LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Llamado para Creer

Versículo clave: “Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo”
—Lucas 1:20

Escritura seleccionada:
Lucas 1:5-25

NUESTRA LECCION SE REFIERE a los acontecimientos que rodearon el nacimiento de Juan el Bautista, durante el reinado de Herodes el Grande, rey de Judea. Zacarías el padre de Juan, era un sacerdote “de la clase de Abías”, su madre “era de las hijas de Aarón” y su nombre era Isabel (Lucas 1:5). Ambos, de acuerdo al relato, vivían guardando los mandamientos de Dios y confiando en él. Habían seguido esta vida de devoción, asimismo eran ya muy avanzados en edad y sin hijos, porque Isabel era estéril – Lucas 1:6,7.

Como Zacarías desarrollaba sus funciones como sacerdote, fue al templo a quemar incienso cuando las personas se habían reunido para orar. “Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso” (Lucas 1:11). Zacarías se llenó de miedo cuando vio al ángel, pero fue confortado y tranquilizado, “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elizabeth te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan” (Lucas 1:13). El ángel le explicó que el nacimiento del niño traería gozo a muchas personas. También le explicó que el niño sería criado de una manera especial, “porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre” (Lucas 1:15). Su nacimiento y vida ayudarían a restablecer la armonía entre Israel y “los padres,” representados por los patriarcas. Nos damos cuenta que estos cuadros se ajustan para una condición de armonía y paz en su reino. Este querido hijo sería un precursor para preparar el camino de la llegada del Mesías. “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:17). Juan tendría un espíritu decidido y valiente, respaldado por el poder de la Divina Verdad – 1 Reyes 18:25-41; Malaquías 4:5.

El mensaje tomó por sorpresa a Zacarías como lo demuestra su respuesta: “Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada” (Lucas 1:18). Estas palabras nos llevan a nuestro versículo clave, cuando se le dice a Zacarías que no sería capaz de hablar a causa de su incredulidad hasta que los hechos ‘se cumplan a su tiempo’ (Lucas 1:20). El ángel Gabriel, que era uno de los ángeles más fieles, siendo inferior solo a Miguel, pronunció estas palabras (Judas 9). Este ángel frecuentemente estaba en la presencia de Dios y había sido enviado para revelar la maravillosa noticia del ministerio de Juan el Bautista.

Zacarías salió del templo y fue recibido por una multitud de gente que lo esperaba. Cuando se presentó, no pudo hablar con ellos y sólo se comunicó por señas. Ellos percibieron que “había visto una visión en el santuario” (Lucas 1:22). Elizabeth concibió y se recluyó en casa durante cinco meses, diciendo: “Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres” – Lucas 1:25.

Al igual que en los casos de Sara (Génesis 18:9-14), Ana (1 Samuel 1:5-27) y la Sunamita (2 Reyes 4:14-17), el Divino poder aceleró las fuerzas naturales cuando estaban inactivas, no operativas, o suspendidas, para cumplir la voluntad de Dios. Recordamos las palabras del Señor: “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios” – Lucas 18:27.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba