LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Una Herencia de Fe

Versículo clave: “Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”
—2 Timoteo 1:5

Escritura seleccionada:
2 Timoteo 1:3-14

SE CREE QUE LA SEGUNDA carta de Pablo a su querido discípulo Timoteo es el último de sus escritos antes de su muerte en Roma. Sabiendo esto, Pablo abre su carta con un reconocimiento cordial de la herencia espiritual de Timoteo. El versículo clave indica que la fe de Timoteo estaba arraigada en su madre y abuela. El apóstol entendió que su fidelidad, no sólo a la Verdad en sus propias vidas personales, sino también proporcionándolo a través de la palabra y ejemplo a las generaciones futuras, era loable y agradable al Padre Celestial. Es evidente que Loida y Eunice, la abuela y madre de Timoteo, compartieron los mismos sentimientos como lo expresa el Apóstol Juan, cuando él declaró, “Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad.” —3 Juan 4 NVI

La fe que Pablo vio en Loida y Eunice, como declaró en el versículo clave, también es evidente en Timoteo. Por esta razón, y porque él comprendió que su andar cristiano estaba por termina, Pablo aprovechó la oportunidad para referirse en su último carta, amonestando a Timoteo de cosas necesario para persistir en el mensaje del Evangelio en su simplicidad y pureza. Él le recordó todo lo que había logrado en el servicio del Señor, no a través de poder humano o habilidad, sino a través del Espíritu Santo. Él le dijo a Timoteo que este Espíritu no era de timidez hacia Dios, sino era el Espíritu “de poder, de amor, y de dominio propio.” —2 Timoteo 1:7

El Apóstol Pablo continuó su carta a Timoteo diciéndole “No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mi” aunque esto causarían sufrimiento (vs. 8), declarando que todos esto era “Por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo” (vs. 9) El tema central de este propósito era que, a través de Jesús, la muerte se aboliría en el futuro, y traería vida e inmortalidad “pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quito la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio” (vss 10). A través de su muerte como un precio del rescate y su resurrección por el poder de Dios, toda la humanidad tendrá la oportunidad de vida celestial (“la inmortalidad” de vers. diez), o terrenal (“la vida” de vers. diez) las fases del reino de Cristo.

Esta lección concluye con las palabras del Apóstol Pablo que declara que estas hermosas verdades son la razón para que él no se avergüence de sufrir aflicción, teniendo confianza que Dios mantiene las promesas de su palabra que involucra su plan de salvación. (vs. 12) Pablo amonestó a Timoteo para persistir estas verdades preciosas en su corazón diciendo, “Con fe y amor en Cristo Jesús, sigue el ejemplo de la sana doctrina que de mí aprendiste. Con el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida la preciosa enseñanza que se te he confiado” —vss. 13,14 NVI



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