LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Juan el Bautista Mensajero de Dios

Versículo Clave: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.”
– Lucas 3:8

Escritura Seleccionada:
Lucas 3:1-20

JUAN DESDE EL PRINCIPIO, fue proclamado como uno que “será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos” (Lucas 1:15-16). En cumplimiento a esto, él vendría a preparar el camino del Mesías mediante la realización de una obra de reforma en la predicación del arrepentimiento y el bautismo para el perdón de los pecados, declarando que el reino de los cielos estaba cerca.

Su predicación declaraba que la armonía debía ser restaurada entre Israel y los “padres” o patriarcas, en un sentido a la humanidad a quien Israel la representaba. Esto también se tipifica en que todos tuvieran la oportunidad de estar en armonía con Dios y que sería similar a lo hecho por sus padres. Sería una condición de armonía y paz con Dios.

Juan ciertamente serviría como precursor de la imagen de nuestro Señor. Era un gran hombre, predicador y profeta. Puede ser considerado como uno de los profetas más honrados que fue elegido para presentar el Hijo de Dios a Israel y al mundo. Juan vendría “con el espíritu y el poder de Elías” (Lucas 1:17). No era en realidad que el profeta Elías había regresado a la tierra, como algunos habían empezado a creer. Hizo un gran trabajo para el Israel carnal, la introducción y anuncio de Cristo. Así como Jesucristo hombre fue presentado por el hombre Juan haciendo la obra de Elías, así también el Cristo glorioso debe ser precedido por un gran Elías. Esta clase de seguidores ahora llaman la atención sobre la presencia de Cristo como un testigo fiel durante esta Edad del Evangelio.

Juan era “la voz del que clama en el desierto” (Lucas 3:4). Pero su misión no tuvo éxito en su nación y se beneficiaron sólo algunas personas. Nuestro versículo clave nos está diciendo que al pueblo y a la nación se les advirtió que no se dejen engañar por la idea de que fueron especialmente elegidos de Dios, el pueblo elegido, según lo escrito por los profetas. A través del orgullo, pensaban que como pueblo de Dios que vivió bajo la Ley, él cumpliría en ellos todo su Plan. Cuando Juan les dice: “aún de estas piedras”, quiere decir que Dios era capaz de elegir a otros que se considerasen lejos de la posibilidad de ser hijos de Abraham, como si fueran literalmente piedras a sus pies.

Los verdaderos “hijos” de Abraham, quienes tendrían la fe de Abraham y la lealtad de espíritu, iban a ser tomados ahora no sólo de los creyentes judíos, sino también entre aquellos que el Señor estaba buscando de los gentiles. Esto era necesario para completar el número elegido de los israelitas. Estos “hijos” formarían la descendencia de Abraham, a través de quienes toda la humanidad sería bendecida en el Reino venidero.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba