LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Manteniendo la Esperanza

Versículo clave: “Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová”
—Lamentaciones 3:26

Escritura seleccionada:
2 Reyes 25:1,2,5-7;
Lamentaciones
3:25-33,55-58

SEDEQUIAS fue el último gobernante de Judá. Después de ser sitiada Jerusalén, fue tomado prisionero por el ejército babilónico mientras trataba de huir de la ciudad. En Ribla, Nabucodonosor castigó a Sedequías asesinando a sus dos hijos en su presencia, después le sacaron los ojos y fue llevado prisionero a Babilonia – 2 Reyes 25:1,2,5-7.

Como un testigo de los sufrimientos y la angustia que llegó sobre Jerusalén, cuando Judá cayó en cautiverio babilónico, al inicio del libro de Lamentaciones, Jeremías lamenta la destrucción de la ciudad y su templo como consecuencia del castigo de Dios a Israel. Sin embargo, la fidelidad del Padre Celestial hacia su pueblo arrepentido ofrece esperanza a los afligidos – Lamentaciones 3:25.

Implícitamente en el versículo clave se observa el pensamiento de que es necesaria la esperanza con el fortalecimiento de la fe y que cuando va acompañada de la oración, afirma la esperanza de que Dios se manifieste en su momento y a su manera respondiendo las peticiones. Por tanto, el acto de silencio en espera, implica una actitud de sumisión en lugar de estar desesperados o impacientes para que el alivio ocurra tan pronto como deseamos.

El Padre Celestial puede permitir aflicciones con el fin de desarrollar la humildad, en lugar de un espíritu altivo. La aflicción no es más que algo temporal y es equilibrado por la compasión de Dios, porque El no se complace al llevar dolor sobre las personas – Lamentaciones 3:26-33.

Además de su lamento acerca de lo que Israel sufrió en cautiverio, Jeremías recuerda algunas experiencias muy difíciles que padeció personalmente en las manos de aquellos que se opusieron a él porque había advertido al pueblo de Judá que serían castigados por desobedecer a Dios. Sin embargo, en última instancia recibió garantías Divinas que era escuchado en su hora de aflicción – Lamentaciones 3:55-58.

Aunque las circunstancias se refieren a tiempos del Antiguo Testamento, hay lecciones que pueden aprenderse de las experiencias de Jeremías y de Judá que son aplicables a los creyentes durante esta Edad del Evangelio.

La nación de Israel sufrió la aflicción debido a su desobediencia hacia Dios. Los sufrimientos de Jeremías fueron permitidos como una prueba de su fidelidad por ser un profeta al servicio de Dios. Asimismo pueden ser probados por igual. En ocasiones, el sufrimiento puede ser causado por el deterioro de la salud física o mental requiriendo la consulta y asistencia profesional. Los cristianos también pueden hacer frente a circunstancias difíciles, como la pérdida de un ser querido, inseguridad en el trabajo, problemas familiares, rechazo, condiciones de vida peligrosas, falsas acusaciones y preocupaciones espirituales. Incluso en medio de grandes dificultades, los creyentes fieles que han dedicado sus vidas siguiendo al Maestro tienen garantías en la Escritura de que el Padre Celestial en última instancia, los librará de las adversidades, si su fe y esperanza se mantienen en las promesas de Dios – Romanos 8:35,38,39.

Aquellos cuyas vidas se afianzan en tales promesas tienen una magnífica esperanza, serán destinados a ser como reyes y sacerdotes, las semillas espirituales de Abraham y heredarán el privilegio de bendición a todas las familias de la tierra en el Reino de Dios – Génesis 12:1-3; Gálatas 3:27-29.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba