Redentor

Versículo clave: “Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos”
—Apocalipsis 5:13

Escritura seleccionada:
Apocalipsis 5

“GRACIAS A DIOS por su don inefable” (2 Corintios 9:15; Juan 3:16). Que regalo es nuestro Salvador, nuestro Redentor. En este sentido, es imposible descifrar las riquezas de la gracia Divina hacia nosotros, incluyendo las grandes bendiciones y misericordias que son nuestras por medio de nuestro Señor. Él representa la plenitud de todas las provisiones para nuestro bienestar eterno. En la actualidad, sólo aquellos quienes son “participantes del llamamiento celestial” (Hebreos 3:1), pueden dar gracias a Dios por su don inefable. Pero finalmente toda la humanidad estará en condiciones de reconocer ese don y dar gracias.

Cuando ocurra el cierre del reinado Mesiánico para el restablecimiento de la raza Adánica a su perfección original, todos los pecadores habrán sido destruidos, “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:10,11). Su reino no tendrá oponentes, “Dominará de mar a mar, Y desde el río hasta los confines de la tierra” (Salmos 72:8). Luego toda criatura en los cielos, en la tierra y en el mar escucharán decir: “La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero, Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén” (Apocalipsis 7:10,12). En última instancia, cuando los planes del Gran Arquitecto estarán plenamente realizados, toda criatura escuchará y cantará sus alabanzas.

Con el pecado eliminado y todos los impíos destruidos, entonces la voluntad de Dios será hecha sobre la tierra así como en el cielo (Lucas 11:2). Nuestro Señor Jesús dijo esta hermosa expresión con la confianza que en el Reino se efectuará la plena restauración de toda la tierra a su condición Edénica y del hombre a su perfección a la imagen del Creador.

Como nuestro Señor cumplió su misión al morir para quitar los pecados del mundo y ahora está “sentado a la diestra del poder de Dios” (Marcos 14:62; 16:19), podemos estar seguros de que él permanecerá siempre a la ‘Mano Derecha’. El poder y la gloria de su Reino que había sido afirmado anteriormente no son para el presente mundo malo, sino para el mundo venidero, “en los cuales mora la justicia” – 2 Pedro 3:13.

A los descendientes de la raza de Adán se les concede a través de Cristo, la oportunidad para tener una relación como hijos de Dios. Todos deberán aprender la justicia y odiar lo inicuo (Salmos 96:10). La condición de la humanidad será gloriosa al cierre del Reino del Mesías, nada alguna vez visto se compara con ello. “Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14). Se rendirá honor al Hijo exaltado al igual como el Padre lo exaltó a él. Entonces todos llegarán a apreciar la longitud, altura, ancho y profundidad, no sólo del amor de Dios, sino también de su justicia, sabiduría y poder Efesios 2:18,19.

El tiempo vendrá cuando: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”Apocalipsis 21:4.