ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para el 7 de Febrero

Natán desafía a David

Versículo Clave: “Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová. Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre”
– 2 Samuel 11:27; 12:1.

Escritura Seleccionada:
2 Samuel 12:1-15.

EL REY DAVID COMETIO UN PECADO GRAVE, después que una noche observara desde el terrado de su palacio a Betsabé, una mujer hermosa y casada, al tomarla y dormir con ella. En su intento por ocultar este hecho, arregló todo para el asesinato de su marido, Urías el heteo – 2 Samuel 11:3-24.

Los versículos claves mencionan que David después tomó a Betsabé como su esposa y posteriormente ella tuvo un hijo. Debido al descontento de Dios con la conducta de David, envió al profeta Natán para reprender al rey.

Natán le mencionó acerca de un hombre rico que tomó la posesión de uno pobre. Al escuchar David las acciones de este hombre, se enojó y dijo que este hecho malvado debía ser castigado severamente – 2 Samuel 12:2-6.

De manera puntual, Natán subrayó lo que había mencionado, diciéndole, “Tú eres aquel hombre” – 2 Samuel 12:7.

Como portavoz de Dios, Natán, al condenar a David citó las bendiciones Divinas que el rey había disfrutado, pero también mencionó los pecados que había cometido a pesar de los favores que recibía de Dios. (2 Samuel 12:8,9). La recompensa divina estaba delante de la actitud pecadora del rey. David reconoció su pecado, se arrepintió y recibió el perdón (Salmo 32:1-4). Aunque la vida de David era piadosa, el hijo que nació de su unión ilícita con la esposa de Urías fue herido con una enfermedad y murió – 2 Samuel 12:13-18.

Cada creyente que ha consagrado su vida a Dios durante la presente Edad del Evangelio puede tomar lecciones importantes de estos hechos, para su uso personal (Gálatas 6:7,8). Si estamos intentando hacer la voluntad del Padre Celestial, aunque somos imperfectos en la carne, tenemos que manifestar pureza de corazón, así como una vida de dedicación hacia los ideales espirituales.

Mientras que intentamos ser fieles al llamado que hemos recibido de compartir el privilegio del reinado con Cristo para ayudar a bendecir a la familia humana, podemos guardar esta advertencia en nuestros corazones y mentes. “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido” – Santiago 1:13,14.

Dios se opone al pecado, no es el autor del pecado y no tienta a las personas para pecar. Sin embargo, cuando los creyentes caen y se arrepienten sinceramente, la misericordia de Dios es aplicada, los perdona y restaura al pecador. Como hijos engendrados por el Espíritu, aunque tenemos un Padre Celestial compasivo, debemos hacer todo lo posible en nuestras vidas para no pecar, fijando nuestro afecto a lo celestial en vez de buscar los asuntos carnales, “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” – Colosenses 3:1,2.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba