EVENTOS SOBRESALIENTES DEL ALBA

Renovando nuestros votos

“Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti”
– Deuteronomio 23:21.

Para la mayoría de personas, el principio de un nuevo año es asociado con la determinación de lograr nuevos objetivos. Es un tiempo apropiado para hacer compromisos que mejorarán nuestras vidas. Al ingresar en este nuevo año, los que son parte del pueblo del Señor también tienen la oportunidad de reflexionar en cuanto a su consagración para la vida venidera. Dedicarán sus vidas, reenfocarán sus objetivos, se esforzarán para vivir su creencia y elevarán su crecimiento como nuevas criaturas en Cristo Jesús, siendo más fieles al cumplir sus votos de consagración, aún hasta la muerte.

Al voltear una nueva hoja sobre los calendarios, es un tiempo excelente para reflexionar sobre la abundante misericordia y las bendiciones que hemos recibido de las manos cariñosas de nuestro Padre Celestial durante el año que ha terminado y así vivir agradecidos con mucha alegría. Es también un tiempo para observar con anticipación la esperanza evidente de la cercanía del Reino prometido de Cristo. Es por eso que podemos usar nuestro tiempo, talentos y oportunidades para servir a nuestro cariñoso Padre Celestial y su pueblo. Debemos participar con él en sus planes, en el maravilloso propósito de traer bendiciones de vida y paz a la familia humana enferma de pecado.

HACIENDO UN VOTO

La palabra ‘voto’ significa hacer una promesa solemne, celebrar un pacto o realizar algo. Cuando los seguidores consagrados de nuestro Señor Jesús hacen un voto, reflejan la condición del corazón del hermano o hermana, ejerciendo una vida de compromiso total al servicio del Padre Celestial. Esto implica el sacrificio en todo lo que tenemos y todo lo que esperamos dar. Debe ser hecho con nuestra mejor intención de cumplir la promesa y ser fiel hasta la muerte. Salomón, el hijo de David habló de la seriedad al hacer votos y guardarlos fielmente, “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas” – Eclesiastés 5:4,5.

TIEMPO ACEPTABLE

La presente Edad del Evangelio ha sido preparada por Dios para el propósito muy especial de seleccionar a la novia de Cristo. “Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido” – 2 Corintios 6:1,2.

UN SACRIFICIO VIVO

Todos los hijos de Dios son estimulados por el consejo sabio del apóstol Pablo, quien escribió, “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” – Romanos 12:1,2.

La exhortación inspiradora del apóstol Pablo para nuestras vidas es de sacrificio al Padre Celestial, está dirigido sólo a los miembros consagrados y justificados por la fe. Son llamados y seleccionados por Dios durante el tiempo aceptable de sacrificio en esta presente Edad del Evangelio. Así como el sumo sacerdote típico de Israel se ofreció a Dios, así también lo hizo Jesús. “Quien no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre” – Hebreos 7:27,28.

El apóstol apreció su privilegio de vivir una vida de sacrificio para Dios, hablando de su propia experiencia dijo: “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia” (Colosenses 1:24). Pablo le escribió a su discípulo Timoteo diciéndole: “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo. Un obrero aprobado” – 2 Timoteo 2:11-13.

CON TODA DILIGENCIA

El apóstol Pedro escribió acerca de nuestro alto llamado en Cristo Jesús y remarcó la importancia que éste sea la prioridad más alta en nuestra vida. “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor” – 2 Pedro 1:4-7.

“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” – 2 Pedro 1:10,11.

GANANDO CON CRISTO

Pablo mencionó sus propias experiencias en su carta a la iglesia de Filipos, las mismas que son lecciones significativas para nosotros, “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos” – Filipenses 3:7-11.

El apóstol nos dice que estaba listo a dejar sus esperanzas personales, sus ambiciones y honra por una posición de favor con Cristo. Todos los intereses y ventajas terrenales no tienen ningún valor durable. Se desvanecen comparada con la esperanza Divina al lograr el favor Celestial que nos bendice como heredero de Dios y heredero con nuestro Señor Jesús.

JESUS ENSEÑA POR PARABOLAS

Jesús, el Maestro dio una importante lección de como pagar los votos de consagración al Padre Celestial, cuando mencionó la parábola de los talentos.

“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos” (Mateo 25:14,15). Durante esta Edad del Evangelio, cada uno de los seguidores consagrados ha sido responsable y aceptable a Dios conforme a sus propias capacidades. Su fidelidad se muestra cuando es usada al servicio del Señor, incluyendo su tiempo, disposición y oportunidad. “Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene” – 2 Corintios 8:12.

LOS CINCO Y LOS DOS TALENTOS

Jesús continuó diciendo, “Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor” – Mateo 25:16-18.

Un creyente responsable buscará oportunidades, encontrará caminos y formas donde pueda usar los talentos que posee, los cuales están consagrados al Padre Celestial. Usará sabiduría santificada y juicio para lograr una mejor ventaja bajo la providencia y dirección de la Palabra de Dios. Es nuestro deber discernir como podemos invertir nuestros talentos. El creyente que tenía un talento no mostró el juicio apropiado; sin la debida previsión enterró su talento en deseos terrenales e inútiles. Esto indica una carencia de amor y aprecio a Dios por las bendiciones recibidas.

Jesús dijo luego, “Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” – Mateo 25:19-23.

Las palabras, ‘Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos’, indican las escenas del cierre de la presente Edad del Evangelio en el momento del Segundo Advenimiento de nuestro Señor. Su primer trabajo será con los miembros fieles de su iglesia, como lo dijo por medio de Pedro, “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” (1 Pedro 4:17). Pablo también escribió, “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” – 2 Corintios 5:10.

Cada uno de los que son parte de la novia y fieles hasta la muerte recibirán su recompensa en proporción al esfuerzo realizado por su sacrificio y servicio al Padre Celestial. La fidelidad al usar los pocos talentos dados a cada uno traerá un mayor privilegio por su servicio como parte del Reino futuro de Cristo.

EL UNICO TALENTO

Continuando en el evangelio de Mateo, leemos, “Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses” – Matt. 25:24-27.

El que había recibido un talento representa el gran número del pueblo del Señor quienes no poseen capacidades o medios para servir a Dios. Tienen numerosas oportunidades que pueden utilizar al servicio de nuestro amado Padre Celestial quien acepta estas ofrendas de amor y dedicación. Sin embargo, estas disposiciones humildes de gracia fueron enterradas y descuidadas en intereses terrestres.

NO MUY SABIOS O NOBLES

Pablo escribió que pocos serían llamados entre los sabios de este mundo, “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia” – 1 Corintios 1:26–29.

EL CRIADO NEGLIGENTE

El criado que tenía un talento sirve como ejemplo. “Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” – Mateo 25:28-30.

Jesús enseñó que quienes no utilizan las oportunidades y privilegios que tienen para servir a Dios, éstos les serán quitados y entregados a otro creyente consagrado que ha sido fiel al usar sus talentos. Un talento que no es usado ha sido enterrado bajo los intereses mundanos. Un criado desleal y perezoso ha roto su convenio como un colaborador del Padre Celestial.

El libro de Apocalipsis proporciona una perspectiva importante al respecto, “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” – Apocalipsis 7:13,14.

UNA PRUEBA NECESARIA

El cumplimiento de nuestros votos a Dios implica un esfuerzo para superar las tentaciones que nos rodean en este mundo malvado. Incluye la superación de los defectos, las debilidades carnales y las artimañas de Satanás, el demonio, el gran adversario del pueblo del Señor. “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” – Apocalipsis 12:10.

EL DESAFIO DE SATANAS

Nuestro Señor Jesús es el ejemplo ideal para que le sigamos y lo demostró después que Juan el Bautista lo bautizara en el río Jordán. En aquel momento el Padre Celestial permitió que Satanás lo tentara según la carne, el mundo y el adversario. En el evangelio se lee, “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre” – Mateo 4:1,2.

Jesús desafió la sugerencia de Satanás cuando le dijo que si era Hijo de Dios podría ordenar que las mismas piedras se transformen en pan para satisfacer su hambre. Jesucristo respondió rápidamente usando las Escrituras [Deuteronomio 8:3], cuando él proclamó, “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:3,4). Satanás frustrado, entonces citó la escritura [Salmo 91:11,12] que aseguraba a Jesús el hecho de que podría echarse del pináculo del templo sin miedo a ser dañado. Otra vez Jesucristo regresa a la escritura [Deuteronomio 6:16] para dar su respuesta “no tentarás al Señor tu Dios” – Mateo 4:5-7.

UNA TERCERA TENTACIÓN

La tercera tentación de Satanás para probar a Jesús fue llevarlo a una montaña muy alta de la cual podrían ver todos los reinos del mundo. El diablo los ofreció estos reinos si se arrodillaba y lo adoraba, pero nuestro Señor contestó, “Está escrito [Deuteronomio 6:13], a Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás” (Mateo 4:8-10). El apóstol Pablo manifestó que Satanás es el dios de este mundo malvado y podía por lo tanto ofrecer a Jesús los reinos del mundo. “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). Jesús dijo, “No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí” (Juan 14:30). Inmediatamente después de la confrontación con Jesús leemos: “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían” – Mateo 4:11.

PREPARANDOSE PARA LA BATALLA

En su carta a la iglesia en Efeso, Pablo los insta, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:10-12). El apóstol anima a los hermanos a incrementar su fe, confianza y creer en Nuestro Señor, esto es especialmente verdadero en nuestros días llenos de maldad.

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” – Efesios 6:13-17.

La preparación de la que Pablo habló proporcionará los medios apropiados de luchar la buena batalla de la fe. Es necesario ponerse ‘la armadura entera de Dios’ para protegernos contra los dardos ardientes que pueden venir de cualquier lugar, porque la guerra será contra el príncipe de la oscuridad y los espíritus malvados en lugares celestiales. Si Satanás observa que estamos bien protegidos y que lo resistimos con las provisiones de gracia del Padre Celestial, retirará sus ataques.

HACIENDO FRENTE A UN MUNDO INCIERTO

Al iniciar este nuevo año, lo hacemos con temor e incertidumbre que ahora se muestra sombría sobre las naciones. “Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16). En el gobierno de los Estados Unidos se ha instalado una nueva administración para ocuparse de muchos problemas complejos. Esto incluye la situación caótica financiera con millones de familias sujetas a la ejecución de hipotecas, líneas de desempleo que aumentan, el valor del debilitado dólar americano y el miedo a la inflación. Los ahorros y las cuentas de jubilación están perdiendo valor, los bancos importantes y las corporaciones se están desacreditando.

Los Estados Unidos continúan luchando dos guerras, en Irak y Afganistán, con la perspectiva de aumentar la confrontación con Pakistán. Israel está rodeado por naciones hostiles que buscan su destrucción, mientras que Irán -uno de sus enemigosintenta adquirir armas nucleares. Hay preocupación por las intenciones de Rusia hacia sus anteriores territorios, incluyendo Georgia y Ucrania; Polonia ha permitido que los Estados Unidos coloquen armas en su territorio. El control sobre los suministros de petróleo amenaza a los pobladores de Europa que son dependientes de Rusia para su suministro de energía. Las organizaciones terroristas pueden estar planeando nuevos y devastadores ataques contra pobladores civiles inocentes. “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1). Estas pruebas de la agitación cada vez mayor en el mundo puntualizan la necesidad de colocarnos la armadura de Dios y tomar la decisión de luchar la buena batalla de la fe.

MANA DIARIO

Muchos estudiantes de la Biblia están familiarizados con la lectura del ‘Maná diario’ (devocional diario publicado por la Asociación de Estudiantes de la Biblia El Alba), que se ha convertido en una fuente de ayuda y estímulo para el vivir diario. Continuemos disfrutando de su alcance maravilloso de bendiciones para esforzarnos en nuestro llamado y elección. Lo incluimos como un recordatorio de nuestra responsabilidad para renovar el compromiso ante nuestro amado Padre Celestial durante el año nuevo que se ha iniciado.

MI RESOLUCIÓN PARA EL MAÑANA

“¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la salvación, E invocaré el nombre de Jehová. Ahora pagaré mis votos a Jehová. Delante de todo su pueblo” – Salmo 116:12-14.

Recordar el llamado Divino, “Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio” (Salmo 50:5). Resuelvo por la gracia asistida del Señor, que puedo hoy, como un santo de Dios, confirmar mi compromiso, continuando el trabajo de sacrificar la carne y sus intereses; para conseguir la herencia Divina en unión con mi Redentor.

Me esforzaré por ser sencillo y sincero con todos.

Intentaré no satisfacerme a mi mismo, le daré el honor al Señor.

Tendré cuidado de honrar al Señor con mis labios, que mis palabras no sean orgullosas, que bendigan a todos.

Procuraré ser fiel al Señor, la Verdad y los hermanos; que todo lo que haga por ellos, será en lo grande y también en las pequeñas cosas de la vida.

Confiando todo al cuidado Divino y su Providencia, procuraré ser de puro corazón, rechazar toda ansiedad, todo descontento y todo desaliento.

No murmuraré, ni me quejaré de la Providencia del Señor, porque la fe me permite confiar firmemente en él en cualquier circunstancia.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba