EVENTOS SOBRESALIENTES DEL ALBA |
Caída de Wall Street:
Crisis Estrepitosa
“Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra” |
EN ESTA ESCRITURA, el profeta de Dios usó lenguaje simbólico para describir la profundidad y amplitud de problemas que claramente marcan nuestros días en la profecía. Esta angustia a las naciones vendría como consecuencia del egoísmo y orgullo durante los años de cierre de la presente Edad del Evangelio. Los cristianos que están mirando estos acontecimientos caóticos que se presentan en nuestros días no se preocupan como si les sucede a otros, este pueblo reconoce que vivimos el gran día de preparación y anhela el establecimiento del Reino futuro de Cristo, por mucho tiempo prometido. La administración de aquel reinado de paz proporcionará la única respuesta para el dilema actual, traerá orden del caos para la bendición de toda la familia humana enferma de pecado.
DESTELLOS PROFETICOS
El profeta Sofonías puntualizó el propósito del Padre Celestial en permitir que el actual orden social sea destruido. Dirigido por el Espíritu Santo, él escribió “Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová” – Sofonías 1:2,3.
La tierra, así como la creación humana y animal nunca serán destruidas según lo revelan las Escrituras, Salomón escribió, “Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece” (Eclesiastés 1:4). Con respecto al hermoso Plan de Nuestro Padre Celestial para su creación, el salmista David también escribió, “Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas” (Salmo 36:6). Sofonías, en la profecía usa ilustraciones como ‘las aves del cielo’ cuando puntualiza los cielos eclesiásticos de la tierra que serán puestos a un lado para la pronta llegada del Reino de Cristo. El término ‘pescados del mar’ sirve para identificar a la humanidad según lo mencionado por los profetas de Dios, “y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne” (Habacuc 1:14). Éstos y otros símbolos, tomados de la naturaleza sirven como ejemplos para enseñar lecciones significativas al pueblo del Señor.
Cuando Sofonías habló en profecía acerca de nuestros días, también señaló su significado verdadero en relación con la presencia de Nuestro Señor al final de la Edad del Evangelio. “Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados. Y en el día del sacrificio de Jehová castigaré a los príncipes, y a los hijos del rey, y a todos los que visten vestido extranjero” – Sofonías 1:7,8.
UN DIA DE IRA
En el contexto de la profecía de Sofonías, él mencionó, “Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres” (Sofonías 1:14-16). La clase gerencial y los financistas de la tierra que se sintieron seguros e intocables ‘detrás de sus edificios y altas torres’, de enorme poder y riquezas, serán vistos en el mundo de una manera notable pues son barridos bajo sus propias falsas ilusiones egoístas, orgullosas y codiciosas.
DESCENSO FINANCIERO
Un descenso importante en la economía mundial se inició en el año 2007. El caos se extendió rápidamente en los mercados financieros, requirió la intervención de los gobiernos del mundo y de los expertos en finanzas que intentaron restaurar el orden, pero con poco éxito.
Muchos analistas que han estudiando la crisis, señalan que sus raíces están por del auge de las inmobiliarias que se inició a mediados de los 90’s. En ese momento, los precios en aumento de los inmuebles y los negocios que manejaban este rubro tuvieron alza de precios; todo esto coincidió con las políticas de regulación del gobierno y prácticas cuestionables de préstamos en instituciones financieras. Esta situación permitió que los compradores irresponsables asumieran hipotecas altas sobre las propiedades, las mismas que no podían asumir. Debido al espiral inflacionario, los precios para las residencias y propiedades comerciales comenzaron a subir substancialmente creando un valor de mercado poco realista. En tanto, los préstamos de bienes raíces eran separados del sistema financiero para disgregar el riesgo sobre las propiedades que habían sido compradas con poco respaldo de pagos.
UNA BURBUJA QUE ESTALLÓ
Cuando la burbuja estalló, la Reserva Federal en un esfuerzo por estabilizar los mercados, inició una serie de recortes en las tasas de interés que cobraban las instituciones financieras por préstamos directos. En el verano del 2007, la tasa fue de 5,25%. Desde entonces, la tasa se redujo en ocho ocasiones y así sucesivamente hasta disminuir a 1%. Esto representaba un cambio drástico para abordar el problema que había sucedido. Además, la Reserva Federal acordó otorgar crédito ilimitado durante seis meses, no sólo a los bancos comerciales, sino también a los bancos de inversión y firmas de corretaje que eran menos regulados. Fue una medida que no tenía precedentes desde la Gran Depresión en la década de 1930. Ésta disposición de emergencia que fue promulgada en1932, significó el fracaso de las principales firmas de Wall Street, las cuales estuvieron en riesgo.
COLAPSO DE BEAR STEARNS
En marzo del 2008, Bear Stearns, el quinto mayor banco de inversiones de Wall Street, tenía problemas con las deudas por hipotecas y debido a que otros bancos también habían tenido el mismo problema. Se comentaba que tenían problemas de liquidez, aunque en realidad mantenían $18 millones de dólares de reservas en efectivo. Hubo temor que ese rumor se extendiera a Wall Street, que había sido tema de comentario en esa época. Durante los últimos meses se había visto la caída del mercado hipotecario y las principales compañías financieras, como Citigroup y Merrill Lynch con miles de millones de dólares en préstamos no amortizados.
Los grandes bancos tenían liquidez, pero habían dejado de prestar dinero, una tendencia que podría significar un desastre para las empresas comerciales y otras. En cuestión de horas, una ola de rumores y especulaciones comenzaron a impactar sobre Bear Stearns, y en unos pocos días se había destruido una gran institución financiera que había hecho negocios con éxito en Wall Street desde su fundación en 1923.
GENERALIZACIÓN DE ACTIVOS
Sin embargo, la caída de Bear Stearns no era un colapso financiero común. Nunca había ocurrido algo parecido en Wall Street, una carrera trágica en un banco de alta inversión y que fue de alguna manera provocada por el rumor e insinuación lejos de la realidad.
La noticia sacudió a los inversionistas de todo el mundo. JP Morgan Chase ayudó a rescatar Bear Stearns mediante el pago de sólo 2 dólares por acción para hacerse cargo de la empresa inversionista que un año antes había negociado a $ 170 por acción. El precio de compra fue un duro despertar, observar que tan lejos habían caído. Los analistas financieros señalaron que los acuerdos para comprar la empresa de inversión, impidieron una quiebra inminente que habría creado una nueva crisis en los mercados financieros, quienes también temían la seriedad de la crisis crediticia. Durante la noche, los mercados financieros en Asia y Europa cayeron en picada.
No cabía duda de que el colapso y la magnitud de este evento fue una crisis de proporciones históricas. Después de emitir informes y publicidad en los diferentes medios de comunicación elogiando la infalibilidad de los mercados de Wall Street y de los expertos financieros, la economía de los Estados Unidos se encontraba al borde de una crisis que no se había visto desde la Gran Depresión en la década de 1930. Esto marcó un punto de inflexión en la historia del capitalismo, indicando que la agitación económica y social que experimentaron muchos años antes, fue de nuevo una posibilidad.
GIGANTES EN PROBLEMAS
A medida que la crisis se profundizaba, otras instituciones financieras empezaron a fallar. Entre las más destacables son la Federal National Mortgage Association (Fannie Mae) y The Federal Home Loan Mortgage Corporation (Freddie Mac), las cuales fueron asumidas por el gobierno federal. Lehman Brothers se declaró en bancarrota después de no encontrar un comprador y el Bank of America acordó comprar Merrill Lynch. El American International Group (AIG), la compañía de seguros más grande de EE.UU. fue salvada con un aporte de la Reserva Federal al inyectar un capital de aproximadamente $ 152 billones.
Poco tiempo después, los activos de Washington Mutual, la Asociación de Ahorro y Préstamos más grande del país, fueron incautados por la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) quien negoció su venta a JP Morgan Chase. Washington Mutual fue el mayor fracaso bancario en la historia estadounidense. Las acciones de la Reserva Federal incluyeron inyecciones masivas de liquidez en los mercados financieros y un acuerdo de aceptar como respaldo de garantía hipotecaria activos que no se podían vender y tenían un valor cuestionable. Es así, que el Banco Central de Estados Unidos asumió en su balance cientos de miles de millones de dólares en malas inversiones.
RESCATES
A principios de octubre del 2008, el Presidente Bush asignó un Fondo de Emergencia de 700 millones de dólares para el sector bancario industrial. Esto se concretó después de intensas negociaciones que motivaron al Congreso Legislativo de Estados Unidos a cambiar su oposición al plan. Los líderes de negocios esperaron que el paquete de rescate descongelara los mercados de crédito y restaurara la confianza en los bancos de los Estados Unidos. Se incluyeron medidas para limitar la remuneración de los ejecutivos bancarios de alto nivel y aumentar el límite del seguro para los saldos bancarios de $ 100.000 a $ 250.000.
Ben Bernanke, Presidente de la Reserva Federal celebró la aprobación del plan y dijo: “La legislación es un paso crítico para estabilizar nuestros mercados financieros y garantizar un flujo sin interrupción de los créditos para los hogares y empresas”. El líder demócrata en la Cámara, Steny Hoyer, dijo “El pueblo estadounidense espera que actuemos, que respondamos de la mejor manera para detener el flujo descendente en los mercados y podamos restaurar el flujo de crédito en la economía”. John Lewis, un demócrata que se cambió de bando, dijo, “He decidido que el costo de no hacer nada es mayor que el costo de hacer algo”. La Cámara de Comercio de EE.UU., que representa a líderes de negocios, mencionó, “Con la economía estadounidense como soporte de la vida, el Congreso dio el paso necesario para detener esta situación”. En su momento, Barack Obama y John McCain, también expresaron su apoyo al paquete, a pesar de haberse estimado alrededor de $ 150 mil millones en créditos fiscales controvertidos al ganar el apoyo de aquellos que no habían votado a favor del plan. Muchos críticos del plan de rescate tuvieron serias reservas.
FABRICANTES DE AUTOMOVILES BUSCAN AYUDA
Durante la primera semana de diciembre del año 2008, los directores de tres empresas de automóviles en Detroit llegaron a Washington por segunda vez a buscar miles de millones de dólares del gobierno federal. Necesitaban dinero para ayudar a General Motors Corporation, Ford Motor Company y Chrysler Corporation, para que puedan sobrevivir a la crisis económica mundial. Cuando los ‘tres grandes ejecutivos de automóviles’ llegaron a Washington (en jets privados) dos semanas antes, su solicitud por $ 25 billones les había sido negada. En esta segunda oportunidad llegaron en automóviles fabricados por sus propias empresas y pedían una ayuda de US $ 34 mil millones. La pregunta que muchos legisladores se hacían es: ¿Por qué los contribuyentes debían ayudar a los fabricantes de automóviles con miles de millones de dólares?
Muchos factores se combinaron para que la industria automotriz se encaminara a esta crisis, esto incluía gestiones ineficientes, demasiadas marcas, productos de baja calidad y poca eficiencia en el diseño, los concesionarios con costos demasiados altos y la imposibilidad de competir con los fabricantes extranjeros. Los analistas señalaron que las empresas modernas requerían prácticas adecuadas, ágiles y eficientes para sobrevivir. Ellos se preguntaron: “Si queremos salvar a la industria automotriz, luego: ¿Seguirían las compañías aéreas?”
El Congreso ya les había dado a las ‘tres grandes empresas de automóviles’ un préstamo de 25 mil millones de dólares a bajo interés, pero más adelante estuvieron pidiendo $ 25 mil millones adicionales. Esa cantidad de dinero era mucho más de lo que el Congreso gastaba cada año en las carreteras de los Estados Unidos. Era más de lo que gastaban anualmente en cupones de alimentos y nutrición infantil. Un rescate de esta magnitud significaba que cada hogar estadounidense debía aportar $ 450 a los fabricantes de automóviles.
Otra de las razones principales por la que estas empresas estaban al borde de la quiebra era su conexión con la United Auto Workers Union (UAW). Por medio de huelgas fácilmente podrían cerrar toda la producción de automóviles de Detroit y ganar cualquier concesión. Los trabajadores de la UAW se encontraban entre los más ricos. Su sueldo neto de salarios y beneficios era el triple del promedio ganado por los trabajadores del sector privado. Ellos podían jubilarse después de 30 años de labores con una generosa pensión, independientemente de su edad. Si todavía no calificaban para recibir beneficios del Seguro Social, podían obtener el pago de una prima especial hasta que lo reciban. A un costo reducido, los trabajadores y jubilados del UAW también eran elegibles para servicios médicos y hospitalarios en general, servicios quirúrgicos y la cobertura de medicamentos. En los contratos de la Unión se mencionaba que las empresas no podían despedir a los trabajadores cuando las plantas cerraran. Por el contrario, debían transferirlos al Banco del Empleo, donde recibirían sus pagos casi por completo. Estos y otros beneficios disponibles para los trabajadores del sector automotor era un factor que se sumaba a la incapacidad del sector para competir con empresas extranjeras.
CRISIS
Destructivo y convulsivo pánico financiero se ha producido varias veces en los Estados Unidos desde principios del siglo XIX. Sin embargo, la crisis que comenzó en Wall Street, en el verano de 2007 ha sido una de las más devastadoras y extensas. Un clima de incertidumbre y desconfianza se ha vivido a un nivel que no se ha visto hasta ahora. Durante décadas, la fortaleza monetaria de los Estados Unidos, el exceso de crédito y la irresponsabilidad fiscal, finalmente llegó a su límite. La locura de los financistas de Wall Street y la Reserva Federal, creyendo que podían eliminar a cientos de miles de millones de dólares de capital de riesgo y que pareciera invisible, no tuvo éxito.
Como resultado de todo esto, la gente había perdido la fe, no sólo en el sistema bancario y financiero en su conjunto, sino también en el gobierno que no había podido actuar de manera responsable en nombre de sus ciudadanos. Muchos hogares habían quebrado al ejecutarse las hipotecas, igual las cuentas de ahorro por jubilación y el desempleo se incrementó. Lo que antes fue el gigante industrial del mundo había caído y un sinnúmero de puestos de trabajo fugaron del país. Un alto porcentaje de la deuda de los Estados Unidos pertenecía a bancos extranjeros y los inversionistas se estaban retirando de los mercados de valores porque el promedio había bajado en un 40% con referencia al año anterior.
Incluso con la intervención sin precedentes del gobierno y el paquete de ayuda de 700 mil millones de dólares pagados por los contribuyentes de ese país, el gobierno no había logrado detener la falta de confianza del público por las razones que precipitaron el colapso. La ayuda por parte del gobierno a Fannie Mae, Freddie Mac, AIG y otros apoyos habían convertido a Washington en un prestamista hipotecario y asegurador. Soluciones drásticas, incluida la nacionalización parcial de la industria bancaria y la inyección de grandes cantidades de dinero en los mercados, no habían logrado convencer a los bancos para reanudar los préstamos regulares. Un incontable número de inversores se retiraron de los mercados de valores.
UN NUEVO ORDEN EN EL MUNDO
Los Estudiantes de la Biblia están observando con mucho interés los dramáticos sucesos que marcan nuestros días en la profecía. En nuestro texto principal aparece el profeta Sofonías hablando del fuego del celo de Dios, que la plata y el oro no los libraría del Plan del Padre Celestial en relación a la familia humana. El profeta Isaías escribió también de nuestro tiempo, al final de la presente Edad del Evangelio. “Acercaos, naciones, juntaos para oír; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce. Porque Jehová está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las destruirá y las entregará al matadero. Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos” – Isaías 34:1-3.
Las palabras del profeta toman en cuenta la estructura actual de la sociedad, que se basa en el sentido caído, orgulloso y egoísta de la humanidad. El propósito de nuestro Padre Celestial es eliminar estas instituciones e instalar un gobierno bajo la administración del Reino de justicia de Cristo. En virtud a este nuevo orden mundial, el egoísmo, el orgullo ya no prevalecerán y la vida eterna estará disponible para todos los habitantes de la tierra.
En términos simbólicos, el profeta describe la destrucción del viejo orden mundial. “Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera. Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema. Llena está de sangre la espada de Jehová, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de machos cabríos, de grosura de riñones de carneros; porque Jehová tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom” (Isaías 34:4-6). La “espada” que lleva a cabo la destrucción de los cielos eclesiásticos es la boca del Señor, la Verdad que revela las mentiras, la injusticia y el egoísmo que le han sido permitidos prevalecer sobre la sociedad.
NUEVOS CIELOS Y NUEVA TIERRA
Isaías también escribió sobre el nuevo orden mundial que nuestro amoroso Padre Celestial establecería sobre la tierra. Dios dijo: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito” – Isaías 65:17-20.
NUEVA JERUSALEN
La referencia del profeta sobre Jerusalén puntualiza a Cristo quien regirá sobre las naciones, según lo anunciado en el libro de Apocalipsis. “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido” (Apocalipsis 21:1,2). Esta es la misma ilustración del Reino Celestial, del cual el profeta Jeremías escribió: “En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono de Jehová, y todas las naciones vendrán a ella en el nombre de Jehová en Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su malvado corazón” – Jeremías 3:17.
NO MÁS EGOISMO Y ORGULLO
Bajo la administración del nuevo orden mundial, dirigido por Cristo, el orgullo y el egoísmo no existirán más. “Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová” – Isaías 65:21-25.
“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche” – Isaías 55:1.