DOCTRINA Y VIDA CRISTIANA

Jehová es mi Pastor

“Jehová es mi pastor; nada me faltará”
—Salmo 23:1

CUANDO EL SALMISTA DAVID escribió estas inspiradoras palabras, usó una palabra hebrea que ha sido traducida Jehová en muchas ediciones de la Biblia. David usó esta referencia al aplicarla a nuestro Padre Celestial quien es el Creador de toda vida y Gran Pastor de su pueblo. El profeta Isaías escribió: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” – Isaías 57:15.

Jesús también habla de sí mismo como un pastor, diciendo: “Yo soy el buen pastor: el buen pastor da su vida por las ovejas” (Juan 10:11). Asimismo enfatiza, “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:14). Al escribir su primera epístola, el apóstol Pedro dijo, “Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” – 1 Pedro 2:25.

Estas escrituras han sido puestas en perspectiva adecuada por el apóstol Pablo quien explicó, “Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él” (1 Corintios 8:6). Por lo tanto, es nuestro Padre Celestial quien es el Gran Pastor. Una de las evidencias de su interés y atención de amor para nosotros como sus ovejas fue el don de su Hijo amado, nuestro Señor Jesús, quien es un pastor para los hijos de Dios, así como su Redentor y Abogado.

Jesús se refiere a sí mismo como el ‘buen pastor’ y señaló que la prueba de su bondad era dar su vida por las ovejas. El interés del Padre Celestial en nosotros se manifiesta por su amor. Leemos: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Ama a toda la raza humana, su especial interés durante la presente edad del Evangelio es con quienes son esa clase de ovejas. Son muy queridas para él y nada las apartará. El amor y simpatía hacia las ovejas manifestado por Jesús, hemos de atribuirlo a nuestro Padre Celestial. Jesús vino a dar a conocer al Padre, hablando y actuando por él. Está escrito: “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Juan 14:9). Una de las principales evidencias del cuidado de Dios para nosotros fue la provisión de Jesús como nuestro Pastor.

JESUS: UN FIEL PASTOR

Jesús es nuestro Pastor y en su tiempo, estuvo totalmente dedicado a sus ovejas. Los hijos de Israel fueron las ovejas del Señor en el momento de su Primer Advenimiento y muchos se apartaron, no apreciando el especial interés de Jesús por ellos. Sólo un remanente reconoció la voz del Buen Pastor, otros prefirieron seguir el liderazgo de los falsos pastores, sus dirigentes religiosos, los escribas y fariseos. Sin embargo, no dudó en hacer todo lo que podía por ellos y en esto vemos manifestadas las características de un verdadero Pastor.

Como prueba de ello, leemos: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:35,36). Aquí se describe su vida dedicada al servicio y con seguridad disminuyeron sus fuerzas físicas. Sin embargo, siguió su labor a pesar de las reclamaciones que era un falso pastor y un servidor del Diablo, como se lee: “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” – Mateo 12:24.

La expresión, «ovejas sin pastor» fue utilizada por primera vez por Moisés en relación con los israelitas cuando le pidió a Dios que designara a alguien para que ocupe su lugar como líder. “Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo: Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación, que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor” (Números 27:15-17). Por lo tanto, Josué fue designado como el sucesor de Moisés y Jesús como el antitípico Josué ahora viene a ser el verdadero Pastor del pueblo de Israel. Aunque los israelitas no reconocieron la voz de nuestro Señor como su Pastor, sin embargo, fue fiel a ellos y continuó su interés en sacrificar su tiempo y fuerza a su favor.

OTROS PASTORES

Otra disposición de nuestro amante Padre Celestial, el Gran Pastor, es la provisión que hizo al nombrar otros pastores, además de Jesús. Se lee en las Escrituras, “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:11,12). Lo mismo puede decirse de aquellos que son elegidos ancianos de sus iglesias locales. Como Jesús fue un ejemplo perfecto del Gran Pastor interesado y prestando atención a las ovejas, así también los pastores en la actualidad deben esforzarse en imitarlo como modelo, tratando de servir a las ovejas con paciencia, amor y sin descanso.

Una de las principales características de un buen pastor es su verdadero interés y preocupación por las ovejas. Aquellos a quienes el Señor utiliza como pastores de sus ovejas deben tener esta calificación, estar dispuestos a sacrificar su vida por las ovejas. Un verdadero pastor hará todo lo posible para reunir las ovejas dispersas. Cuando Jesús el Buen Pastor, fue afligido, las verdaderas ovejas fueron dispersas. El Señor tendría sus verdaderos pastores que recogerían sus ovejas, para que estén juntas regocijándose en la abundancia de su amor.

DIAS ACTUALES EN EL APRISCO

Cuando vemos al pueblo del Señor siendo reunidos en el aprisco, es importante tener en cuenta el objetivo final por el que han sido recogidos. Toda reunión verdadera de las ovejas del Señor está centrada alrededor del Pastor. Las ovejas escucharán su voz y reconocerán los acuerdos que se han hecho para ellos. Jesús es el Buen Pastor y es la cabeza de su iglesia. Cada congregación del pueblo del Señor en su conjunto, es representativa en la presente Edad del Evangelio. Los ancianos de estas congregaciones son los pastores y por lo tanto, colaboran con Jesús en el cuidado de los mejores intereses de su pueblo especial.

Es cierto que la atención de los pastores a las ovejas del Señor es de acuerdo a como el Gran Pastor lo ha determinado. Las ovejas tienen libertad únicamente para escuchar la voz del Buen Pastor, que está dirigida para alimentarlos espiritualmente. No se debe permitir a los falsos pastores y lobos con piel de cordero devorar a las ovejas, quienes con el pretexto de la libertad intenten hacerlo. Los pastores en las congregaciones también son ovejas, cada uno es parte del rebaño del Señor y tienen responsabilidades hacia las demás ovejas. Todos deben esforzarse lo mejor posible para cuidar el uno del otro.

Cuando las verdaderas ovejas del Señor lo escuchen, sus necesidades espirituales les serán provistas. “Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová” (Salmo 84:11). Él ha prometido: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5). El Gran Pastor da incluso a sus ovejas más débiles la fuerza y aliento que necesitan para luchar una buena batalla de fe, ya que caminan por el camino angosto. “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” – 2 Corintios 12:9.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba