LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Acercándonos en Confianza

Versículo clave: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión”
—Hebreos 4:14

Escritura seleccionada:
Hebreos 4:14 – 5:10

ISRAEL, EN SUS ARREGLOS DENTRO DEL TABERNÁCULO, tenía un sumo sacerdote y bajo de él otros sacerdotes. En esta disposición, Aarón era el sumo sacerdote y el portavoz de Dios. Los hijos de Aarón eran los sacerdotes que estaban bajo él (Éxodo 40:12-15). En nuestra lección, el apóstol nos dice que en forma antitípica, Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote Hebreos 4:14.

En el capítulo tres, se escribe sobre este gran Sumo Sacerdote y nos dice como considerarlo. En la lección de hoy, consideramos lo referente a la naturaleza compasiva de Jesús. Nuestro Señor fue probado de la misma forma que un ser humano caído, aunque “sin pecado” — Hebreos 4:15.

¿Podríamos preguntar, cómo puede ser esto? Él era perfecto, “santo, inocente, inmaculado y apartado de los pecadores” (Hebreos 7:26). ¿Qué lección encontramos concerniente a este gran Sumo Sacerdote? Está escrito: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreos 5:8). Jesús, por su fidelidad en el ministerio para su pueblo, mostró obediencia, compasión y misericordia. Por eso, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” — Hebreos 4:16.

Pueden sobrevenir tiempos cuando estamos sobrecargados o sin visión espiritual. Es aquí que podemos acudir ‘con confianza’ (seguridad y valor) en momentos de necesidad. Los Israelitas podían acercarse al sumo sacerdote, traer un sacrificio por sus pecados y pedir misericordia, recibiendo la gracia, así también aprendamos a ser misericordiosos y compasivos en nuestras relaciones con nuestros semejantes.

El apóstol continúa diciendo que el sacerdocio de Cristo, como el sumo sacerdote del antiguo testamento, está en la posibilidad de ofrecer en forma aceptable “ofrendas y sacrificios “ por los pecados de la humanidad (Hebreos 5:1). Podríamos preguntar que son estas ‘ofrendas y sacrificios’. Uno es el regalo de gracia (Efesios 2:8) y otro el regalo de la salvación. También ofrecer el sacrificio de ayuda material (Filipenses 4:18) y ofrecer el sacrificio de alabanza con nuestros labios (Hebreos 13:15,16). Usemos estos regalos y sacrificios en forma diaria.

Como nuestro gran Sumo Sacerdote, debemos desarrollar “compasión por los ignorantes [los que no están informados] y extraviados” (Hebreos 5:2). Como Aarón, quien fue escogido por Dios, nosotros también podemos serlo. No podemos tomar este honor por nosotros mismos (versículo 4) aún, yendo más allá de esto, debemos ser “llamados, escogidos y fieles” — Apocalipsis 17:14.

Este sacerdocio espiritual será de la orden de Melquisedec, quien era rey de Salem y sacerdote. Abraham le pagó sus diezmos (Génesis 14:18,20). Durante el reino, Jesús y su iglesia serán Melquisedec en forma antitípica. Ellos realizarán ambas funciones, de Sacerdote y Rey. En la siguiente edad seremos sacerdotes y reyes sobre el mundo.

Jesús fue llamado por su Padre y se hizo nuestro Sumo Sacerdote “autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:9,10). Que maravilloso saber que podemos acercarnos a Dios en fe y obediencia.

En nuestro versículo clave en Hebreos 4:14 dice: ‘retengamos nuestra profesión’. Esto significa reconocer nuestro compromiso. Nuestra profesión es el reconocimiento de nuestro convenio de sacrificio.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba