LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL |
Consecuencias personales del Pecado
Versículo clave: “Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis” Escritura seleccionada: |
EL PUEBLO DE Judá usó un proverbio que intentaba echar la culpa de sus delitos a sus antepasados. Dios los reprobó por tratar de evitar la responsabilidad personal de sus acciones – Ezequiel 18:1-4.
El profeta Ezequiel en nuestra lección indica que si una persona se consideraba justa bajo la ley mosaica, debía ser alguien que “ni oprimiere a ninguno; que al deudor devolviere su prenda, que no cometiere robo, y que diere de su pan al hambriento y cubriere al desnudo con vestido, que no prestare a interés ni tomare usura; que de la maldad retrajere su mano, e hiciere juicio verdadero entre hombre y hombre” – Ezequiel 18:7,8.
Si alguien tuviera un hijo que actuara cruelmente, sería responsabilidad de los padres disciplinar a su descendencia (Ezequiel 18:10-13). Eli, el Sumo Sacerdote de Israel, no reprendió a sus hijos por sus acciones de corrupción e inmoralidad, mientras actuaban como sacerdotes, entonces como una consecuencia de ello sus vidas les fueron quitadas – 1 Samuel 2:34.
Si un hombre malvado tenía un hijo que actuaba correctamente, el padre moriría por su propia iniquidad, pero el hijo seguiría vivo si optaba por hacer lo correcto (Ezequiel 18:14-18). Los que actúan cruelmente y se arrepienten de sus pecados vivirán (Ezequiel 18:21-23). De acuerdo con las disposiciones de Dios, este principio estará en vigencia durante el futuro reino milenario de Cristo. “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” – Jeremías 31:34.
Durante la presente edad del Evangelio, los creyentes que han recibido el Espíritu Santo son considerados justos. “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1). Cualquier cristiano que se aleja de Dios y practica voluntariamente el pecado será destruido para siempre – Ezequiel 18:24.
El pueblo de Israel no apreció los principios de justicia de Dios y lo acusaron de injusto porque a su juicio pensaron que su conducta no era razonable. Dios, por lo tanto, criticó su razonamiento equivocado en el intento de justificar su propia conducta pecaminosa. El Padre Celestial es misericordioso y ha proporcionado una forma de redención para toda la humanidad a través del sacrificio de Jesucristo – Ezequiel 18:25-30; 1 Corintios 15:21,22.
Nuestro versículo clave hace hincapié en el hecho de que el propósito de Dios no es la destrucción de los individuos. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:16,17). El Padre Celestial es un Dios de amor y compasión que tiene una amplia disposición para la salvación de todos los que desean entrar en armonía con su justa voluntad.