LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

¿Dónde se encuentra la Paz?

Versículo clave: “Cuando llegó la hora de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros”
—Juan 20:19

Escritura seleccionada:
Eclesiastés 1:1-11;
Juan 20:19-23

GENERACIONES VIENEN Y GENERACIONES VAN, mientras la tierra permanece para siempre. A la salida y puesta del sol, vuelve a su lugar y aparece otra vez. La gente busca un objetivo en la vida que les conduzca a la paz. ¿Cómo podemos encontrar significado y paz en la vida? Nuestra naturaleza humana busca el significado de la vida y la paz, pero Salomón el escritor del libro de Eclesiastés nos explica que no podríamos encontrarla en nuestra vida. Él dice que la riqueza no trae la alegría o la paz mental. El hombre muere, como vino al mundo, dejando sus posesiones. Adoptando la actitud correcta y en vez de preocuparse sobre cosas materiales, él reconoce que Dios le ha dado lo que él tiene y debe disfrutarlo con contentamiento.–Eclesiastés 5:10-20

Las Escrituras afirman que encontramos el significando de paz en la vida cuando recibimos el Espíritu de Jesucristo “Y el polvo vuelve a la tierra, como era, y el espíritu vuelve a Dios que lo dio” (Capítulo 12:7). El hombre, tanto su cuerpo como su aliento, en la muerte vuelve a su condición original. Cuando morimos nuestra condición es igual a la que tuvimos antes de haber nacido, pero Dios nos recuerda que seremos restaurados a la vida en la resurrección. Por lo tanto, “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”–Capítulo 9:10

En el Evangelio de Juan, encontramos experiencias de los discípulos con Jesús después de su muerte y resurrección “Ocho días después, estaban otra vez los discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mió! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron. Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, los cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”–Juan 20:26-31

En estas palabras, y el versículo clave, notamos las palabras de Jesús, ‘Paz a vosotros’. Jesús comprendió que sus discípulos estaban confundidos en cuanto a los acontecimientos de los días recientes. Era por lo tanto necesario que ellos primero encuentren la paz mental y del espíritu antes de entender los detalles de los eventos que habían ocurrido. Tal paz sólo podría ser comprendida con la renovación de su fe en Jesús como su amo y maestro.

Salomón concluye Eclesiastés con una advertencia que es tan verdadera y actual en nuestros días como lo era en su tiempo. Él dice, “El fin de todo el discurso oído es este. Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”–Eclesiastés 12:13,14



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