LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Entendiendo a través del dolor

Versículo clave: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”
—Jeremías 29:11

Escritura seleccionada:
Jeremías 29:1-14

NUESTRO PASAJE SELECCIONADO de la Escritura registra la carta profética de aliento de Jeremías a la nación de Israel, que había estado en cautiverio en Babilonia cuando Jeconías era el rey. A pesar que su estado de cautividad fue el resultado de su confianza en palabras engañosas y su idolatría, Dios no los había abandonado. Él aún los amaba y les proporcionó orientación e instrucciones para su comodidad. Sus instrucciones fueron el instalarse allí, construir casas, jardines, tener familias y que su número fuera incrementado. Si iban a vivir de una manera agradable a Dios, vivirían cómodamente en Babilonia. Fueron directamente a orar por el bien del país donde estuvieron cautivos. Mientras que el rey de Babilonia los protegía, pudieron vivir una vida tranquila y apacible, en toda piedad y honestidad; pacientemente esperando en Dios su liberación al debido tiempo. Dios había dicho que su período de cautividad iba a durar setenta años y entonces Él los traería de vuelta a su amada Jerusalén. “Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar” – Jeremías 29:10.

Nuestro versículo clave muestra muy claramente al gran Dios de amor y el interés por el bienestar de sus hijos. Qué maravillosa tranquilidad debe haber sido para la nación de Israel en cautividad, el saber que el gran Dios de los cielos no quiso condiciones de vida difíciles y de desesperación para levantar a su pueblo, sino más bien tuvo un interés superior en sus corazones. Ellos permanecieron pacientes y sosegados confiando en la maravillosa providencia de Dios.

Nuestra debilidad humana a veces nos hace temer que los designios de Dios están todos en contra de nosotros, incluso nos puede parecer mal, pero son para bien. El apóstol Pablo tan bellamente dijo que: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28). El Profeta Isaías menciona la gran sabiduría y conocimiento de Dios, estando en condiciones de declarar “el fin desde el principio y desde tiempos antiguos, las cosas que todavía no han sido hechas, diciendo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” – Isaías 46:10.

Como fue con la nación de Israel, muchas personas hoy en día son a menudo muy vacilantes en lo tocante a las circunstancias. Pueden sentirse solas y abandonadas, pero con el Señor no hay variabilidad, quien es firme en su propósito porque sabe las consecuencias de cada acción. Con Dios hay total coherencia y leemos que con “el Padre de las luces” allí, “no hay mudanza, ni sombra de variación” – Santiago 1:17.

Así como esta carta de Jeremías fue una fuente de aliento a Israel en su cautividad, resulta alentador para nosotros saber que ese bienestar y esperanza está garantizado por su Palabra de promesa. Estamos seguros de que él está con nosotros y seguirá con nosotros si queremos prestar atención a nuestro Abogado. Dios sabe el fin desde el principio. Él sabe, por lo tanto, la forma de dirigir los asuntos de su pueblo. Qué maravilloso pensamiento, que el Todopoderoso ha prometido guiar a su pueblo a través de las dificultades en la vida actual. Como David lo ha expresado, “Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria” – Salmo 73:24.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba