deben planear la reconstrucción de la capital y algo aún más difícil, la creación de un Estado que funcione. Esto es la construcción de una nación, efectuar la planificación urbana que nunca hubo. Asimismo, significa trabajar con el gobierno para construir viviendas adecuadas y escuelas. Se requiere la creación de empleo y no necesariamente en la capital. Este es un país agrícola que debe ser capaz de cultivar y alimentarse a sí mismo.

Durante décadas, los Estados Unidos ha dirigido su atención a Haití de manera esporádica, sólo en tiempos de crisis, cuando llegaban muchos barcos cargados de haitianos hambrientos a las costas de Florida o cuando un gobierno iba a caer, pero luego perdieron el interés. Si Estados Unidos tiene la voluntad y los recursos para construir los gobiernos de Afganistán, Irak, Yemen, seguro que puede demostrar su liderazgo en la construcción de un país que funciona en una isla a pocos cientos de kilómetros de la costa de Florida. Basta ya de esta situación.

MUCHOS DESAFIOS

Nuestra atención se dirigió a las numerosas dificultades encontradas por el personal de socorro cuando llegaron a la escena de la devastación. El diario Los Angeles Times (Enero 15 del 2010) incluía un informe de noticias, “Agencias Internacionales de Ayuda con doble Desafío” que fue presentado por Shari Roan. Citamos en parte, “Haití ha sufrido durante mucho tiempo por falta de atención médica y la propagación de enfermedades endémicas. Ahora, los grupos de socorro deben salvar vidas y construir un sistema lo mas pronto posible”.

En Haití, la esperanza media de vida es de 53 años, tres cuartas partes de las mujeres dan a luz sin un asistente de salud, las enfermedades diarreicas son la segunda causa de muerte y el 30% de los niños menores de 5 años tienen retraso en el crecimiento, cabe mencionar que esto fue antes del terremoto. Esta vez, los servicios de emergencia médica tendrán que proporcionar mucho más que alimentos, agua, letrinas y vendas para detener la propagación de las enfermedades, dijo la doctora Christina Catlett, directora asociada de salud en la Oficina de Johns Hopkins para la preparación de eventos críticos y respuestas en Baltimore, EE.UU. También tendrá que crear inmediatamente un sistema de salud pública.

Aún no está claro si el personal de socorro tendrá recursos suficientes para satisfacer todas las necesidades. Los haitianos están desesperados por agua limpia, una persona necesita diariamente unos cuatro galones de agua limpia para beber e higiene, para así poder evitar las enfermedades. Haití tuvo problemas de salud significativos antes del terremoto: VIH, tuberculosis, desnutrición severa, parásitos intestinales, anemia y otros problemas de sanidad.

Esta nación ubicada en el hemisferio occidental más pobre, con una población de alrededor de 9 millones, sólo tiene asignados $ 96.00 por persona a la atención de salud en comparación con $ 6,090.00 en los Estados Unidos. La mitad de las familias haitianas viven en casas de una sola habitación. Cada año mueren por desnutrición alrededor del 8% de los recién nacidos y niños menores de 5 años. Una cuarta parte de las mujeres adultas padece de anemia. Según la Organización Mundial de la Salud hay aproximadamente tres médicos en Haití por cada 10,000 habitantes. Esto sería un desastre en cualquier lugar del mundo, dijo la Dra. Alina Dorian, Directora Adjunta del Centro de UCLA para la Salud Pública y Desastres. Sin embargo, es más preocupante cuando hay que comenzar con casi cero de infraestructuras, todo esto realmente abruma.

Haití pondrá a prueba la constancia en su respuesta de salud pública mundial a los desastres naturales, dijo el Dr. Benjamin Georgess, Director Ejecutivo de la American Public Health Association de los EE.UU. Los sistemas de apoyo humanitario, como la Organización Mundial de la Salud y las organizaciones no gubernamentales, se han visto terriblemente afectadas por el desastre. De acuerdo con informes de las noticias, sólo un hospital está funcionando en Puerto Príncipe, la capital.

El agua limpia es la necesidad más crucial. Enfermedades como el cólera y la disentería se pueden generar si la gente bebe agua contaminada. También la falta de alimentos es lo más crucial en la mayoría de estos desastres. Muchos haitianos están por debajo de su peso y no serán capaces de sobrevivir tanto tiempo comparados a las personas sanas sin alimentos. En respuesta a las emergencias de salud deben establecerse estaciones de alimentación terapéutica para atender a personas en peligro de muerte por hambre. También existe el riesgo que las personas puedan ingerir alimentos contaminados debido a que algunas enfermedades son transmitidas por medio de ellos. Cuando alguien tiene hambre, va a comer todo lo que pueda encontrar. La gente ingiere alimentos que no son seguros, por otro lado agua y alimentos que transmiten enfermedades como el cólera y la salmonela.

Si los haitianos acuden a los refugios, lo cual parece poco probable teniendo en cuenta sus limitaciones, el hacinamiento aumentará la amenaza de las enfermedades. Este país tiene altos índices de enfermedades transmisibles como la tuberculosis y el sarampión. Son amenazas mucho más reales que los cadáveres tirados en las calles. Los cadáveres transmiten menos enfermedades que un cuerpo vivo.

Haití ha sufrido mucho durante la última década, inundación tras inundación, desastre tras desastre, golpe de Estado tras golpe de Estado y la comunidad internacional sólo ha respondido superficialmente. Ahora observamos un país totalmente destruido. El único camino para el pueblo es que podamos responder con ayuda en la reconstrucción de este país.

LLEGA LA AYUDA

Bajo el título “Importante ayuda para Haití” (16 de Enero del 2010), los periodistas Tina Susman y Mozingo de Los Angeles Times escribieron: “Un esfuerzo de socorro en gran escala se manifestó alrededor de la capital haitiana, con el ejército de Estados Unidos tomando el control del aeropuerto y helicópteros que transportaban suministros desde un portaaviones situado frente a la costa. Pero en lo profundo de los barrios de la ciudad, los residentes se ayudaron a si mismos, evacuando a los que podían, cuidando que lo hicieran los que no podían y ayudando a los que no lo podían hacer.

Cientos de médicos, así también voluntarios de ayuda humanitaria y toneladas de suministros llegaron al aeropuerto que se encontraba repleto de tráfico. Funcionarios de los Estados Unidos dijeron que su objetivo era aterrizar un vuelo de ayuda cada 20 minutos. A lo largo de ese fin de semana, un contingente militar de los Estados Unidos asignado a las tareas de socorro aumentaría hasta llegar a 10.000, dijeron las autoridades. La ayuda encargada de la distribución tuvo que enfrentar el desafío de retirar montañas de escombros, coches destrozados y calles llenas de cadáveres, de este modo podrían llegar a una población que clamaba por ayuda.

“Con pocos policías tratando de controlar a la multitud en una estación de gasolina o dirigir el tráfico, no había prácticamente ningún rastro de autoridades en Puerto Príncipe. La capital parecía muy tranquila tres días después del terremoto, a pesar de la frustración creciente de personas sin alimentos, agua o refugio”.

ESPERANZA EN EL FUTURO

Aunque la situación actual en Haití es desesperada, las Escrituras enseñan que existe una esperanza para el pueblo haitiano y para toda la humanidad que esperan el futuro establecimiento del Reino de Cristo sobre toda la tierra. En su carta a los hermanos en Roma, el apóstol Pablo habló de este tiempo en el futuro. “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios” (Romanos 8:19). “Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?” – Romanos 8:21-24.

TODA LA CREACION

En este pasaje de las Escrituras, estamos seguros de alcanzar las promesas de Dios, que serán administradas por Cristo durante su futuro Reino. Pablo habló de la criatura o creación, es decir toda la creación humana enferma de pecado, que será liberada de esta esclavitud y de la muerte. También señala que el pueblo del Señor, quienes esperan con impaciencia la realización del prometido Reino de Cristo, compartirán juntos todas las bendiciones para la humanidad.

EL SALVADOR DEL MUNDO

El profeta Isaías escribió acerca de algunas de las maravillosas características que se identifican con el futuro Reino de Cristo y su Justicia. “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová” (Isaías 11:1,2). Isaí fue el padre del rey David (1 Samuel 25:10). David caracteriza a nuestro Señor Jesús (2 Samuel 7:12-17), quien establecería su Reino sobre este mundo.

“Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura” (Isaías 11:3-5). “No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” – Isaías 11:9.

LLUVIA DE BENDICION

Lluvia de bendición vendrá sobre todas las personas. “Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. No serán más por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante” – Ezequiel 34:25-28.

“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” – Apocalipsis 21:3-5.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba