LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Reedificando los muros

Versículo Clave: “Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien”
– Nehemías 2:18

Escritura Seleccionada:
Nehemías 1:1 – 2:20

MIENTRAS NEHEMÍAS servía como copero del Rey Artajerjes en Persia, preguntó por el bienestar de los judíos del remanente que habían regresado a Jerusalén después de su exilio babilónico. Informado de las dificultades que estaban experimentando sus hermanos y el hecho de que los muros de la ciudad habían sido derribados, ayunó, se puso en duelo y oró. Confesó sus pecados y de los israelitas, pidiéndole a Dios que sea misericordioso con los judíos y también pueda hablar con el rey, en un esfuerzo para ayudar a sus hermanos afligidos – Nehemías 1:1-11.

El rey le concedió el permiso para reconstruir el muro de Jerusalén. También le permitió transitar a través de diversas provincias en la ruta hacia Judá, así como la autorización escrita para recibir los materiales a usarse en la construcción de una fortaleza cerca al templo, los muros de la ciudad y la construcción de una casa para él – Nehemías 2:1-9.

“Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel” – Nehemías 2:10.

Después que Nehemías llegó a Jerusalén por la noche, fue con unos cuantos hombres para observar los muros de Jerusalén que estaban derribados y poder determinar la acción que sería más adecuada para hacer las reparaciones necesarias. Esto lo hizo al amparo de la oscuridad con el fin de mantener sus planes en reserva – Nehemías 2:12-15.

Una vez completada su evaluación, Nehemías determinó que era el momento de compartir sus conclusiones con los diferentes líderes y exhortarlos para comenzar la reconstrucción de los muros. “Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio” – Nehemías 2:17.

En nuestro versículo clave, Nehemías les recuerda a los líderes que la mano de Dios estaba en esta tarea, ellos coincidieron en que debían llevarla a cabo.

“Pero cuanto lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey? Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén” – Nehemías 2:19,20.

La oposición de los enemigos de Israel en este caso es ilustrativa al experimentar angustia con los enemigos en la actualidad. Sin embargo, las Escrituras prometen un futuro de liberación sobre la destrucción – Isaías 35:10.

La vida de devoción y ferviente oración de Nehemías debería dar a todos los cristianos la confianza que Dios contestará las oraciones a su debido tiempo y de acuerdo a los mejores intereses espirituales. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” – 1 Juan 5:14.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba