LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Justificado por fe

Versículo clave: “Justificados, pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”
—Romanos 5:1

Escritura seleccionada:
Romanos 5:1-11, 18-21

LA PALABRA ‘JUSTIFICADOS’ que aparece en el versículo clave de esta lección, quiere decir, ser hechos perfectos o justos a los ojos de Dios. Toda la familia humana de Dios sufre como pecadores, y está condenada a la muerte por causa del pecado (Ezequiel 18:4). Por lo tanto, una provisión especial ha sido hecha para liberar al pecador de esta culpabilidad, y llamarlos limpios. Esto es hecho posible por la fe en Jesús, nuestro Salvador. Jesús es “el autor y consumador de nuestra fe” (Hebreos 12:2), y los que tienen fe en su sacrificio tendrán ‘paz’ con nuestro Padre Celestial. Los cristianos que se acercan a él con un corazón honesto empiezan a darse cuenta de la medida de esta paz. Cuando hacen un compromiso por una consagración llena, experimentan una medida mayor de esta paz. Permaneciendo fieles a su llamado, ellos seguirán creciendo en fidelidad y paz.

Más adelante, el apóstol explica esta relación con Dios, y dice que esto no sólo llega a través de la fe en Jesús, sino: “Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Romanos 5:2). Nuevamente, él dice: “Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Efesios 2:18). ‘El acceso’ al Padre Celestial es otra de sus maravillosas provisiones de gracia a nosotros.

Los cristianos consagrados se regocijan por la realización de estas bendiciones de gracia, y han aprendido a reconocer el privilegio de caminar con nuestro Señor en su nueva vida (Romanos 6:4). Los que son bautizados en su muerte, y poseen este nivel de fe, se regocijan en las tribulaciones porque ellos conocen como el apóstol los enseña: “la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza” -Romanos 5:3, 4.

Leemos que Dios milagrosamente y amorosamente se preocupaba por sus hijos consagrados aún en su estado previo de pecado sin justificación. El apóstol dice: “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió para nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, seremos salvos de la ira” vss. 8,9.

Pablo, continúa su línea de razonamiento acerca de estos trabajos maravillosos de gracia, y dice: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvo por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido la reconciliación” (vss. 10,11). Cuanto más, entonces, ama a sus hijos ahora que ya no son más ajenos y extraños a la justicia. Ahora ellos están reconciliados por la fe en la sangre preciosa de su hijo, nuestro Señor y Salvador.

Todos en Adán mueren (I Corintios 15:22), y como Pablo más adelante explica que en la maravillosa gracia de Dios, sólo fue necesario que una vida pagara el precio del pecado de Adán. “Así que, como por la trasgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida” (Romanos 5:18,19). Es así que creemos que la Edad del Evangelio es un tiempo en que se está llamando a seguir los pasos de nuestro Señor por el mérito de su sangre, entonces la salvación será disponible para la familia humana entera.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba