LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

De Muerte a Vida

Versículo clave: “Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no esta aquí; mirad el lugar donde le pusieron”
—Marcos 16:6

Escritura seleccionada:
Job 38:1-4, 16, 17;
42:1-6; Marcos 16

LA GENTE QUIERE CREER que vivirá después de la muerte física. ¿Qué esperanza de una nueva vida podemos obtener por la resurrección de Jesucristo? En esta lección, los libros de Job y Marcos nos muestran que Dios es Todopoderoso para vencer hasta la muerte misma.

“Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas maravillosas para mí, que yo no comprendía. Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: ¿Quién es ese que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría? … ¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, Y has andado escudriñando el abismo? ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte, y has visto las puertas de la sombra de muerte?” (Job 38:1, 2, 16,17)

“Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñaras. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” ( Job 42:1-5).

La lección en el capítulo 16 del Evangelio de Marcos abre nuestros ojos y oídos a un entendimiento de ‘las puertas de la muerte’. Millones conocen sobre Dios, pero cuando las lecciones son aprendidas de la experiencia con el mal, ellos ‘lo verán’. Después de la muerte de Jesús, José de Arimatea sepultó el cuerpo en una tumba, y una piedra grande fue echada a rodar en la entrada a la tumba. María Magdalena, y María la madre de Jacobo vieron donde fue colocado el cuerpo.

Pasando el sábado, como era temprano en la mañana del domingo durante el octavo día, las mujeres llegaron para untar a Jesús con especias aromáticas y sorprendentemente encontraron que la enorme piedra ya había sido quitada. “Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis, buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado, ha resucitado; no esta aquí mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea, allí le veréis, como os dijo. Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo” (Marcos 16:5-8).

Jesús había hecho arreglos para encontrarse con sus discípulos en Galilea. “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado … Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y la tierra” (Mateo 28:16, 18). Jesús había estado muerto, pero ahora estaba vivo para continuar el maravilloso Plan de Dios acerca de la reconciliación de la familia humana enferma de pecado y muerte. Esto realmente era el objetivo para el cual Jesús había venido a la tierra a morir como un precio correspondiente por Adán y su posteridad, y luego ser hecho vivo como la “Primicia” de la resurrección que recibirán todas las familias de la tierra 1 Corintios 15:20,23



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