DOCTRINA Y VIDA CRISTIANA

La Resurrección de los Muertos

“Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido”
—Isaías 35:10

LA BIBLIA ES EL UNICO libro en el mundo que extiende una esperanza para aquellos que han muerto los cuales serán levantados a la vida otra vez o serán resucitados de la muerte. Muchas religiones no reconocen que el hombre muere. Al no haber ninguna muerte ellos insisten, desde su punto de vista, que no habrá ninguna resurrección de los muertos. Pero el apóstol Pablo no está de acuerdo con este punto de vista. Él escribió: “y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres” 1 Corintios 15:17-19.

El plan de Dios de restaurar a los muertos a la vida es enfatizado en todas partes del Antiguo y Nuevo Testamento. En su defensa ante Félix, Pablo se refiere a su “esperanza en Dios” en lo cual los líderes religiosos judíos de ese tiempo “también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos” Hechos 24:15.

El apóstol Pedro se refirió a esta esperanza de la resurrección, usando la palabra “restauración” diciendo que llegarían “los tiempos de la restauración de todas las cosas” y luego añadió: “que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Hechos 3:19-21). Como uno de sus textos probatorios Pedro cita la promesa de Dios hecha a Abraham para bendecir a todas las familias de la tierra (vs. 25). Entonces, al principio del siguiente capítulo, nos dice: “Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos” capítulo 4:1,2.

Esto era exactamente lo que Pedro quiso decir ‘tiempos de restitución de todas las cosas’. Así desde su testimonio sabemos que la doctrina de la resurrección es claramente expuesta por los profetas del Antiguo Testamento. En verdad, la palabra resurrección no es usada en el Antiguo Testamento, pero la esperanza de una restitución a la vida que describe es mencionada en muchas y varias formas. Jesús dijo a los Saduceos que la evidencia de la resurrección es corroborada en la palabra del Señor a Moisés en la zarza que no se consumía, diciendo: “Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven” Lucas 20:37,38.

Este texto a menudo es usado equivocadamente para demostrar que los muertos no están en realidad muertos. Pero esto no es el argumento que presenta Jesús. Abraham, Isaac y Jacob estaban muertos, pero como Dios tuvo la intención de levantarlos de la muerte ellos no están para siempre fuera de existencia. Todo vive bajo Dios, Jesús dijo que la razón es que Dios ha prometido levantar a todos los muertos. A causa de esto, él mira como estando simplemente dormidos, para los cuales habrá un despertar.

UN “RETORNO”

Uno de las formas por las cuales la idea de la resurrección es puesta en evidencia en el Antiguo Testamento es por el uso de la palabra restitución. Así por ejemplo, en nuestro texto, la promesa es que: ‘los redimidos de Jehová volverán’. En el Nuevo Testamento el apóstol Pablo nos informa que ésta es la voluntad de Dios, que todos los hombres sean “salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. La gran Verdad referida es que Jesús se dio a sí mismo “en rescate por todos”. De lo cual se dio testimonio “a su debido tiempo” 1 Timoteo 2:3-6.

Desde que Jesús se dio a si mismo ‘en rescate por todos’, esto significa que los redimidos, quienes volverán, son el género humano que ha sido redimido por la sangre preciosa de Cristo. Su retorno es descrito por Pablo en el texto justamente citado, como siendo ‘salvados’ para que ellos puedan tener la verdad de la redención “declarada”. Ellos no pueden adquirir un conocimiento de la Verdad mientras están en el sueño de muerte.

NIÑOS QUE RETORNAN

Jeremías nos asegura que los niños deben retornar de la muerte, describe en este pasaje como un retorno “de la tierra del enemigo”. Citamos: “Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra” Jeremías 31:15-17.

Es interesante notar en este pasaje como Jeremías enfatiza el hecho que es el Señor quien está prometiendo que los niños ‘vendrán otra vez desde la tierra del enemigo’. Ningún ser humano podría hacer tal promesa y ser capaz de realizarla. Sólo por el poder Divino pueden los muertos ser restaurados a la vida y en esta maravillosa promesa de Dios nos aseguramos de su intención de usar su poder con éste propósito. En el Nuevo Testamento esta promesa es referida y aplicada a los niños que fueron asesinados por el rey Herodes en su tentativa de destruir al Rey recién nacido, Cristo Jesús; pero bien podemos aplicarlo a todos los niños que han sido abatidos por la siniestra Muerte.

TODOS “RETORNAN”

En el Salmo 90, versículo 3, la oración de Moisés también expresa la esperanza de resurrección. Dirigiéndose al Señor él dice: “Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres”. Esto fue en el Jardín de Edén y por causa del pecado original es que Dios volvió al hombre a la destrucción. A Adán le dijo: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 3:19). Debido a que los hijos de Adán nacieron después que él pecó, ellos fueron imperfectos y adquirieron la pena de muerte. Pablo escribió: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Romanos 5:12

Pablo expresa un pensamiento similar en 1 Corintios 15, versículo 22, que dice: “Porque así como en Adán todos mueren”. En este texto el apóstol añade: “También en Cristo todos serán vivificados”. Así él explica la manera en la cual el Creador dirá: ‘Regresen, hijos de los hombres’. Moisés simplemente declara que Jehová quebranto al hombre a la muerte y más tarde lo restauraría a la vida, mientras Pablo explica que la muerte llegó por Adán y que viviríamos por medio de Cristo.

LA ESPERANZA DE JOB EN LA RESURRECCIÓN

El profeta Job es uno de los personajes destacados del Antiguo Testamento. El paso por mucho sufrimiento mental y físico. Esto llegó el punto donde él no podía aguantar más, entonces le pidió a su Creador que lo dejara morir. Esta fue su oración: “¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!” Habiendo pedido a Dios que le dejara morir, él entonces preguntó: “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” Job 14:13,14.

Job estaba preguntando con referencia a cual sería su estado en el caso que Dios contestara su oración y le permitiera morir. Hablando bajo la inspiración del Espíritu Santo, Job responde a su propia pregunta, diciendo: “Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga mi liberación. Entonces llamarás, y yo te responderé; tendrás afecto a la hechura de tus manos” (vss. 14,15). La esperanza expresada por Job fue que Dios ‘lo llamaría’ de la muerte, esta de acuerdo con la seguridad dada a nosotros por Jesús, que “todos” los que están en el sepulcro oirán su “voz” y “vendrán a resurrección” Juan 5:28,29.

Anteriormente, en su experiencia Job expresó la opinión que habría sido mejor para él haber muerto en la infancia. Él explica que en este acontecimiento él se habría “quedado inmóvil y hubiese estado tranquilo”. “Yo debería haber dormido”, él continúa, “y estado en descanso”. Él también indica que todas las clases de reyes de la raza humana, consejeros, grandes, pequeños, los malvados y los abatidos, todos descansarán juntos en la muerte. “Allí los impíos dejan de perturbar, y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí también reposan los cautivos; no oyen la voz del capataz” Job 3:11-19.

Job se refiere a los muertos como estando ‘prisioneros’ retenidos y cautivos por la muerte. En una referencia “a los reyes de la tierra sobre este mundo” quienes pierden sus vidas en la gran batalla de Armagedón en este fin de la edad, el profeta Isaías dijo: “Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra. Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días” (Isaías 24:21,22).

LIBERADOS DEL CAUTIVERIO

Hay muchas referencias en el Antiguo Testamento de los muertos estando prisioneros o en cautiverio, como por ejemplo en Isaías 42, versículo 7. Pero estamos seguros que estos cautivos serán liberados. Probablemente tales promesas motivaron que Pablo afirmara que había una resurrección de los muertos, incluyendo a los “injustos” (Hechos 24:15). “Pero haré volver a los cautivos de Moab en lo postrero de los tiempos” el Señor lo asegura a través del profeta (Jeremías 48:47). Los Moabitas era gente malvada, aún ellos serán liberados de su cautiverio de la muerte.

Dios dijo que esto ocurriría en ‘los postreros días’. Cuando Jesús le dijo a Marta, “Tu hermano se levantará otra vez”, ella replicó: “sé que resucitará otra vez en la resurrección del día postrero” (Juan 11:23,24). De esto aprendemos que ‘el día postrero’ o últimos días, es el tiempo de la resurrección general. Esto reafirma el hecho que trayendo ‘otra vez el cautiverio de Moab en los postreros días’ será en realidad, su resurrección de la muerte.

Los antiguos Amonitas fueron también gente malvada, y aún la promesa de Jehová es: “Y después de esto haré volver a los cautivos de los hijos de Amón” Jeremías 49:6

A los malvados Elamitas también se les ha prometido un despertar de la muerte. La promesa de Dios acerca de ellos es: “Pero acontecerá en los últimos días, que haré volver a los cautivos de Elam” Jeremías 49:39.

En Ezequiel 16, versículo 53, estamos seguros que los Sodomitas, los Samaritanos y los israelitas deben ser resucitados. La promesa de Dios es: “Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas”

ORDEN EN LA RESURRECCIÓN

La esperanza de la resurrección es claramente establecida tanto en el Antiguo como en Nuevo Testamento, pero es sólo en el Nuevo Testamento que se nos proporciona algunos de los detalles concernientes a su orden y la naturaleza de los prisioneros liberados de la muerte. Estamos en deuda con Pablo por la información al respecto, como él lo esboza en el décimo quinto capítulo de primera de Corintios. Después de la declaración: ‘Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados’, él explica: “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” vss. 22,23.

En el versículo veinte de este capítulo, Pablo habla de Cristo como siendo: “primicias de los que durmieron”. Sin embargo, sus seguidores son incluidos con él como parte de ‘las primicias’. En Santiago 1:18 y Apocalipsis 14:4 la iglesia verdadera se menciona como “una especie de primicias de las criaturas de Dios”. Cuando Pablo, en la descripción del orden de la resurrección, dice: ‘Cristo las primicias’ los miembros del cuerpo de Cristo están incluidos.

Desde estos dos puntos de vista, junto con Jesús, somos las primicias de la resurrección. En Apocalipsis son descritos como participando en la “primera resurrección” (capítulo 20:5) y de este punto de vista somos apropiadamente llamados las primicias. Pero hay otro pensamiento y además más significativo conectado al término primicias que merece ser mencionado. La palabra ordenada por el Señor al pueblo de Israel típico para presentarle las primicias de sus cosechas como un ofrecimiento o sacrificio.

Éxodo 34, versículo 26, habla de lo “primero de las primicias”. Esto bien podría señalarse como el ofrecimiento de Jesús, quien sería el ‘primero de las primicias’ para ser levantado de los muertos, teniendo que dar su vida por los pecados del mundo. Los seguidores de Jesús también se ofrecen en sacrificio. Ellos siguen en sus pasos y son “plantados junto con él en la semejanza de su muerte” y por lo tanto serán “en la semejanza de su resurrección” como los miembros restantes de la primera clase de primicias Romanos 6:5.

En Apocalipsis, donde estos son mostrados para ser levantados en ‘la primera resurrección’ también son mostrados como una clase de sacrificio “decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios” (capítulo 20:4). Literalmente, no muchos de estos han sido ‘decapitados’. Todos los que participan en la primera resurrección para vivir y reinar con Cristo, simbólicamente son decapitados. El pensamiento es renunciar a lo suyo propio y transitar por el único camino, aceptando la dirección de Cristo y así lograr ser parte de su cuerpo 1 Corintios 12:12-14.

Así el término Cristiano en el sentido más amplio, abraza tanto a Jesús como a su iglesia y Pablo explica que en la resurrección Jesús es el primero en ser levantado de los muertos; luego los miembros de su cuerpo, el resto de la clase de las primicias. ¡Pero esto es sólo el principio de la resurrección! Pablo explica que ‘después’ estarán aquellos quienes se conviertan a Cristo durante su presencia, que es en el Reino que dura mil años.

Es más adelante, en la resurrección que tantos han fallado en ver en la Palabra de Dios, y la traducción Reina Valera oscurece algo el pensamiento. Se lee: ‘luego los que son de Cristo en su venida’. (1 Corintios 15:23) Es la palabra griega parousia que aquí es traducida ‘venida’. Esta palabra quiere decir ‘la presencia’ y la referencia es enteramente mil años en la presencia de Cristo como Rey actual de la tierra. Los tres siguientes versículos muestran esto, los cuales se leen: “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte” 1 Corintios 15:24-26.

Aquellos quienes son o llegarán a ser de Cristo durante su presencia serán los del género humano quienes durante su reinado, serán despertados del sueño de muerte y aceptarán la oportunidad que les será dada para creer en él y obedecer las leyes de su Reino. Esto también es mostrado en el vigésimo capítulo de Apocalipsis, donde somos informados que durante los mil años del reinado de Cristo, cuando su iglesia, traída adelante en la primera resurrección reinará con él, “los muertos grandes y pequeños” estarán ante Dios, siendo ilustrados acerca de la Divina voluntad y propósitos para ellos por “los libros” que entonces serán abiertos. Será entonces que “la muerte y el Hades” entregarán los muertos que estaban en ellos. vss. 11-13.

(La segunda parte de este artículo se publicará en el número de Setiembre - Octubre 2007)



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba