Jesús como Hijo de Dios

Versículo Clave: “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”
– Hebreos 1:3

Escritura Seleccionada:
Hebreos 1

ES IMPORTANTE SEÑALAR que el libro de Hebreos fue escrito a los seguidores de los pasos de nuestro Señor Jesús. Asimismo, sirve como garantía a los fieles que han sido llamados en la presente Edad del Evangelio, el Padre Celestial estuvo muy complacido por el sacrificio de su Hijo en rescate por todos. Lo demostró cuando lo elevó al plano más alto de existencia, “a la diestra de la Majestad en las alturas”.

El Señor había demostrado que era digno de recibir tal honor por llevar una vida que fue aprobada por el Padre. Lo vemos en las palabras pronunciadas desde el cielo, cuando Jesús estaba siendo bautizado, “Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia” (Lucas 3:22). Jesús había hecho el pacto para la salvación de la humanidad y el testimonio de su relación con el Padre. Desde el momento de su nacimiento había llevado una vida agradable a Dios. “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él “ (Lucas 2:40). Esta es una gran evidencia al mostrarnos que la mente de Cristo debería infundir en nosotros un sincero deseo de hacer la voluntad del Padre. “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” – Lucas 2:52.

Conocemos también que las palabras: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba cerca a Dios” (Juan 1:1) (El Nuevo Testamento Pablo Besson. Editorial Mundo Hispano), se refieren al Señor Jesús en su existencia prehumana. Este versículo es traducido correctamente en el sentido de que en el comienzo de la creación de Dios, Jesús estaba allí en el cielo con él, antes que nada fuera creado. “Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras. Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra. Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo” (Proverbios 8:22,23,30). En este tiempo, el «Logos» [la palabra] existía con Dios, fue el primero creado y el primero de más alto rango. La palabra griega ‘Logos’ debería ser traducida correctamente de acuerdo a las palabras, intención, plan, propósito o expresión. También significa portavoz o mensajero especial. Su período de tres años y medio de ministerio y su bautismo establecen el ejemplo de su vida como un sacrificio. Cuando su ministerio estaba a punto de finalizar, dijo: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” – Juan 17:1-5.

Qué garantía de bendición dan las escrituras a los fieles seguidores de sus pasos. Ellos confían que «han sido pagados sus pecados”, con la humildad de Jesús al convertirse en un hombre y morir en la cruz. Sólo aquellos que después de creer en él, sigan su consagración tienen el gran privilegio de ser parte del conjunto de sus hijos. Ellos han levantado sus cruces, siendo engendrados del Espíritu Santo, al ser fieles hijos, estarán en el cielo viéndolo “tal como es él”, como herederos de Dios, logrando la naturaleza Divina – 1 Juan 3:2.