LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Llamado para ser testigo

Versículo clave: “Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha”
—Lucas 2:34

Escritura seleccionada:
Lucas 2:22-38

ESTOS VERSÍCULOS NOS RECUERDAN el gran cuidado del Padre Celestial en la preparación de aquellos que serían sus instrumentos escogidos. Siguiendo a la Ley, todos los primogénitos están representados como pertenecientes al Señor, para ser dedicados a su servicio (Levítico 12:1-4; Lucas 2:21). A pesar que el primogénito fue liberado de Egipto (Éxodo 12:31,32), ellos habían sido reemplazados por uno de la tribu de Leví, que fue especialmente dedicado al servicio de Dios (Números 3:12,13). El mismo principio se representa en relación con el primogénito cuando era dedicado especialmente para Dios y su servicio.

Del mismo modo, la iglesia elegida representa el mismo cuadro: se le conoce como la “congregación de los primogénitos” (Hebreos 12:23). Han dedicado sus vidas a Dios cuando se consagran plenamente a él y luego, habiendo sido aceptada esa consagración, realizan su “vocación y elección segura” (2 Pedro 1:10). Como nuevas criaturas en Cristo Jesús y engendrados de Dios, han sido llamados fuera del mundo para ser preparados dentro de los propósitos de Dios. Santiago nos dice, “El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas” (Santiago 1:18). El resultado es que la iglesia sea reunida para la gloria celestial con la promesa de la primera resurrección. El reino que se establezca traerá bendiciones a todas las familias de la tierra y tendrán la oportunidad de convertirse en hijos de Dios cuando ocurra la restitución de todas las cosas en la tierra – Hechos 3:19-21.

En el momento de la consagración ceremonial de Jesús en el Templo, un profeta de edad avanzada se presentó, lo tomó en sus brazos y alabó a Dios. Simeón tenía las cualidades para que Dios le revele su verdad, un hombre devoto y justo. Dios le mostró que el cumplimiento de las promesas a los gentiles hechas a Abraham se cumpliría y que no moriría hasta que vea la liberación de Israel. Bajo inspiración divina, Simeón declaró que el niño era: “Luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel” (Lucas 2:32). Juan el Bautista también se refirió a él como, “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” – Juan 1:9.

Simeón, proféticamente declaró a María: “He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha” – Lucas 2:34. Recordemos las palabras del apóstol Pedro, que nuestro Señor es “piedra de tropiezo, y una roca que hace caer” para muchos en Israel (1 Pedro 2:8). El mundo ha sido testigo de la caída de Israel del favor Divino y las duras experiencias que han sufrido por causa de su rechazo a Cristo. La profetisa Ana, una devota y fiel sierva de Dios, también reconoció al infante Redentor, “presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén” – Lucas 2:38.

Como Simeón y Ana fueron en sus días, también somos testigos de acontecimientos proféticos. Israel es nuevamente una nación, un día volverá de su ceguera, tendrá el favor y bendición Divina. Las palabras se cumplirán de las cuales todos en el mundo serán testigos, “así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia” – Romanos 11:31.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba