LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Fiel y Obediente

Versículo clave: “Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio”
—Hebreos 3:14

Escritura seleccionada:
Hebreos 3:1 – 4:13

EN NUESTRA LECCIÓN PARA HOY recordamos a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote en su obediencia y fidelidad (Hebreos 3:1). La casa de Jesús es espiritual, más alta que cualquiera terrenal. Moisés era fiel y obediente sobre la casa de los criados y la suya era una casa terrenal versículo 5.

Jesús está construyendo una casa espiritual en el cielo. Somos amonestados a ser fieles, a sostener “la confianza” de esperanza que tenemos “hasta el final”. Como Moisés fue fiel sobre su casa, la casa Judía, entonces también debemos ser fieles como miembros de la casa espiritual versículo 6.

La casa donde Moisés era el principal, fue encontrada infiel. Dios los probó cuarenta años en el desierto. A pesar de esto, no le obedecieron y nunca se les permitió ingresar en el reposo que Dios les tenía prometido versículo 11.

Ahora, somos la casa espiritual, (la casa de los hijos) bajo la figura de ‘Moisés’, nuestro Señor Jesús. Somos advertidos a no tener “un corazón de incredulidad” como tuvo la nación de Israel, pero es necesario “exhortarnos el uno al otro diariamente [en oración o súplica]” (versículos 12,13). Que privilegio el poder orar unos por otros diariamente, la oración eficaz del justo puede mucho Efesios 3:16-19; Santiago 5:16.

La palabra sábado (Shabbat) del hebreo, quiere decir ‘descanso, una interrupción’. En forma antitípica, la palabra sábado es un descanso de fe y obediencia en Cristo Jesús. ¿Cuáles fueron las ventajas de este descanso? Si la nación de Israel hubiera sido fiel a la Palabra de Dios, habrían entrado en el mismo descanso, pero fallaron por “la incredulidad” — Hebreos 3:19.

Una de las ventajas del descanso —Sabbathsería el estudio de la Palabra de Dios. La nación de Israel debía hablar de la Palabra con otros y sobre todo enseñarlo a sus hijos. “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos” — Deuteronomio 6:6-8.

El apóstol amonesta a los hermanos hebreos y a nosotros: “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (Hebreos 3:12,13). Fácil es llevar adelante nuestra creencia, confiando y obedeciendo a Dios. Nuestro adversario, el diablo, quiere que fijemos la atención en él, “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” — 2 Corintios 4:4.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba