LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Fortaleza para Servir

Versículo clave: “Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio”
—I Timoteo 1:12 NVI (Nueva Versión Internacional)

Escritura seleccionada:
I Timoteo 1:12-20

CONSIDERAREMOS una serie de cinco lecciones semanales de la Biblia que se tomarán de la primera epístola del apóstol Pablo a Timoteo. Esta primera lección empieza en el capítulo primero y los enfoques del versículo clave trata el tema: “Fortaleza para servir”

Qué grandiosa providencia es que nuestro amado Padre Celestial escogió al Apóstol Pablo como un excelente y prominente siervo. Las escrituras contienen las enseñanzas más poderosas que encontramos en el Nuevo Testamento, y su visión espiritual profunda se ha usado para fortalecer al pueblo de Dios a lo largo de la presente Edad del Evangelio.

Citamos el versículo clave de una de las traducciones modernas que mantienen una perspectiva interesante acerca de la apreciación del apóstol Pablo y su privilegio de ser escogido para el servicio en la Verdad. “Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor (a quien yo debo todo lo que he logrado), pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio. Anteriormente yo era un blasfemo, un perseguidor y un insolente; pero Dios tuvo misericordia de mí porque yo era un incrédulo y actuaba con ignorancia.” (vss. 12,13. NVI) El apóstol Pablo había sido un perseguidor del cristianismo, no se consideró digno ser un apóstol, y reconoció que había sido llamado a este servicio por la bondad inmerecida del Señor. Este sentido profundo de indignidad era lo que lo hizo tan aceptable para el servicio a Dios.

Pablo se identifica como el autor de esta epístola en el versículo de apertura, y revela su amor afectuoso a su joven hermano Timoteo, como si fuera su propio hijo querido en la fe. “Timoteo, mi propio hijo en la fe: Que Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan gracia, misericordia y paz.” —vs. 2 NVI

Tomamos el ejemplo del apóstol de humildad y aprecio a Dios cuando él lo expresa a su querido hermano Timoteo: “Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero precisamente por eso Dios fue misericordioso conmigo, a fin de que en mí, el peor de los pecadores, pudiera Cristo Jesús mostrar su infinita bondad. Así vengo a ser ejemplo para los que creyendo en él, recibirán la vida eterna. Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.” —vss. 15-17 NVI

El estímulo del apóstol Pablo a su joven hermano Timoteo era que él consagró su vida y sería fiel luchando la buena batalla por la fe a que había sido llamado. Por otra parte, el apóstol esta conciente que una mala conciencia produciría un naufragio de la fe de Timoteo, como otros que habían naufragado de estas promesas benditas.

Las advertencias dadas a Timoteo referentes al servicio y su consejo sabio para un ministerio alentador son una gran bendición al pueblo del Señor durante este tiempo final de la Edad del Evangelio. Nosotros también renovemos nuestra consagración en la esperanza bendita de nuestra profesión de fe en Cristo Jesús, y sirvamos fielmente incluso hasta la muerte.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba