EVENTOS SOBRESALIENTES DEL ALBA |
Pestilencias: En Diversos Lugares
“Y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo” |
EN ESTA ESCRITURA y su contexto, Lucas proporciona las señales proféticas que Jesús dio a sus discípulos que predicen los eventos dramáticos que transcurrirían durante la presente Edad del Evangelio. La profecía incluye indicación extensa de lo que puede esperarse que tenga lugar al final de la edad y así coexistan con su retorno. Lucas escribe que las “pestilencias” (así como hambres y convulsiones de la naturaleza) serían parte del problema que sufriría el mundo y sus habitantes durante la edad del fin, y como culminación de los acontecimientos. Estas palabras proféticas son la evidencia poderosa durante los años del cierre de esta edad y el establecimiento de su reino milenario prometido en las Escrituras está cercano.
Somos testigos del cumplimiento de todo esto en número creciente y con mayor frecuencia de pestilencias de todo tipo a lo largo del mundo; Jesús predijo que marcaría el final de la edad. Esto coincidiría con el egoísmo del hombre, el orgullo, y el descuido total de las leyes naturales de Dios. El cumplimiento de estas predicciones han causado los cambios catastróficos en la humanidad y su ambiente.
LA PESTILENCIA
Los diccionarios verifican que las pestilencias son enfermedades muy contagiosas y extendidas. Están asociadas con las epidemias muy virulentas, con rápido y devastadores efectos. La palabra griega que se traduce como pestilencia en el Nuevo Testamento, se define como cualquier enfermedad mortalmente infecciosa. En nuestro texto destacado Lucas 21:11, se usa en su forma plural.
La palabra pestilencia (la forma singular) también se encuentra en muchas escrituras del Antiguo Testamento. El Profeta Habacuc escribe, “delante de su rostro iba mortandad, y a sus pies salían carbones encendidos” (Habacuc 3:5). Él asocia la severidad de pestilencias y las enfermedades ardientes con el cumplimiento de los juicios de Dios.
En el Salmo 91, “la pestilencia” se ha usado dos veces en su sentido figurado. El salmista escribe, “El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora” (vs.3). La palabra pestilencia es asociada con Satanás, el tramposo simbólico. El cumplimiento del reloj de Dios está por encima de las personas y los mantendrá alejado de las trampas del enemigo. Más adelante, leemos, “Ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya” (vs. 6). Aquí, la palabra pestilencia da a entender en piedras simbólicas de oscuridad que pone el adversario en las Nuevas Criaturas en Cristo.
LA MUERTE NEGRA
Los casos de pestilencia han sido constantes en muchas partes del mundo desde que Jesús habló las palabras de esta profecía, y ellas se han cumplido con la infección y muerte de innumerables personas. Se denominaron a varias enfermedades infecciosas “plagas o pestes”, durante la edad media, estas calamidades se conocieron como la Muerte Negra. En ese tiempo las pestilencias se infectaron principalmente en los roedores, y las epidemias de las enfermedades afectaron a los humanos por el contacto con ellos, infectándose con sus pulgas. La plaga se extendió rápidamente de las ratas a las personas quienes vivían hacinadas y en condiciones muy antihigiénicas.
Esta enfermedad muy infecciosa tenía tres etapas clínicas: a) bubónica que se caracterizó por inflamación de los nódulos linfáticos); b) neumonía, es decir que los pulmones fueron infectados y c) septicemia, cuando el flujo de sangre era contaminado por una infección rápido-creciente. La muerte ocurría en forma rápida, ya sea con la peste bubónica, la neumonía o septicemia.
Lo que se conoció como Peste Bubónica (aunque otras formas de la enfermedad eran conocidas) se desarrollo en extensas áreas de Europa durante los siglos 6, 14, y 17 con consecuencias catastróficas. Durante estas epidemias, el número de muertes alcanzó un cuarto de la población de Europa. Existe evidencia que la plaga se extendió hasta China, India, y otras partes de Asia antes de asolar Europa.
LA GRAN PLAGA DE LONDRES
Inglaterra se aisló del continente europeo, pero la plaga lentamente viajó a través del mar. Esta llegó a su clímax conocida como la Gran Plaga de Londres en los años 1664-65. Los archivos indican que la proporción de mortalidad de la epidemia durante ese tiempo alcanzó 68,596 muertes solo en Londres. Totalizando en el resto de países aproximadamente 460,000 muertes. Se estima que más allá, miles de personas también murieron durante este tiempo con fiebre que se atribuye a la plaga pero no está incluida en las estadísticas. Desde Londres, la plaga se extendió a lo largo de la nación afectando numerosas personas. El incendio de Londres, en septiembre del año 1666, se cree ayudó para el declive rápido de la epidemia durante ese año.
LA PANDEMIA DE 1918
Algunos pueden recordar la plaga que se extendió sobre el mundo durante el año de la finalización de la Primera Guerra Mundial en 1918. Más personas murieron como resultado de la pandemia en comparación con los que habían perdido sus vidas durante el periodo de los cuatro años de la guerra. Para mejor comparación, mencionaremos que más personas murieron durante ese año como víctimas de la pestilencia que durante los cuatro años de la plaga de Muerte Negra que invadió Europa entre los años 1347 y 1351. La pestilencia de 1918 se cita como única en su género y la de mayor devastación que registra la historia.
Durante la Primera Guerra Mundial, los hombres lucharon en las trincheras viviendo en las condiciones más brutales y antihigiénicas imaginables. Cuando llovía, las trincheras se convertían en masas de barro, hombres muertos, lesionados con heridas horribles, rodeados con la suciedad, y los humos de la lucha sangrienta de la guerra. Se lesionaron los pulmones con los ataques de gases venenosos. La Gran Guerra de 1914-1918 ocasionó tremendos movimientos creados por los hombres y materiales que trajeron a las líneas delanteras de Europa de todas las partes del globo. Estas condiciones contribuyeron a un ambiente propicio para la plaga pestilente que se desarrolló.
LA INFLUENZA ESPAÑOLA EN AMÉRICA
En la primavera de 1918, mientras el mundo sufría la guerra devastadora, un virus misterioso aparecía infectando a los soldados que fueron destacados en el estado de Kansas, y extendiéndose a otros campamentos militares de los Estados Unidos. En medio de la confusión y conmoción global, el virus se propagó rápidamente, afectando a los adultos así como a niños y ancianos. Cuando la pestilencia fue controlada el año siguiente, más de un millón de americanos habían muerto por ésta enfermedad, y las comunidades en América habían sido afectadas. Se estiman millones de personas muertas a lo largo del mundo como resultado de éste virus. La pandemia ganó un nombre, Influenza española, (aunque la enfermedad no se originó en ese país) ocho millones de personas fallecieron en España durante 1918.
LA GRIPE AVIAR
Recientemente las personas alrededor del mundo se han dado cuenta de una crisis de salud potencial que está emigrando despacio por todo el mundo. El virus de la Gripe Aviar que es temida ahora por los investigadores, podría volverse un pandémico global si la enfermedad no se controla rápidamente. Si una crisis de la enfermedad ocurriera, podría causar tremenda pérdida de vida en los Estados Unidos y en otros países. Los sistemas de salud existentes serían agobiados por tal calamidad, y el costo monetario sería muy alto.
Recientes noticias informan, “La Gripe Aviar ataca la Salud Económica,” apareció en The News (9 de diciembre del 2005). Este artículo dice, “Virus de gripe Aviar costaría a la economía de Estados Unidos 625 billones de dólares, alrededor del cinco por ciento del Producto Bruto Interno, afectando la economía doméstica y el consumo interno, bajando la producción, con un declive en el consumo. El impacto económico manejado por el miedo y la confusión, sería equivalente a un retroceso; según el informe de Oficina de Presupuesto del Congreso. Las proyecciones son basadas en una posible pandemia que enfermaría 90 millones de personas en los Estados Unidos, y mataría aproximadamente 2 millones”
La Gripe Aviar es una infección contemporánea causada por virus de influenza de los pájaros. Estos virus pueden infectarse naturalmente entre las aves. Los pájaros salvajes pueden trasladar los virus sin mostrar síntomas, pudiendo afectar las aves domésticas como pollos, patos y pavos. Estos animales pueden infectarse por el virus a través del contacto directo con otros infectados, o a través del contacto con la jaula y otros materiales que están infectados con la enfermedad.
Hay dos formas principales de la Gripe Aviar. El patógeno leve que se desarrolla de una forma no fácil de detectar y normalmente puede causar sólo síntomas apacibles. El patógeno severo cuya forma puede causar la enfermedad que afecta los órganos interiores múltiples en las aves, y la mortalidad puede alcanzar un promedio del 90 a 100% dentro de un periodo de sólo 48 horas.
La mayoría de los casos de Gripe Aviar que han afectado a los humanos ha sido el resultado del contacto con animales domésticos infectados como pollos, patos y pavos. Y también por contacto con las superficies que se han contaminado con las secreciones de las aves. El contagio de la enfermedad de una persona a otra es raro, pero está bajo investigación y observación para prevenir un posible contagio con la infección. Este tipo particular de influenza (al momento de escribir éste artículo) ha causado estragos en la producción avícola en Asia y Europa, y asimismo en seres humanos en Asia.
MÁS PRONTO O MÁS TARDE
Un artículo noticioso dice: “Se espera que una Pandemia de la Gripe Aviar se presente más pronto o más tarde,” apareció en Los Angeles Times (2 de noviembre del 2005). Se señala que “nadie sabe si la gripe aviar que emigra ahora por el mundo causaría una pandemia humana, pero investigadores dicen que es inevitable que algún virus de la gripe en el futuro lo desarrolle”. Un epidemiólogo respetado dice: “Estamos desprotegidos para otra pandemia, y no sabemos cuando llegará”
“La Gripe Aviar es estacional, diferente a las epidemias más serias que se pueden trasladar a través de grandes regiones, las pandemias viajan por el mundo, extendiéndose a través de las poblaciones con pequeña o ninguna inmunidad. En el último siglo, hubieron tres pandemias mayores originadas por las aves. En 1918, la gripe española se extendió matando a 500,000 personas en los Estados Unidos y otros tantos como 50 millones en el mundo, más que todas las muertes ocurridas en el campo de batalla en la Primera Guerra Mundial. En 1957, la gripe asiática viajó por el mundo, matando 2 millones de personas, incluyendo aproximadamente 70,000 en los Estados Unidos. La del año 1968 en Hong Kong mató 1 millón de personas, con 34,000 muertes en los Estados Unidos. La reciente investigación ha mostrado que el virus H5N1 tiene similitudes genéticas con la gripe de 1918; y al contrario de muchos otros virus de la gripe que se originan en las aves, el H5N1 puede extenderse directamente de las aves a las personas sin atravesar otra especie, como los cerdos; aumentando los riesgos.”
EL PECADO Y ENFERMEDAD
Las Escrituras frecuentemente se refieren a varias enfermedades que han afectado la humanidad a lo largo de las edades. Esta calamidad ha ocurrido debido al pecado de Adán y Eva. Las pestilencias son las consecuencias naturales del pecado, y como resultado la pena de muerte. Ha acompañado la degeneración y se ha transmitido de Adán a su descendencia. La enfermedad física ha causado dolor para el hombre y la pena de muerte se ha cumplido a causa del pecado.
LIMPIANDO A EL LEPROSO
Durante el ministerio terrenal de Jesús la lepra era el mayor terror de todas las enfermedades que afectaban la creación gimiente. La lepra es un símbolo de pecado y suciedad, y Jesús realizó uno de sus milagros más dramáticos a favor de un hombre que fue afligido con esta enfermedad, como una indicación de sus poderes sobre el pecado y muerte. “Vino a él un leproso, rogándole; e hincado de rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús teniendo misericordia de él le extendió la mano y le toco, y le dijo: Quiero, sé limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y quedo limpio. Entonces le encargo rigurosamente, y le despidió luego, y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos. Pero ido él , comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes” (Marcos 1:40-45).
En este milagro notable, Jesús se refirió al pasado con “la ley del leproso,” como se menciona en el tercer libro de Moisés. “Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será traído al sacerdote, y este saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso” (Levítico. 14:1-3) Realizado el milagro, Jesús dio testimonio que Dios le había proporcionado el poder para limpiar al hombre afligido con la lepra, símbolo de pecado. Jesús realizó este milagro como una ilustración del poder de sanar que se usará para limpiar el mundo entero de la “lepra” y la maldición de muerte en su reino.
LOS DOCTORES ASOMBRADOS DE LA LEY
En otra ocasión, Jesús asombró a los Fariseos y los doctores de la ley cuando ellos dieron testimonio de su poder sobre el pecado y enfermedad. “Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas”. Lucas 5:17-26
Jesús demostró así a los líderes religiosos de Israel, así como aquéllos que dieron testimonio de este milagro que él podía sanar las enfermedades, él tenía el poder también para perdonar el pecado. Ellos habían visto una demostración palpable del poder de Jesús en ese día memorable.
LAS ILUSTRACIONES DEL REINO
Jesús realizó muchos milagros maravillosos durante su ministerio para ilustrar los poderes de sanar que se manifestarán más grandiosamente durante su futuro reino milenario. Cuando Juan el Bautista fue encarcelado, él se descorazonó y empezó a dudar si nuestro Señor era el Mesías. Esto le dio oportunidad de defender los poderes —dados por Dios a Jesús. Juan les preguntó a los dos discípulos que habían ido a verlo, él dijo, “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperamos a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio” (Mateo 11:3-5) Juan también había sido testigo de estos poderes maravillosos que se ejercieron a favor de la humanidad pecadora-enferma.
NINGUNA MÁS PESTILENCIA
Al seleccionar a sus doce apóstoles, Jesús los envió con una comisión bendita. Él les dijo, “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracias recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:7,8) Marcos confirma el trabajo de los apóstoles “Y echaban fuera muchos demonios, y ungía con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.” —Marcos 6:13
Leemos también la historia maravillosa cuando el Apóstol Pedro levantó a Tabita de la muerte. “Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres a rogarle: No tardes en venir a nosotros. Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellos. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Hechos 9:36-41
Los apóstoles tuvieron el gran privilegio de compartir el trabajo con Jesús. Participaron como se muestra en el pasaje anterior, de las más grandes bendiciones cuando la novia fiel compartirá en el reino de Cristo, extendiendo bendiciones a todas las familias de la tierra. En ese momento todas las pestilencias desaparecerán, y no habrá más muerte. “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también, y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.” —Juan 14:12